Club de Cata
Bienvenidos a este nuevo espacio donde les proponemos recorrer juntos el apasionante mundo del vino. También podrán consultarnos sus inquietudes o proponernos temáticas a info@3719sur.com.ar
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A continuación los invitamos a disfrutar del tema de hoy:
El vino y la comida
Mucho escuchamos hablar del famoso “maridaje”, pero ¿qué es exactamente? ¿Existe alguna regla o sugerencia al respecto?
El maridaje de vinos y comidas es un tema apasionante que nos invita a degustar los sabores, aromas y texturas de un plato en combinación con los de un vino. La premisa fundamental o “regla” es que ambos deben acompañarse sin molestarse, deben complementarse, intercambiando y acentuando sus sabores. Algunos principios vigentes son: el maridaje regional o por tradición, el maridaje según la estación del año, el maridaje psicológico y de valoración.
El maridaje regional consiste en maridar vinos y platos de la misma región o localidad. Por ejemplo en España, el pulpo a la feira con un Albariño o un Jerez seco con tapas y pintxos. En Francia una fondue de quesos con un Chablis o un foie gras con un Sauternes. En Argentina un asado con un Malbec o un locro con un Torrontés de Cafayate, o por ejemplo, en Tandil la tradicional “picada” con un vino de la zona que sabemos que ya podemos encontrar.
Maridajes que siempre quedarán bien por la unión entre la comida y el vino de su propia tierra que con gran orgullo y valorización favorece a los productos de la fabricación local. Es muy apreciado tanto por los habitantes de la región, como por los turistas que visitan el lugar ya que les permite vivenciar el espíritu local y sus raíces eno-gastronómicas y culturales de una manera única y auténtica.
El maridaje ligado a la estación del año se basa en utilizar alimentos o preparaciones características de cada época. En invierno las preparaciones son ricas en grasa y calorías, salsas elaboradas, cazuelas, locro, estofados, deliciosos postres, etc., son por lo general platos bien estructurados, complejos, con sabores acentuados y persistentes. Los vinos perfectos para esta época del año son especialmente tintos de crianza, con buen cuerpo y estructura, con un grado alcohólico más elevado y servidos entre 16 y 18 grados.
En cambio, en verano las preparaciones y alimentos suelen ser más livianas. Incluso platos fríos en su mayoría, condimentados con salsas ligeras; se utilizan muchas hortalizas, pescados, mariscos, quesos frescos y suaves, postres como helado o sorbetes, frutas frescas, etc. En esta oportunidad se recomiendan vinos ligeros y poco estructurados. Podrían ser espumantes, vinos blancos, rosados o tintos jóvenes. Con bajo contenido alcohólico y servidos de 7 a 9 grados los espumantes, 9 a 11 grados vinos blancos, 10 a 12 grados los rosados y 14 a 15 grados los tintos jóvenes.
El maridaje psicológico va de la mano con el plato elegido y el momento del evento. Comprender la situación o el festejo es de suma importancia a la hora de elegir un vino. Este debe seleccionarse pensando en ese acontecimiento u ocasión especial, ya que su elección podrá condicionar la percepción de los comensales respecto de dicha reunión o evento. No es lo mismo una cena con amigos que una cena de negocios o una cena romántica. Por ejemplo un mismo plato, langostinos crujientes con salsa tártara, iría perfectamente con un espumante extra brut en una cena romántica, con un chardonnay reserva elegante, complejo y equilibrado en un almuerzo de negocios y quizás con un sauvignon blanc ligero y fresco en la comida con amigos.
El maridaje de valorización es un poco más complejo, se relaciona con el aspecto que más queremos destacar: el vino, la comida, o ambos. Para elevar las características de una preparación y que sea la comida el centro de atención, deberíamos pensar, por ejemplo, en un vino con un perfil aromático bajo. Para resaltar un vino, cuando sea éste el protagonista, podríamos sugerir acompañarlo con una comida de sabores y aromas simples y más neutrales. En cambio para elevar las características de ambos, vino y comida, deberemos trabajar un poco más sobre el mejor acuerdo, seleccionando exactamente los ingredientes y preparaciones más adecuadas y el vino ideal, que logren el objetivo deseado.
Lo mejor para estimular los sentidos y fomentar este aprendizaje es la experiencia sensorial, saboreando cada comida y ensayando la elección del mejor vino para cada ocasión, tanto los aciertos como los errores nos ayudarán a aprender. Además, la información que obtengamos en cursos y catas nos permitirá disfrutar de grandes encuentros entre el vino y la comida descubriendo, así, combinaciones únicas y placenteras para poder compartir con quienes deseemos.
¡Qué disfruten de sus maridajes!
¡Hasta el próximo domingo!
(*) Sommelier, fundadora de 37 19 Sur, Club de Cata y Degustación. www.3719sur.com.ar.
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