Carta de lectores
No existe el cerebro argentino
Recibí las noticias en tu email
Señor Director:
No existe el cerebro argentino, solo existen cerebros humanos y diferentes, cerebro femenino, cerebro masculino.
El científico neozelandés James Flynn estudió cien años de resultados de tests de coeficiente intelectual de las mujeres y demostró que hoy las mujeres son más inteligentes que los hombres.
Sin embargo, desde la era de la oscuridad, los sistemas sociales de diferentes grupos de individuos fueron dominados por los hombres, más tarde llamados patriarcas, de ahí nace la palabra patriarcado, y comienza a desarrollarse el cerebro patriarcal, atravesando siglos de dominio total y llegar hasta nosotros, digitando nuestras vidas, comprometiendo nuestro futuro, el de nuestros jóvenes, nuestros niños, analizando el mundo hacia donde ya no es nada alentador, no se visualiza un cambio para vivir mejor.
Otra sociedad sería posible. La belleza, el orden, las buenas acciones, encienden el cerebro humano. Bellas palabras, pero esa utopía será imposible de alcanzar mientras reine en el mundo el cerebro patriarcal, que establece atributos y valores a la mitad de la población de la humanidad, los varones. La mujer siempre quedó fuera, fue denigrada por su sexo, no tuvo acceso a la educación, fue confinada a procrear y a los quehaceres domésticos.
La filosofía siempre estuvo en función de los diversos aspectos de la estructura del cerebro patriarcal, que dominan el mundo ocupando cargos de y en todos los poderes.
El doctor Manes nada dijo de la literatura patriarcal, ni de cómo podemos salir de esa presión intelectual que lleva siglos sobre nuestras espaldas, y encontrar verdaderamente nuestro cerebro.
Los grandes cerebros patriarcales de la antigüedad. No hubo, ni hay, papel, cuadernos, libros, que no nombren a los filósofos patriarcales de la antigua Grecia: Homero, Hesíodo, Esquilo, Sófocles, Eurípides, así como los “padres de la filosofía”, legitimadores genealógicos del “logo patriarcal”, Sócrates, Platón y Aristóteles.
El viernes, cuando disertó el doctor Manes en el club Independiente, hemos observado que el cerebro patriarcal está entre nosotros, tuvimos una gran oportunidad de aprender a dar comienzo a un nuevo cerebro, según el doctor Manes, el cerebro argentino.
Vivir en sociedad es tener responsabilidad, el político (varón) que ocupa un puesto público, el que está expuesto a los medios no puede dominar su androcentrismo, porque no lo reconoce, y tampoco tiene cerebro propio sino que es conectado, dirigido por el cerebro patriarcal.
Al terminar la disertación del doctor Manes nos reunimos en la vereda del gimnasio, frente a avenida Avellaneda, varios vecinos a dialogar. Una mujer que había viajado 250 kilómetros para el acto, comentaba: “Se nota claramente el androcentrismo de los varones dirigentes, todos sentados en primera fila, me comentaron que eran dirigentes. En el centro de 26 butacas el señor Intendente, que me lo marcaron porque no lo conocía. El resto de las butacas ocupadas por hombres, la mayoría solos, solamente cuatro mujeres. En la segunda fila lo mismo, con mayoría de presencia de adultos mayores”.
Una vecina de Tandil, docente, nos comentaba que ni hablar de la falta de ética, el doctor estaba regalándonos su importante mensaje, en un escenario improvisado, prácticamente rodeado de columnas de hierro, un cajón o no sé qué, escritorio no era, tapado con un trapo negro frente a él. El doctor merecía mucho más que eso, acá se ve la falta de acción femenina, ni una sola flor o planta, y si mirábamos hacia el cielorraso se observan huecos, rotos por las placas de yeso deterioradas, feo muy feo, falta de ética total.
Los hombres se abstuvieron de opinar, pero otra vecina dio su opinión. Es correcto lo que escuché, todas las fotos que vimos en los medios del doctor Manes lo rodeaban hombres, ni una sola foto con mujeres, ahora me doy cuenta.
Entonces, yo me pregunto, ¿el mensaje era solamente para ellos? ¿Qué podrán hacer ellos por el país que no pudieron lograr hacer hasta ahora, si cada año que pasa estamos peor, mucho peor? ¿Y los jóvenes? ¿Por qué no se ubicó en esas posiciones a mujeres jóvenes, madres jóvenes que están criando sus niños? Son ellas las que guían a sus niños a formar un nuevo cerebro. ¿Por qué digo esto? Porque viene una nueva mujer, con capacidad de transmitir a sus pequeños los valores auténticos que hoy hemos perdido.
Cerebro patriarcal-cerebro femenino, esa es la cuestión. Ellas, las mujeres, salvarán las sociedades del mundo, no el cerebro patriarcal y menos el cerebro argentino.
Elías Estanislao Peuscovich
Este contenido no está abierto a comentarios