Bromatología empezó a fumigar los paseos públicos y recomendó “descacharrar” por los mosquitos
Ayer aplicó insecticida y larvicida en el Dique, y hoy continuará por el Paseo de los Españoles y la ladera del Parque. Estiman que las tareas se extenderán por quince días. El director Federico Sánchez Chopa recomendó evitar las aguas estancadas en los patios, renovar los bebederos de las mascotas y dispensar cloro en las piletas. No se detectó el Aedes aegypti, transmisor del dengue.
La Dirección de Bromatología comenzó ayer a fumigar los paseos y espacios verdes públicos para combatir la invasión de mosquitos que se hizo evidente desde el último fin de semana. El equipo a cargo de la tarea empezó por el Dique, el lugar más visitado de la ciudad, y hoy continuará en el Paseo de los Españoles y la ladera del Parque. Las acciones se despliegan por la madrugada para evitar que tandilenses y turistas entren en contacto con el insecticida.
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En la planificación de los trabajos, que podrían extenderse por quince días, tuvieron en cuenta los pedidos que recibió el área durante el fin de semana. Estimaron que el miércoles avanzarán con el Cerro de la Virgen y seguirán por Villa Italia Norte, en la zona de Obras Sanitarias, donde hay espejos de agua, para evitar que se reproduzcan los mosquitos.
En cuanto a las viviendas, recomendaron mantener las medidas de “descacharrado” y evitar la acumulación de agua en mal estado en recipientes o baldes; renovar los bebederos de los perros u otras mascotas, y dispensar cloro en las piletas. Además, en caso de detectar lugares con aguas estancadas, llamar a Bromatología para que proceda a fumigar con mochilas.
Las acciones
El director de Bromatología, Federico Sánchez Chopa, explicó que la proliferación de mosquitos se debe a la época del año y agregó que el inconveniente de las últimas tres semanas fue que no pudieron aplicar insecticida por las condiciones climáticas.
“Tenemos que fumigar de noche para evitar la presencia de personas cuando dispensamos el insecticida, y estábamos esperando que nos toquen estos dos o tres días de calor y secos. Cuando se dispersa el insecticida y cae en el pasto y está mojado por las lluvias, se diluye y no genera efecto, entonces terminamos tirando insecticida al ambiente sin afectar a los mosquitos”, explicó el veterinario.
Informó que ayer comenzaron con las acciones y esta madrugada volverán a salir, con el objetivo de recorrer todos los espacios verdes de la ciudad como así también los espejos de agua, donde se fumiga en el contorno para eliminar las larvas en los lugares donde más estancada está el agua. En ese caso, además de insecticida, aplican un larvicida que no tiene un gran efecto residual.
“Al eliminar las larvas, cuando se depositan los huevos de un mosquito, de acuerdo a la temperatura ambiente, evitamos que en unos quince días en que la larva se libera como un nuevo mosquito. Así que si eliminamos esas larvas, tenemos un efecto residual per se en el ambiente de unos veinte días sin aparición de mosquitos”, explicó el veterinario.
En los hogares
Por otra parte, Sánchez Chopa indicó que no fumigan en los barrios donde se concentran viviendas debido “al riesgo que genera la liberación del insecticida sobre las personas. En todo caso, si necesitáramos fumigar un espacio como puede ser el Campus u otro similar, lo primordial es hacerlo en un horario en que no haya gente o si hay habitantes, indicarles que no salgan de sus casas en una franja horaria porque vamos a estar aplicando insecticida”.
Aclaró que “el poder residual del insecticida es muy bajo, no dura 24 ó 48 horas como otros productos. Estos insecticidas entran en contacto con los mosquitos y los mata, y el poder residual dura, a lo sumo, una hora”.
El titular de Bromatología recordó que “el mosquito necesita dos cuestiones para poder reproducirse y mantenerse en el ambiente, aunque son diversas las variables que intervienen. El primero y principal son las condiciones climáticas: cuando hace frío el mosquito no está. El año pasado, por ejemplo, no fumigamos durante todo el año porque no hubo mayores inconvenientes. En 2017, inclusive aparecieron mosquitos en mayo y junio, cuestión que es bastante rara para esa época del año”.
Y remarcó que “lo esencial es que necesitan verde porque el mosquito macho de alimenta de los jugos de las plantas y la que pica es la hembra, porque necesita consumir proteínas para poder transmitirlas a la descendencia. Entonces hay muchos mosquitos, sobre todo, en los ambientes en los que hay pasto”.
Entre los datos a tener en cuenta, enfatizó “el concepto de descacharrado o evitar la acumulación de agua, porque eso hace que el mosquito se mantenga. La vida del mosquito es de entre 10 y 15 días, pero se mantienen en el ambiente por multiplicación. Un mosquito puede poner entre 100 y 300 huevos cada vez que ovipone. Entonces, si se eliminan las fuentes de agua que no están utilizándose o las que se están utilizando se renuevan con relativa asiduidad, o en todo caso una pileta, que no es conveniente tampoco renovar el agua constantemente pero sí usar ciertos productos para mantener la calidad del agua, de esa manera evitamos la multiplicación de los mosquitos”.
Por eso, destacó que es “esencial” cambiar cada dos o tres días el bebedero del perro para evitar los cinco días que lleva la proliferación de mosquitos.
Por otro lado, sostuvo que “como no podemos tirar insecticida por toda la ciudad porque también tiene un efecto adverso sobre la salud, lo que tenemos que tener en cuenta es usar algún repelente para poder disfrutar el espacio verde, sobre todo en estos tiempos”.
Por último, manifestó que al detectar agua estancada en lugares cercanos a sus casas, como en alcantarillas, los vecinos pueden llamar a la Dirección de Bromatología, al 443-2069, para que otra cuadrilla proceda a una fumigación con mochilas preparadas para trabajar en espacios más reducidos.
Monitorean el Aedes aegypti
El Municipio mantiene unas 25 larvitrampas en distintos puntos de la ciudad y todas las semanas las revisa para comprobar la presencia del mosquito transmisor de dengue, zika y chikungunya.
“Revisamos semanalmente algunas para poder detectar el tipo de larva que está presente, para saber si tenemos o no el mosquito transmisor del dengue. Por ahora no hay mayores riesgos con respecto a eso”, dijo y agregó que ante cualquier confirmación, informarán a la población para que tome precauciones y evite la aparición de la enfermedad.
Las medidas para prevenir el hantavirus “no están de más”
Por otra parte, Federico Sánchez Chopa confirmó que la Municipalidad de Tandil no emitió el comunicado con medidas para la prevención del hantavirus, que se viralizó a través de las redes sociales, y estimó que proviene de algún municipio de Chubut que busca evitar el contagio en la zona más afectada por el hantavirus.
“Por precaución, todo lo que se compre, desde un sachet de leche, latas, botellas, bolsas, etc., etc. se laven inmediatamente, pues las heces o excrementos y orina de los roedores no se notan, pero sí matan”, expresa el mensaje en las redes
Por último, señala que “la Municipalidad pide al vecino que en caso de que viera ratas en algún lugar, notifique de forma inmediata a la municipalidad que se tomarán las medidas pertinentes”.
Sánchez Chopa consideró que “no está mal el concepto que transmite. Es una cuestión de prevención. En la mayoría de las enfermedades, la forma de evitarlas es la prevención y una de las maneras es a través de la higiene, no sólo corpórea –como lavarse las manos-, sino también en algunos productos como latas, botellas, que pueden ser almacenados donde existen roedores, la mejor medida es, al llegar al domicilio, previo a ser almacenados en la alacena o heladera, limpiarlos”.
Para un correcto procedimiento, recomendó diluir un parte de lavandina en diez de agua, con una concentración de unos 70 gramos de cloro por litro, y limpiar los productos que pudieron estar en contacto con roedores con un trapo imbuido con el preparado.
Por otra parte, informó que Tandil no tuvo casos de hantavirus y que el año pasado se registró sólo uno, que afectó a una persona que estuvo en contacto con bolsas que venían de un campo del sur.
“La provincia de Buenos Aires todavía no es un punto crítico y ni siquiera Río Negro, que está al norte de Chubut. El problema principal sucedió en Epuyén. Lo mismo pasó en el 93, recuerdo porque me iba de viaje de egresados, que hubo una floración importante de la caña colihue, de la cual se alimenta el ratón colilargo, y ahí se produce una superpoblación de roedores que llegan a zonas urbanizadas, entran en contacto con humanos y pueden transmitir la enfermedad”, describió y ratificó que “no hay que entrar en pánico porque no existe mayor riesgo”.