Cartas de lectores

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Agradecimiento
Señor director:
El equipo directivo de la Escuela de Educación Secundaria 15 y la escuela de Educación Primaria 22 con domicilio en la avenida Juan B. Justo 950 de la ciudad de Tandil, quiere hacer resaltar la labor intensa -desde el ciclo lectivo 2015 hasta la fecha- desinteresada, permanente y de calidad que se ha llevado a cabo en el reacondicionamiento de las instalaciones de ambos establecimientos, concretada por la familia integrada por el señor Marcelo Weimann, Marina Fernández de Weimann y Martina Weimann Fernández.
Se indica que las múltiples tareas llevadas a cabo por los nombrados permitirán que los alumnos, docentes y auxiliares, de ambos establecimientos, dispongan con espacios totalmente renovados y confortables.
Ambos equipos directivos EES 15-EEP 22 reiteran el reconocimiento público y merecido del accionar de los mencionados.
Miriam Elvira Amad (directora)
María Florencia Mena (directora EES 15)
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Perplejidad
Señor director:
Lo que voy a relatar nos sucedió en la mañana del 25 de febrero de 2016. Hicimos una serie de trámites y por último fuimos a la casa de mi marido. Allí regamos, dimos de comer a Pascual, nuestro perro, y salimos para regresar a nuestra casa a almorzar. Eran las 13.45 y por no sé qué presentimiento dimos la vuelta para pasar nuevamente por Perón al 1100. Lo primero que vemos es un camión que ocupaba toda la entrada del portón, en el cual hay tres carteles de “No estacionar”. Paramos y esperamos 10, 15, 20 minutos. Ya cansados llamó a Control Vehicular donde la persona que me atiende me dice que ya avisa a la grúa. Pasaron 40 minutos y no había ninguna novedad. Vuelvo a llamar y el mismo señor ante mi reclamo del tiempo que pasó, me dice “Los vehículos son pesados y tardan en llegar”.
Fue tal mi sorpresa ante la respuesta que no atiné a decirle nada. Pasados 50 minutos y ya harta, vuelvo a llamar y me dice que ya llegaba la grúa. Le aclaro recién aparece el dueño del camión y en ese momento aparece la grúa, pasa y sigue de largo por Perón hacia avenida España, entonces se lo aclaro y le digo: “No solamente nos toma el pelo el camionero sino también ustedes”, a lo cual no responde nada. Bajamos de nuestro vehículo y vamos a ver al camionero, un joven, quien con mucho desparpajo dice que no se dio cuenta ni del portón, ni de los carteles (sin palabras). Yo acoto “te vamos a tener que regalar anteojos para que los pueda leer”. Lo más gracioso resultó ser que es vecino, que vive en un complejo vecino, pero nunca nos había visto. A todo esto la grúa nunca apareció.
Para terminar y con los nervios por las nubes volvimos a casa. Ya eran las 15.30.
Pregunto: A qué punto lamentable hemos llegado que a nadie le importa si podés o no entrar tu vehículo a tu casa.
Para qué está Control Vehicular si no les importa nada de lo que a uno le pase. ¿Qué nos queda por hacer? ¿Tomar represalias por nuestra cuenta? Eso ya sería vivir en la selva, pero creo que no falta mucho para llegar eso.
No sé si el señor que atiende el teléfono en Control Vehicular sabe que su sueldo sale de nuestros impuestos.
Juan Carlos Pérez.
DNI 5.383.715
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Impecable atención
Señor director:
Por su prestigioso medio quiero hacer llegar esta carta al señor director del Hospital Ramón Santamarina, doctor Diego Macagno.
Tengo el agrado de dirigirme a usted para poner en su conocimiento acaecidos el día domingo 6 del corriente. Ingresé por la guardia de emergencia con una descompensación generalizada y fui atendido por la doctora de la guardia Silvina Quarleri.
Inmediatamente se aboca a la tarea, me practicaron una tomografía cerebral, radiografía de tórax, análisis de sangre completo, electroencefalograma y toma de presión arterial.
Siendo las 18, aproximadamente, me dieron de alta con la derivación a mi médico personal, doctor Guillermo González.
Agradezco infinitamente la premura y dedicación con que me atendieron, que a mi juicio fue de excelencia y me sorprendí cuando por los carteles tomé conocimiento que estaban de paro laboral, por lo que doy fe de que los servicios de emergencias se cumplen en forma superlativa.
Miguel Angel Cura
LE 8.349.694
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Pedido de una madre desesperada
Señor director
Soy Paula, mamá de una niña de seis años, vengo a este medio porque me encuentro acorralada y desesperada, porque hace más de ocho meses que me encuentro sin ver a mi hijita de apenas 6 años de edad. Ella, al mismo tiempo, se encuentra angustiada por mi ausencia.
Desde el mes de abril del año 2015, veníamos cumpliendo un régimen de visitas diarias en mi hogar, hasta el penoso 8 de julio de 2015, en que mi madre me hizo una falsa denuncia, que vale recalcar que es absolutamente falsa, como lo demuestran los resultados arrojados por las distintas pericias que se hicieron.
Esta falsa denuncia nació a raíz de que la Cámara Civil de Azul ordenó extenderme la visita permitiendo que mi hija se quedara a dormir los fines de semana en mi casa, previo a revocar definitivamente la guarda que yo misma cedí a mi madre para que la niña pudiera tener obra social.
Al enterarse de la orden dispuesta por la Justicia, mi madre inventó una nueva y perversa maniobra en contra mía, para así poder seguir reteniendo a mi hija, burlarse de la Justicia y desprestigiarme. Esa maniobra consiste en acusarme de un delito en contra de mi hija, como consecuencia del cual no me dejan verla. Pero tampoco me llaman a declarar, porque no hay pruebas en mi contra. Entonces, no puedo defenderme en la causa penal para probar mi inocencia, pero me castigan de antemano no dejándome ver a mi hija. Mientras tanto, el tiempo pasa y la Justicia no resuelve nada de nada.
Cabe destacar que mi madre, junto a su marido, un médico psiquiatra, se encuentran acusados por la fiscal Laura Margaretic por el delito de privación ilegítima de mi libertad en mi contra, cuando en el año 2011 me secuestraron y me internaron sin orden judicial y sin mi consentimiento en el Hospital de Coronel Suárez y en un instituto de esa ciudad, con la clara intención de desaparecerme y apropiarse de mi pequeña hija.
Desde hace años vengo batallando para recuperar a mi hija ya que no existe ningún motivo para no tenerla conmigo, derecho establecido en la convención internacional de los Derechos del Niño que se viene conculcando sin motivo alguno. Inexplicablemente, la Justicia sigue prologando la guarda a favor de una persona alcohólica, peligrosa y desequilibrada, capaz de secuestrar a su hija y de hacerle falsas denuncias con tal de no devolverle su hija.
Por eso pido justicia para mi hija y para mí, ya que mi nena se encuentra en manos de sus captores, no de sus “abuelos” sino de personas muy peligrosas, que son capaces de hacer cualquier cosa para seguir con este macabro y perverso plan.
Por eso le pido, doctora Silvia Monserrat, jueza de Familia de Tandil, y a la Cámara Civil de Azul, que revoque inmediatamente la guarda que cedí en forma provisoria, mediante engaños, por el beneficio de la obra social IOMA y que mi madre la utilizó para apropiarse de mi hija.
Paula F.
DNI 28.869.244
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios