Colón fue implacable ante un River desconocido
Colón goleó anoche a River Plate por 4 a 1 en el partido que clausuró el segmento dominical de la séptima fecha del torneo de primera división en Santa Fe, donde la flojísima tarea del arquero visitante Marcelo Barovero resultó determinante para el resultado final del encuentro. Es que más allá de las también serias falencias defensivas que se observaron en la defensa riverplatense, donde Milton Casco hizo agua por el lateral derecho y los centrales Emmanuel Mammana (pese a anotar su primer gol con la camiseta rojiblanca) y Leonardo Ponzio fueron un canto al desacople, lo hecho por Barovero, seguramente con la cabeza en otra parte después de anunciar que en junio se irá del club, no se puede soslayar ni minimizar a la hora de analizar las razones de semejante derrota.
Porque los de Marcelo Gallardo manejaban con cierta tranquilidad los tiempos del partido y la pelota hasta la media hora del primer tiempo, que no es poco si se considera que es la tercera parte del encuentro, e inclusive en ese lapso se habían puesto en ventaja tras un centro de Casco a los 22 minutos que Mammana envió de derecha a la red. Era lógica y merecida la victoria parcial de la visita hasta entonces, pero a los 33 minutos Alan Ruiz, la figura de la jornada, tras eliminar dos rivales corriendo en forma horizontal al área grande le pegó de zurda al primer palo con poco ángulo de remate y el balón se filtró en un pequeño
resquicio que dejó Barovero contra el poste de ese lado. Con el marcador igualado se fueron al descanso y también con la sensación
de que Colón había tenido mucha más suerte que su rival a la hora de bajar el marcador. Pero en la segunda mitad no hubo que esperar mucho, solamente hasta los ocho, para que en una ráfaga de 360 segundos el dueño de casa liquidara el partido de manera impensada hasta para el más entusiasta y optimista de sus hinchas.
Es que en el minuto mencionado llegó un centro desde la izquierda, bajo, que Barovero se agachó a recoger con tiempo aparente como para no ser anticipado, pero antes de apretar sus dedos contra el balón llegó la punta del pie del ‘Gordo’ Mauricio Sperdutti para tocar a la red. No pasaron más de cuatro minutos y la dupla Mammana-Ponzio literalmente durmió ante un pase filtrado a Alan Ruiz que el ex San Lorenzo y Gremio de Brasil picó con solvencia sobre la dubitativa salida de Barovero. Y para completar su negrísima noche el guardavallas riverplatense no esperó demasiado, apenas otros 120 segundos, cuando le tocaron el balón hacia atrás, lo recibió con comodidad, buscó compañero al que asistir con el pie derecho, tomó la decisión y le pegó a la pelota, pero con una rémora tal que cuando lo hizo ya tenía bastante cerca, quizás demasiado, a Alan Ruiz, al que le rebotó la pelota y se introdujo mansamente en el arco como una típica ‘pavota’ de metegol.
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