Jardín 905 pasó a la instancia nacional de la Feria de Ciencias
La docente Sandra Reggiani, a cargo de la sala de cuatro años del turno tarde del Jardín de Infantes 905, junto a la vicedirectora Claudia Bascougnet, defenderán desde hoy y hasta este jueves en la Feria Nacional de Ciencias un trabajo de huerta artesanal e invernadero que, con orgullo, sorteó con éxito las etapas regional y provincial. La institución educativa marcó así un hito en la historia del nivel inicial de la ciudad, al ser la primera en llegar a esta instancia final.
Por ello, muy satisfecha por los resultados y expectante de cara a lo que se definirá en las próximas horas, Reggiani recibió junto a sus alumnos en el jardín, ubicado en calle Roca 365, a El Eco de Tandil para mostrar la copa que ya habían ganado en las instancias anteriores y contar los detalles.
“Ya es el tercer año que participo en la Feria de Ciencias, siempre con los chicos de la sala de cuatro de este jardín. Siempre me incentiva participar porque creo que es muy lindo que los chicos se explayen en lo que investigan, le comenten a los demás y se enriquezcan, aprenden un montón”, expresó la docente.
Informó que semanas atrás participaron primeramente de la instancia regional en Balcarce, a la que fueron 24 de los 28 niños. Allí fueron evaluados y comentaron lo que habían trabajado, y lograron pasar felices a la etapa provincial, dijo, resaltando que “dentro de la Región 20 fue el único de nivel inicial y, en esa instancia, salimos seleccionados sólo dos proyectos de la provincia para participar del nacional”.
Respecto al trabajo realizado, detalló que es “muy amplio” y fue desarrollado junto con las familias de los chiquitos porque en el jardín tienen una huerta que “no está en un lugar adecuado”, indicó, y por lo tanto comenzaron a sembrar en esa huerta y también dentro de la sala, en macetas, para comparar ambas plantaciones.
“De esta forma, los chicos vieron que las semillas que estaban adentro germinaron, y las que estaban afuera, quizás por la condición en que está la huerta o diferentes climas, no. Por lo tanto, decidimos dos contextos para ver cuál era el más adecuado para que estas plantas se desarrollen”, remarcó Reggiani.
A partir de ello, relató que “hicimos una visita a una huerta artesanal de un abuelo, que se llama Urbano, tiene 90 años; y también visitamos a Roberto, que es un señor que trabaja en el Centro de Jubilados de ese mismo barrio y que realiza una huerta en invernadero”.
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El trabajo
de campo
“A partir de ello, los chicos pudieron comparar los dos modos diferentes de cultivo y decidir cuál es el más adecuado para lo que nosotros estábamos haciendo, que es convertir nuestra huerta en un invernadero. Estamos recolectando botellas con las familias, formando columnas y cerrando las paredes abiertas de nuestra huerta con botellas de plástico transformándola en un invernadero”, describió.
Después de varios días de trabajo, resaltó que los chicos llegaron a la conclusión de que el que más trabajo realiza es el señor Urbano, en su huerta artesanal, porque él utiliza la tierra que tiene ahí, la calienta en un horno de barro que él mismo hizo, la prepara, siembra y la verduras que produce se las lleva para consumo propio.
Las conclusiones y
los siguientes pasos
“En cambio, Roberto planta en almácigos, compra su tierra, su abono y entonces es diferente, él planta en plantines, así que es más artesanal el proceso de Urbano. Los dos procesos nos sirvieron a nosotros para realizar lo que queremos hacer”, aclaró.
“Además, en el patio, tenemos lombrices que nos brindó el Centro de Capacitación Laboral, donde tenemos también nuestro abono propio y hacemos el compost, que todo eso va a servir ahora, cuando esté ese invernadero cerrado, para abonar esa tierra, ponerla en condiciones y, a partir de todo lo que aprendimos, plantar en ese invernadero que vamos a fabricar”, explicó Reggiani.
Las expectativas
Tras participar y ganar las etapas regional y provincial, admitió que ahora esperan ser evaluados en la nacional y que al jurado le guste lo que hicieron a partir de las capacitaciones que tuvieron. “Nos guiamos en eso para elaborar nuestros informes y trabajamos con los chicos de acuerdo a lo que dice nuestro diseño curricular, así que es cuestión de suerte nomás”, manifestó.
Por su parte, la vicedirectora Claudia Bascougnet, subrayó que “éste es un ejemplo de cómo se puede revalorizar, a mi criterio, la importancia que tiene primero para ella la satisfacción y el esfuerzo que ha hecho, y a los chicos valorarle también todo su trabajo, y también esto de que realmente en el jardín se aprende”.
La evaluación
“En esta instancia, que es la nacional, sí se evalúa más al docente, no van a valorar tal vez tanto el trabajo realizado por los alumnos, sino las decisiones didácticas que ha hecho el docente y el abordaje del área. Sandra está muy satisfecha y, a nuestro criterio, ha hecho un recorrido didáctico impecable”, aseguró la vicedirectora.
Ambas, orgullosas por el logro alcanzado, informaron por último que es la primera vez que un jardín de infantes pasa a la Feria Nacional de Ciencias y por eso no sólo manifestaron su satisfacción por representar a la Región 20 sino también por poder demostrar a los demás que en un jardín “también se aprende y de maneras que son muy interesantes”.
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