Benny Leonard
En las décadas del ?30, ?40 y ?50 muchos boxeadores combatieron con nombres típicamente norteamericanos, cuando los reales eran otros muy distintos. Y si el seudónimo correspondía a uno destacado, pues le quedaba el nombre de artificio para toda la vida. Los casos más comunes de cambio de identidad eran de los descendientes de italianos y polacos. Quién puede imaginar que Joey Maxim se llamaba verdaderamente Giuseppe Berardineli o que Willie Pep era Guglielmo Papaleo.
Los boxeadores de la estrella de David, fueron tanto o más numerosos que los itálicos. Entre ellos, los dos más destacados fueron Benny Leonard (Benjamín Leiner), llamado ?El Mago del Ghetto? y Lew Tendler, un zurdo explosivo. Cuando se concretó este combate en el ?Boyle\’s Thirty Acres? -(estadio tan exclusivo que solamente se hicieron cuatro peleas en toda su historia, en dos participó Firpo, con Willard y con Wills, y la otra fue Dempsey-Carpentier)- por el título del mundo que ostentaba Leonard, en el barrio judío se decía que ?no era posible que dos muchachos hebreos estuvieran peleando entre ellos?. Por esa pelea, en la que retuvo el campeonato Leonard cobró 190 mil dólares, consagrándose como el mejor boxeador judío de todos los tiempos terminando su carrera luego de 218 peleas. Tendler levantó 90 mil y el conocido Tex Rickard, que miraba de abajo más de 150 mil. Cuanta razón tuvo quien dijo: ?Los boxeadores somos los que recogemos las migas que dejan los promotores después del banquete?.
Ted Carroll, uno de los más eminentes críticos que tuvo la revista The Ring, escribió sobre Leonard: ?Fue el boxeador más grande de su tiempo, una era distinguida por hombres como Greb, Tunney, Dempsey (?) El boxeo para Leonard fue un arte, combinada con la mayor fineza, rápido de pensamiento, gracia en el accionar y unos puños capaces de destruir la oposición más tenaz?.
Un diario judío The New Warheit fue un poco exagerado al escribir: ?El (Leonard), es quizá aún más grande que Einstein, porque en América es conocido por unas miles de personas, en cambio Leonard es conocido por millones?.
Aparentemente el título del mundo se lo ganó a Lockport Jimmy Duffy, en una pelea que fue promocionada por la corona de los livianos, pero en realidad la oficial fue con Charley White en 1920. Se retiró invicto en 1924 a pedido de su madre, para volver en 1931
Una mancha que todos olvidan adrede es un desairado desempeño que tuvo frente a Jack Britton cuando iba perdiendo once de trece round y aplicó a propósito un golpe bajo lo que determinó su descalificación y la pérdida del título que luego recuperó ganándole a Rocky Kansas.
Leonard se movía alrededor del rival, salía y entraba de la línea de fuego usando una gran energía mental, tanta que pudo ufanarse de que ?nunca fue despeinado?. Solamente fue sacudido ferozmente, precisamente por Lew Tendler.
Había crecido en las zonas más beligerantes de guetto judío de Nueva York y desde pequeño supo que la violencia era parte integral de la educación diaria de cada muchacho. Una tarde cuando regresó muy lastimado, su tío Max bramó: ?¿Por qué permites que los otros muchachos limpien siempre la calle con tu cuerpo??. Al día siguiente lo llevó al gimnasio Silver Hill, donde empezó a aprender a boxear.
Ese sábado nació el más renombrado de los boxeadores judíos, el que combatió con un nombre ficticio en momentos en que se aconsejaba a los muchachos no identificarse con su origen hebreo. En 1990 fue introducido al Hall de la Fama y por algunos fue considerado el liviano número dos de todos los tiempos.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios