Tras una ruidosa marcha, el Ejecutivo comprometió una suma para los trabajadores de la UOM en Cinpal
Vestidos con sus ropas de trabajo, muchos acompañados por sus familias y con el respaldo de la Mesa Intersindical, concejales del Frente para la Victoria y de agrupaciones políticas, ayer por la tarde los obreros de Cinpal enrolados en la UOM alzaron su voz en el marco de un conflicto que se desató a raíz del cierre de la fábrica ubicada en el Parque Industrial.
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En otro intento por visibilizar el problema, con la incertidumbre frente a los haberes adeudados desde junio, los trabajadores encabezaron una ruidosa marcha por las calles de la ciudad en reclamo por respuestas concretas.
Finalizado el extenso trayecto, arribaron al Municipio, donde un grupo fue recibido por el intendente Miguel Lunghi.
A la par de las gestiones por resolver la problemática de fondo, se resolvió otorgar un aporte de cinco mil pesos para los 24 operarios de la firma metalmecánica. “Es una ayuda”, valoró uno de los obreros sobre la suma que percibirán en los próximos días.
Ahora las expectativas apuntan a una posible reunión con la patronal, gestionada por el jefe de Gabinete, Mario Civalleri, a través de Cancillería, pactada para la semana entrante, en la que podría haber certezas en torno a la continuidad de la fábrica.
La marcha
El punto de encuentro fue desde las 16.30, en la sede sindical, ubicada en la esquina de Montevideo y Rodríguez. Allí, la cálida tarde reunió a los trabajadores, a dirigentes de la seccional local de la UOM y a representantes de otras organizaciones políticas y gremiales que se movilizaron en señal de apoyo al complejo escenario que atraviesan los trabajadores de la firma.
Minutos después comenzaron a desplegarse las primeras banderas, mientras lentamente la marcha comenzaba a tomar forma. En ese momento una combi se apostó sobre Rodríguez y encabezó la caravana durante todo el trayecto, haciendo sonar una persistente alarma y música que se amplificó con dos parlantes que transportó detrás.
“Lunghi hacete cargo”, “queremos cobrar”, “Cinpal 40 familias”, “empresarios corruptos, paguen”, fueron algunas de las consignas que canalizaron a través de los carteles que se utilizaron para mostrar la realidad de los empleados.
En paralelo, los integrantes del espacio que reúne a una importante cantidad de sindicatos con sede local repartieron folletos a transeúntes, comerciantes e incluso automovilistas con información respecto al reclamo.
El mensaje que se transmitió la Intersindical fue: “Exigimos al Gobierno de la Provincia y al de la Nación que tomen cartas en el conflicto de Cinpal. 40 trabajadores no cobran sus sueldos desde junio. Los dueños brasileños de la empresa siguen sin aparecer. Basta de despidos. Por la organización, unidad y lucha de los trabajadores”.
A las 16.40, bajo el sonido de bombos, redoblantes y de varias bocinas, los trabajadores y los dirigentes gremiales primero avanzaron en dirección hacia centro de la ciudad.
El trayecto fue supervisado por personal policial, de la Local y la Bonaerense, que cortó la circulación vehicular en las inmediaciones para evitar inconvenientes y colaboró con el desvío del tránsito en horas de importante movimiento.
A paso lento, y bajo la atenta mirada de los vecinos, la columna avanzó por Rodríguez y tomó, en contramano, San Martín hasta 9 de Julio. Allí, la organización tenía previsto desarrollar una radio abierta. Sin embargo, y luego de una breve deliberación, decidieron continuar su marcha con destino final el Municipio.
“Gracias a toda la gente que nos está acompañando”, manifestó uno de los obreros ante los presentes durante una breve parada en la céntrica esquina.
Bajo esa lógica, los manifestantes, que hacia el final del trayecto sumaron aproximadamente un centenar de personas, caminaron por 9 de Julio hacia Pinto, luego tomaron Yrigoyen, Sarmiento, nuevamente Rodríguez y Belgrano, hasta llegar a la sede de Gobierno.
Más ruido
La protesta tuvo otro capítulo a partir de las 18, cuando los trabajadores y dirigentes gremiales arribaron al palacio municipal. Allí trasladaron su ruidosa manifestación en busca de atención.
En el lugar uno de los empleados de la fábrica tomó unas cajas que recolectaron durante el trayecto y las depositó sobre el veredón, frente a las escalinatas de acceso, acción que motivó el acercamiento del subsecretario de Protección Ciudadana, José Denisio.
Tras una breve conversación que buscó disuadir la acción, un importante grupo invadió el hall, mientras que otro tomó el primer piso del palacio comunal sin interrumpir el sonido de los elementos de percusión.
Desde lo alto, el secretario general de la UOM, Carlos Romano, tomó un megáfono y transmitió el reclamo y un duro mensaje hacia la dirigencia política: “Queremos una solución, los políticos se tienen que hacer cargo”, soltó e imploró: “Le pedimos al Intendente que consiga los Repro o alguna ayuda económica para los compañeros”.
Agradeció el respaldo, justificó que este escenario fue “creado por empresarios deshonestos y corruptos”, a la vez que insistió, con énfasis, que “no puede ser que los políticos no consigan dinero para los 40 trabajadores”, 24 de los cuales son afiliados a la UOM.
Y para cerrar, a propósito de la reunión, que el dirigente tiene prevista para hoy en Capital Federal con el secretariado nacional, ratificó que “le voy a pedir a Antonio Caló que me libere y que Tandil se atenga a las consecuencias”, en relación a las posibles acciones.
Intercambio
con el Ejecutivo
Finalizado el enérgico discurso, Denisio y Civalleri invitaron a Romano a una audiencia con Lunghi, de la que participaron también el secretario adjunto de la UOM, Pablo Vallejos, los delegados de Cinpal, Daniel Calvo y Jorge Conforti, y los titulares de los gremios Adunce (Martín Rosso), La Bancaria (Juan Manuel Carri), y SEC (Nancy Clementi).
El intercambio se extendió durante poco más de una hora. En el hall, en tanto, aguardaron los trabajadores que, impacientes, hicieron sonar los bombos en varias oportunidades, pero recibieron pedidos de silencio para permitir la continuidad de la negociación en el interior.
Una reunión positiva
Así definió Carlos Romano el encuentro con el jefe comunal. “El balance es bueno porque el Intendente me atendió, que es lo que queríamos”, confesó.
Al referirse a los resultados valoró que lograron una “ayuda económica de cinco mil pesos a fin de mes por única vez para todos los compañeros”.
Resaltó que el pedido apuntó a conseguir diez mil pesos “pero me dijo que no tiene plata” para afrontar esa suma. De todos modos “aceptamos la oferta para los 24 trabajadores de UOM”, ratificó y agradeció el aporte.
En la ocasión el secretario general recibió la copia de una nota a partir de las gestiones formales realizadas desde la comuna a través de Cancillería por lograr un acercamiento con los empresarios de la firma, que podría concretarse la semana entrante en Buenos Aires.
“Voy al infierno a una reunión, no tengo problema”, garantizó despejando nuevamente las dudas en torno al supuesto encuentro que se había programado días atrás.
Acciones legales
A su vez el dirigente confirmó el viaje programado para hoy, donde buscará un encuentro con el secretario general de la UOM central, Antonio Caló, quien “me ha dado todo su respaldo”.
Además aprovechará para reunirse con el director del Grupo Bapro, Mauricio D’Alessandro, quien brindará asesoramiento legal para impulsar una denuncia penal, tal cual se adelantó en estas páginas.
En cuanto a las negociaciones con un posible comprador, Romano reclamó una propuesta formal para resolver la deuda con los trabajadores, rechazando la oferta que el interesado presentó días atrás.
Pese a las dificultades económicas,
el Ejecutivo otorgará una ayuda
En su despacho, instantes después de finalizado el intercambio, el jefe comunal abordó detalles de la propuesta. A la espera de una solución en menos de 30 días, confirmó que se trata de “una ayuda a 24 personas que tienen dificultades económicas; para nosotros no es fácil pero nos ponemos en su lugar y vamos a colaborar hasta que esta situación se destrabe”.
En cuanto al modo en que se afrontará este pago con recursos de las arcas comunales, respondió que “lo vamos a hacer, pero no puedo decir cómo” y se respaldó en los inconvenientes económicos que afronta el Gobierno. De todos modos comparó que los obreros “están sufriendo mucho y no podemos quedarnos al margen”.
Repasó las gestiones ante Cancillería por lograr un encuentro formal con los inversores brasileños y los contactos ante el Ministerio de Trabajo de Nación y Provincia. “Estamos intermediando”, justificó.
“No fue un té de señoritas”
Esa fue la frase que utilizó Lunghi para definir los términos en que se desarrolló el encuentro, en el que cada una de las partes expuso sus argumentos para defender su postura.
“Fue una reunión con fuerza, con ganas de decir lo que cada uno piensa, pero sin ofensas”, agregó, y defendió que “a veces creen que no hacemos nada”.
“Hay angustia de parte de ellos, es real, y a veces eso te pone a debatir un poco más fuerte. De nuestro lado, defender que hacemos lo máximo posible para solucionar, pero a veces no llegamos a más”, acentuó.
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