Así empezó Luis Firpo
El próximo lunes será el día del boxeador, conmemorando la pelea del siglo entre Jack Dempsey y Luis Angel Firpo celebrada en el Polo Grounds de Nueva York el 14 de setiembre de 1923.
Luis Angel Firpo nunca pensó en ser boxeador, mucho menos en llegar donde llegó. Nacido en Junín, se crió en ese pueblo donde el aire de llanura entraba por los cuatro costados y por eso los pibes se criaban virtualmente en el campo. Era el segundo hijo de Don Agustín, su hermana mayor se llamaba Serafina y vinieron al mundo dos hermanos más, Alfredo y Juan, éste último alguna vez calzó los guantes. Cuando frisaba los siete años murió su madre. Don Agustín, acopiador de granos viajaba constantemente y tuvo que dejar a sus hijos en la chacra, de un pariente en Alem. De allí, su padre lo envió a la casa de una tía en Buenos Aires, en el 176 de la calle Maza, a pocas cuadras de donde está actualmente la Federación Argentina de Box. Esto ocurrió en 1903, cuando aún no tenía diez años. Avancemos hasta 1913, el fornido Luis Angel es un muchacho con una espléndida planta, casi un metro noventa y ochenta y seis kilos. Desde que terminó la escuela primaria se dedicó afanosamente a buscar trabajo y lo encontró en la farmacia de un amigo de su padre, Don Mateo Bascialla en la esquina de Neuquén y Espinosa. Pronto se ganó la confianza del dueño y era el encargado de los bancos, de tratar con el personal, vigilar las compras, gracias a la seriedad y eficacia poco común a su edad.
Una mañana, Don Mateo lo llamó a un aparte, fue un momento muy amargo de su vida: ?Mirá Luis, va a tener que dejar la farmacia?? Firpo no estaba preparado para ese sacudón, quiso quejarse -Don Mateo continuó: ?No te preocupés? mi hermano Pedro acaba de conseguir un contrato para suministrar cinco millones de ladrillos para la construcción de Correos y Telégrafos (hoy el Correo Central) y necesita un hombre de confianza para que le controle las entregas. Allá tendrás más futuro que acá, tal vez conozcas a alguien de una empresa importante y puedas abrirte un camino?.
Y allá fue Firpo, al edificio que se levantaba en la calle llamada 9 de Julio. A pesar del tiempo que le insumía su trabajo en la monumental obra, todos los días se hacía una escapada a la farmacia de su antiguo patrón. Una de sus visitas, marcaría el venturoso destino del juninense. Un día de otoño, en el que no trabajaba, fue temprano a la farmacia. Don Mateo le propuso: ?Buscate unos hongos, yo preparo la comida y lo invitamos a Pedro y a Carlos Mazola?. El tal Mazola era un íntimo amigo del farmacéutico y además uno de los más poderosos fabricantes de ladrillos. Al terminar el opíparo almuerzo, Mazola le pidió un favor a Firpo. Que se asociara a un club de boxeo, él le pagaría las cuotas, porque le había prometido a un importante empresario enviarle cinco o seis muchachos para engrosar la lista de púgiles, deporte que estaban impulsando. Así fue la conversación:
-Y? si es para quedar bien?
-No Luis, ellos quieren socios que boxeen.
-Deme el nombre del club.
-Internacional, en Sarmiento y Libertad.
Lo cierto es que Firpo dejó pasar los días. Nada sabía de boxeo. Lo único que había visto era una película de Carpentier y tenía oídas de que Willard le había ganado a Jhonson. Fuera de eso el boxeo nada le decía. Cada vez que se encontraba con Mazola el reclamo era el mismo: ?No me hagás quedar mal, Luis, ya te hice socio?. Y un día fue al Club Internacional, bastó que dijera que era socio para encontrarse con un par de guantes puestos y dentro de un ring con una ardilla de 61 kg -Armando Usher- que le dio una soberana paliza. ?Usted amigo, tiene que venir a practicar todos los días?-dijo un comedido. ?Qué físico magnífico?-apuntó otro. Firpo, que era de muy pocas palabras, a lo más un sí o un no, solamente respondió con un ?Buenas noches? hasta mañana?. En la calle se dio cuenta de que había dicho ?hasta mañana? y como era un hombre de palabra? volvió. Así empezó la vida boxística de Luis Angel Firpo.
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Los sueños
de Zampatti?
?Practique el saludable deporte del boxeo?, no es, a lo visto el lema de la llamada escuela en la Unicén. Tal vez, le venga mejor el guante a: ?Porque te quiero, te aporreo? ¡Y en qué forma! El viernes pasado en Luján de Cuyo, nuevamente un boxeador que representa a esa entidad fue noqueado en dos rounds por un novato de cinco peleas ganadas, una perdida y una empatada, que milita en la categoría pluma y debió subir cuatro kilos para que la pelea se hiciera.. Para no desmentir sus verdaderas condiciones, como si no hubiera sido poco dormir cinco minutos bajo las manos de Lucas Matthysee, dos meses atrás, nuevamente Daniel Zampatti, fue anestesiado en el segundo round por Patricio Pedrero, ídolo local, pero que su record no dice mucho. En la escuelita, al parecer hay alguna falencia en el entrenamiento o en la enseñanza, lo más probable que sea en los dos ítems. En el primer caso, porque Zampatti peleó con 64,500 (welter) cuando bien entrenado no debería dar más de 59 (liviano) y, segundo, por los resultados. Primero, el largo sueño de Zampatti en General Lavalle, después, hubo que recuperarlo en la lona a Sergio Ledesma en Córdoba, por un bombazo de Israel Pérez y ahora, Zampatti hace doblete. Se comenta que los miembros de la Comisión de Boxeo de esa entidad, que ni noticias tenían de esta pelea, se han encontrado con un personaje inmanejable, que hace y deshace (esto último, referido a los boxeadores) por la vía del silencio, llevando a los representantes directamente al matadero. Lo bueno es que la Universidad tiene una obra social, aunque no le vendría mal asociarse también a Recursos. Por las dudas. ¿Vio?
García, a Leipzig
Tal como lo había anunciado el miércoles pasado, Jorge Ariel García tiene concretado en Leipzig, Alemania, un combate a 6 rounds con el ruso Gennady Golovkin que tiene en su haber tres peleas con igual cantidad de nocauts a su favor. Universum Promotions ha programado esta pelea para el 21 de octubre. Seguramente, Towab Hedi, mano derecha de Peter Khöl, ya debe tener en su poder videos del tandilense como para no llevarse ninguna sorpresa.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios