Conin recibe hoy a su fundador Abel Albino
El doctor Abel Albino, fundador de Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil) visitará hoy la obra en construcción del edificio de la sede Tandil, ubicada en la esquina de Darragueira y Vistalli. Al mediodía compartirá un almuerzo con los integrantes de la filial local y por la tarde, a las 19.30, en el Hospital de Niños, brindará la conferencia abierta al público “Cinco puntos para conformar una gran nación”. La entrada, a través del pasaje del Debilio Blanco Villegas, es libre y gratuita.
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“Estamos esperando nuevamente la llegada a Tandil para visitarnos de nuestro fundador, el pediatra Abel Albino, que estuvo el ante año en la ciudad, así que hace bastante que no lo vemos”, contó Claudia Méndez, integrante de la comisión.
Conin Tandil se fundó en 2007 y tras varios años en la atención de niños de 0 a 5 años y sus familias, tiene argumentos para afirmar que su labor da frutos. Uno de los ejemplos proviene de una familia numerosa, donde los hijos mayores se recibieron con honores en la escuela, pero además pasó de tener una vivienda precaria a una de materiales, con división de las habitaciones, servicios y los enseres necesarios para una buena calidad de vida.
El sueño máximo
Sin dudas, el principal anhelo de Conin Tandil es terminar la construcción del edificio, que hoy se encuentra en el encadenado. El objetivo de máxima es inaugurarlo en 2017, con el inicio de la actividad fuerte y los talleres de capacitación en nutrición. Es que hoy si bien la demanda social es alta, el límite es el lugar físico.
Hoy funcionan en la capilla de San Cayetano, pero “las necesidades de espacio son urgentes. Con los recursos que habíamos logrado ir ahorrando y con donaciones que fueron llegando en los últimos meses, pudimos levantar hasta los encadenados”, contó Claudia Méndez en una visita al predio de Darragueira y Vistalli.
El proyecto, que comprende unos doscientos metros cuadrados, es muy atractivo. La entrada al edificio está planteada por Darragueira, a un distribuidor. A la izquierda estará la cocina, una de las principales dependencias en un centro Conin porque es donde se dictan los talleres. Luego hay un espacio grande que estará dividido en los consultorios de pediatría, psicología, nutrición y estimulación temprana, para desarrollar los tratamientos por los que pasan los chicos que se atienden en el programa. Además hay dos salas, una para recién nacidos hasta el año y otra para los deambuladores.
Cerca de empezar a techar y con los materiales ya donados, a la ONG le resta conseguir aberturas, la cubierta de madera para el cielorraso, vidrios, materiales para el revoques y terminaciones finas, sanitarios, grifería, pisos, caños del sistema de calefacción por losa radiante y la caldera. En tanto, para el ambiente más importante del centro Conin, solo tienen una cocina industrial que les regalaron.
“Estamos a la espera de que la población de Tandil y la gente que pueda colaborar, ya sea desde los materiales concretos a donaciones en dinero. Siempre la idea es destinar todo a la construcción”, resaltó Claudia Méndez, acompañada por Myrian Fernández y Elida Núñez.
Hoy Conin trabaja con 15 familias y 28 niños. “La demanda está. El problema que tenemos es el espacio”, reiteró, y explicó que solo trabajan dos veces por semana porque la disponibilidad del lugar en la parroquia es bastante limitada.
La prevención
Conin entra en acción cuando se detectan problemas de nutrición en niños. La coordinadora del centro Conin, Myrian Fernández, explicó que “por suerte, en Tandil no tenemos casos graves, pero a partir de que hay una deficiencia nutricional, ya hay un efecto sobre el organismo, sobre el sistema nervioso central”.
Explicó que los niveles de riesgo son el bajo peso, la baja talla, la desnutrición leve, la moderada y la grave, aunque “en Tandil tenemos la bendición de una gran red y un sistema de salud importante, entonces no tenemos casos graves y si hay graves, son secundarios asociados a patologías”.
Myrian Fernández destacó que en la desnutrición es fundamental trabajar desde la prevención y el abordaje temprano, porque “cuanto antes protegemos este sistema nervioso central, este cerebro de este niño que está justo en una etapa crucial, que es de 0 a los 2 años, donde termina de sellar su sistema nervioso central”.
Las derivaciones a Conin se producen a través de los centros de salud, de los servicios judiciales como el fuero de Familia, de alguna escuela donde detectan una situación particular en una familia, mamás que demandan atención o advierten situaciones en su barrio. “No hemos hecho nunca en Tandil censos ni búsqueda, porque para eso tendríamos que tener un sistema para poder abordarlo”, indicó.
-¿Qué influye más en Tandil, la cuestión cultural o la económica?
-Es como lo determina Abel (Albino): la suma de factores. Hay que hacer un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza, la vulnerabilidad, como consecuencia directa, la desnutrición. Cuando hablamos de múltiples factores, justamente estamos mencionando educación, recursos, condiciones de vulnerabilidad, falta de vivienda o muy precarias sin servicios, situación de calle.
-¿En esta ciudad cuál predomina?
-La multiplicidad de factores. Nos encontramos con familias que tienen las herramientas, en el sentido de que el sistema tiene un abordaje social del Municipio, del área social de desarrollo de la Nación, desde salud, pero hay una cantidad de factores muy difíciles de abordar y entre ellos, la educación. Entonces, trabajar muy de cerca. Esta cuestión que hace Conin de trabajar personalizadamente la problemática con la familia, nos permite trabajar en todo el abordaje, con la red. Las herramientas están. Lo que nosotros hacemos, de alguna manera, en este seguimiento personalizado, es acercar la mamá a la herramienta o la herramienta a la mamá. Más allá de tener un equipo de profesionales que trabaja semanalmente con la familia, con el niño y con la mamá.
-¿En cuánto se lograr revertir la situación? En promedio, ¿cuánto está una familia en el programa?
-Hay instancias. La más urgente y la que por suerte debemos buscar la solución rápida, es el progreso del niño con el riesgo del bajo peso o la desnutrición. En la mayoría de los casos, esa recuperación es bastante rápida. Cuando llegan tardíamente, tenemos secuelas o consecuencias que serían por ejemplo, en nuestro caso, la mayoría de las veces el acortamiento de talla. Digamos, ciertos nutrientes muy importantes para el crecimiento no llegaron en la cantidad y condiciones que hacían falta, y ese niño tiene ya afectada su talla.
-¿Se ha observado en Tandil?
-Sí, se observa. Son niños con buen peso, hasta cachetones, pero que están bajos de talla para la edad. Se debe a la malnutrición: no recibió la calidad, cantidad, tipo de elaboración, tipo de alimento disponible. La mayoría de las veces se accede, en caso de vulnerabilidad, a alimentos ricos en harinas. Si bien el Municipio en esto también estuvo expectante y generó el Plan Nutricional Municipal, donde las familias con determinadas condiciones de salud reciben alimentos de alto valor proteico dentro de lo que se puede, y frutas y verduras. Aparte, hay que hacer un trabajo muy personalizado con algunas familias, donde hace falta un seguimiento.
-Es una tarea en principio triste, pero sobre el final muy gratificante…
-Diría que es dura la realidad siempre, pero es gratificante desde el primer minuto, porque uno se encuentra con la respuesta no solo de las familias sino de la comunidad en general, que tiene como objetivo el progreso. Lleva a lo mejor mucho tiempo, a veces una familia ha estado hasta cuatro años dentro del programa porque ingresa con su bebé muy chiquito, pero los logros que se obtienen al final, la autonomía que logra la familia, son un placer.
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