Como en Pujol, vecinos de calle Urquiza al 900 reclaman por el estado de la repavimentación
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email
Vecinos de la zona de Urquiza al 900 cuestionaron la calidad de la obra de repavimentación que se desarrolló en la cuadra, ya que a un mes de haber finalizado la calle presenta signos de deterioro y temen que se vuelvan a formar pozos.
Durante el mes de enero es el segundo reclamo de este tipo que afronta la Secretaría de Obras Públicas y que se hace público a partir de las denuncias planteadas a El Eco de Tandil por la falta de respuestas de parte del área comunal.
El primero surgió desde la avenida Pujol entre Beiró y la Ruta Nacional 226, donde los frentistas se concentrarán hoy desde las 19.30 para analizar la situación (ver aparte).
Tránsito pesado e
inminentes pozos
En cuanto a la obra de Urquiza al 900, los vecinos pidieron durante años que se arreglara el asfalto porque estaba lleno de pozos. Sumado al estado de la cuadra, la esquina se llena de agua cada vez que cae un chaparrón fuerte y la arenilla de las arterias que no tienen pavimento escurre a la zona de Urquiza y Bereterbide.
Yésica Arias, una de las vecinas, describió que el problema de las precipitaciones “se mantiene. No ha llovido gran cosa, pero cuando llueva bastante vamos a tener un pequeño problema, porque no se puede pasar y ha habido accidentes”.
Manifestó que tras los reclamos lograron que la comuna repavimente “no como nosotros le habíamos pedido, pero bueno. Tratamos de decirle que asfalto de brea no queríamos porque sabíamos lo que iba a pasar. Lo llamamos al señor Civalleri y nos dijo: ‘No te hagas problema, tenés cinco años de garantía’”.
Es que la barriada impulsaba que se hiciera asfalto de cemento, como tiene la cuadra de Urquiza al 1000 que, pese al paso de los años y de los camiones, sigue intacto.
“Es el pavimento que nosotros queríamos porque pasa dos veces el colectivo amarillo, una vez para el barrio y otra para el centro; camiones cargados, que no sé cuántos kilos llevarán, pero pasan como si estuvieran vacíos. Ni siquiera pasan despacio o tratan de ver”, indicó.
Al igual que los vecinos de avenida Pujol, en Urquiza ponen en duda la calidad de la obra de repavimentación. “Si nos pudiéramos juntar entre todos y reclamar lo mismo, ya sea de distinto lugar; pero juntarnos para hacer fuerza entre todos para que esto se termine, porque cuando quisimos respirar y decir ‘tenemos un buen asfalto’, tenemos que empezar de nuevo debido a que en la próxima lluvia tenemos pozos y no queremos eso”.
“Se está lavando
la brea”
A un mes de que la empresa contratista terminara la obra, Yésica Arias observó que “se está rompiendo, se está cuarteando todo y al cuartearse, en la próxima lluvia se filtra el agua y otra vez hay pozos”.
Agregó que “se está lavando la brea, porque le pusieron brea con piedra, ya se ven las piedras. En la próxima lluvia se lavan las piedras y queda el pozo”.
Sostuvo que volvieron a llamar a la Secretaría de Obras Públicas, pero no lograron dialogar con el titular del área, el ingeniero Mario Civalleri. “Siempre lo mismo, nunca está”, cuestionó la vecina.
Pedido reiterado
Además, mostró los comprobantes y las notas ingresadas a través de Mesa de Entradas de la Municipalidad, e informó que también solicitaron un semáforo para la esquina de Urquiza y Bereterbide.
“Hay mucho tránsito. Van y vienen en contramano, desde motos, autos, camiones, pasan en contramano por donde quieren” y manifestó que no hay operativos por parte de la Dirección de Control Vehicular: “Las veces que se han parado en la esquina fue cuando hice reclamos. Después, nunca más. Estuvieron diez minutos y se fueron”.
Sumado a las notas, los vecinos han cortado la calle para protestar y han salido a tapar los pozos con la misma arenilla que baja de las calles sin asfalto.
Enojada, Yésica Arias consideró que “primero está lo esencial que son las calles, la gente, y después poner florcitas, hacer jueguitos o fuentes con agua”.
Y retomó el problema de los anegamientos: “Otra cosa que no deja correr el agua es la arenilla que viene de Bereterbide al 900, que es una loma grande y sin pavimento”, indicó y si bien algunos vecinos limpian el pavimento, se acumula e impide que corra el agua.
Ante esta situación, algunos hogares han sido afectados por el agua que ingresó a sus domicilios, por lo que piden que se haga presente el secretario de Obras Públicas en el barrio y que escuche las inquietudes de los vecinos.
“Los vecinos queremos vivir bien. No queremos que se nos inunde la casa, tener que lidiar con los pozos, tener que taparlos nosotros con la misma arenilla que sacábamos de la esquina. No puede ser”, concluyó.*
Se concentran para
defender el asfalto
Hoy, a las 19.30, los frentistas de la avenida Pujol se reunirán para analizar las medidas a seguir por el deterioro de la repavimentación que se concretó hace un par de meses.
Mirta Cruz, una de las vecinas, contó que días atrás funcionarios de la Secretaría de Obras Públicas ordenaron romper el asfalto en cuatro sectores para investigar el suelo y colocaron parches de brea en tres cuadras.
“Es una vergüenza”, dijo la frentista y explicó que aún no han terminado de conformar las veredas en las cuadras repavimentadas.*
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios