Christian Vogrich realizó ?objetos intervenidos?
Vogrich nació en Tandil en 1978. Ha participado en numerosas muestras colectivas, salones y concursos de pintura a nivel local, provincial, nacional e internacional. Ha sido distinguido con numerosos premios y menciones. Dicta talleres de pintura en Tandil y Buenos Aires.
-¿Cómo surgió la idea de realizar objetos intervenidos?
-Los realizo esporádicamente, entre cuadro y cuadro. Por ejemplo, tenía un canto rodado que era bárbaro para trabajarlo con el pincel. La piedra de Tandil quizá es más difícil de pintar por las vetas que tiene y hay que tener mucho cuidado con el pincel, porque la superficie queda texturada y si no encontrás una forma que acompañe, no queda bien.
-¿Cuál fue tu primer objeto intervenido?
-Un teléfono de disco que era de mi abuela. Dije ?¡que bueno para pintarlo!?. Me llevó tiempo porque nunca había pintado sobre un soporte como ése, que es como un plástico, patinoso y yo probé con el óleo, que tardaba mucho en secar. Cuando se secó puse acrílico y barnices. Gustó muchísimo y cuando estaba en Buenos Aires fui a una galería en Palermo, que fue la que me abrió puertas y una de las clientas lo compró.
-¿Preparaste un aspa de molino?
-Sí, es para una subasta a beneficio del Museo del Fuerte. Me dieron a elegir entre varios elementos y opté por el aspa. Ahí voy practicando otras técnicas, soportes y materiales. Lo trabajé con aerógrafo y acrílico, que sirven para superficies complicadas.
Tengo ganas de seguir haciéndolos, me gustan como objetos no convencionales.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailPremios
Hace poco tiempo recibió el tercer premio en el Salón Nacional de Artes Visuales que organiza la ciudad de Azul y fue seleccionado por una obra de arte sacro.
-¿Cómo vas con la pintura?
-Muy contento, porque un tiempo me avisaron que había quedado seleccionado en la Bienal Internacional de Arte Sacro que organizan el obispado de Morón y el Centro Cultural de la Universidad Católica. Siempre tuve la suerte de entrar en el salón y para mí es importante porque envían alrededor de 700 u 800 obras de Argentina y países limítrofes. Lo bueno es que los artistas que quedan en exposición son muy importantes, lo mismo que el jurado.
-¿Qué obra presentaste?
-Es algo nuevo que estoy haciendo. Estoy trabajando con transparencia. Es una propuesta que surgió de un trabajo que hice y se me ocurrió tener una continuidad con ese efecto. Yo trabajo tomando fotografías, luego con la computadora. Cuando voy a la pintura, todo eso se resalta. El año pasado fui a la Basílica de Luján y vi dos esculturas hermosas de dos ángeles y les tomé una fotografía y un día me puse a hacerlo. A veces, participar de un concurso temático es limitante y pasan muchas cosas por la cabeza de uno, porque es toda una inversión ¿qué hacés con una obra sacra? Tuve suerte de vender una obra sacra que gustó muchísimo, pero es algo raro que alguien te compre una obra sacra para su casa, es muy fuerte. Lo hacés para ese concurso… Para mi sorpresa lo disfruté y el resultado me gustó y quedó seleccionado.
-Estás haciendo un camino interesante…
-Sí, aunque nunca te alcanza el tiempo. No es sacrificado porque es lo que uno ama, pero demanda mucho empeño. Pintás todo el día y se te escaparon las horas. El hiperrealismo lleva mucho tiempo: resolver una obra puede llevar un mes, mes y medio.
Ahora estoy con ganas de hacer una serie de pinturas que me gusten e impacten, que tengan una unión para presentarlas en Arte Clásica. Quiero participar de esas grandes ferias que son muy importantes.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios