Brillante inicio para el Festival Tandil Cortos
Siempre decimos que es un placer asistir a eventos culturales que llenan de gozo el alma, el espíritu, ya que el cine, la música, la danza, la literatura, entre otras actividades que hacen al hombre traen, evidentemente, muchas satisfacciones, como por ejemplo encontrarse con tanta gente que asiste a estos encuentros y los disfruta plenamente y los comenta. Como se notaba que lo hacía, admirándose, al entrar al foyer del Teatro del Fuerte, cuyas paredes aparecían tapizadas por los afiches de la trayectoria del tandilense Laplace, afiches que los hermanos De la Torre vienen atesorando desde hace varias décadas, exhibiéndolos en distintos festivales a los que son convocados, tal vez como unos de los únicos coleccionistas que se preocuparon porque la filmografía de una época no se perdiera en el olvido, en el tiempo.
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Ya dentro de la sala, hay que escribirlo, no se veía mucho público, algo que extrañó, sabiendo que el festival de Luciano Majolo y su equipo es altamente convocante. Sin embargo, poco a poco fueron llegando los asistentes hasta cubrir un buen número de butacas. María Inés Mazza, la profesional locutora desde hace diez años, lo hizo notar cuando habló de este encuentro que comenzara tímidamente hace ya doce, comandando por el cinéfilo Majolo y un grupo de amigos que lo sigue hasta hoy “sólo por el placer de difundir cine. No buscamos otra cosa. Y así somos felices”, señaló Mazza, en tanto subían al escenario quienes se encargarían de cortar la cinta para inaugurar oficialmente el Tandil Cortos.
Y llegó el momento de los discursos protocolares. En el primer lugar el Intendente Miguel Lunghi, que se mostró muy contento de participar nuevamente, nombrando a todas las instituciones que mancomunadamente colaboran para llevar adelante el festival, poniendo énfasis, justamente, en la importancia de la cultura, la educación y la unión entre todos “como lo viene haciendo esta ciudad, trabajando todas las instituciones juntas”.
Por su parte, Daniel Herrero, representando a la Unicén habló de “una noche asombrosa, expresión que utilizó por la tarde un alumno en una visita guiada al Teatro, por Julio Varela, y después de la proyección de los cortos y el debate dijo que se sentía asombrado por lo que había visto”. Se refirió el académico a la necesidad de que siga habiendo espacios donde el cine se democratice, circule. “Y este encuentro es uno de estos maravillosos lugares donde año a año se renuevan materiales que nos continúan asombrando”.
Vendría luego la entrega del Ojo de Piedra a la Trayectoria al tandilense Víctor Laplace, que subió muy emocionado al escenario luego de ver su video retrospectivo. Decíamos que subió muy emocionado al escenario flanqueado por Lunghi y Herrero y fue allí, sobre tablas, donde se produjo ese encuentro, estrechándose las manos el artista y el pediatra, dándose un abrazo luego, lo que dio toda la sensación de una reconciliación entre vecinos. “Le aseguro Miguel que si bien estuve un tiempo en la política, me quedo con esto, el arte”, dijo Víctor, para luego hablar sobre el video que se vio de su trayectoria y su vida en la ciudad y lejos de ella, de su formación, de los amigos, los recuerdos hasta llegar al aquí y ahora, donde vino a Tandil porque quiso estar. No por obligación, sino por sus sentimientos de pertenencia a estas serranías. Habló de Metalúrgica Tandil, de su convicción desde niño de querer ser actor. Y del visto bueno de su padre cuando terminó la Escuela Técnica. “Ya me diste el título, ahora te podés ir a Buenos Aires”.
Y fue y vino tantas veces que ya no las podría contar. Dirigió en Tandil su primera película “El mar de Lucas”, para lo que tuvo que hipotecar su casa, nos contó alguna vez. Y después “La mina”, entre otras, hasta llegar a la serie prácticamente filmada en Tandil, “Fábricas”, con actores nacionales, locales y gente de la cooperativa Cerámica Blanca. Se vio sobre el escenario a un Víctor realmente emocionado y feliz, muy feliz.
Luciano Majolo, luego de haber sido partícipe del corte de cintas, seguía todo el movimiento desde una butaca de la primera fila, con los nervios de siempre, con las mismas ganas que le imprime a cada encuentro, año a año.
Entre aplausos, que se sucedían constantemente porque se nombraba a alguien conocido o por algún que otro recuerdo que se traía al presente, el público que ahora sí, casi colmaba la sala, disfrutaba de la inauguración de los cortos.
Cuando nos volvíamos del teatro la fiesta continuaba, o mejor dicho, apenas comenzaba, pero había que pegar la vuelta a la Redacción para dar cuenta de lo que sucedió en el Teatro del Fuerte.
Cruzando la Plaza hasta El Eco de Tandil, la noche ofrecía un clima amable y ya se palpitaba el fin de semana, con más movimiento en el centro.
Atrás quedaba la sala donde comenzaban a proyectarse los cortos por duodécima vez, año a año el festival ha ido creciendo. Hoy es un encuentro internacional con representantes de España y Francia, la presencia de los jurados y un clima, como decíamos, de regocijo, porque toda actividad cultural nutre.
Un excelente comienzo para el Festival, que culminará el domingo con la tradicional entrega de premios.
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