Cuáles son los motores que atraen a los automovilistas argentinos
Muy atrás quedaron los gigantes y glotones bloques de 5,0 litros (o más) que significaban potencias proporcionales a semejante cilindrada. Ahora, con apenas un litro se pueden superar los 100 CV, logrando al mismo tiempo una reducción del peso total, aumentar las prestaciones, consumir menos combustible y, de yapa, contaminar menos el medioambiente. Es decir, se achica la cilindrada, pero no se pierden prestaciones ni eficiencia. A nivel global este fenómeno se viene dando desde hace unos años y los motores de 1,0 litros son su última expresión. En la Argentina, son pocos los modelos que los equipan.
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Uno de los primeros en montar un bloque de solo tres cilindros en el país fue el Smart Fortwo. Hoy, tanto este como su variante cinco puertas (ForFour) mantienen la tradición (incluso la de ubicarlo en el sector posterior). En primer lugar, ambas carrocerías equipan un 1.0 de 71 CV con 9,3 kgm de par a las 2.850 rpm, y puede estar combinado a una caja manual de cinco marchas o automática de seis. Desde el año pasado, la filial local ofrece la variante Play, una más lúdica de conducir al montar un 0,9 litros de inyección indirecta y turbocompresor, con 90 CV y 13,8 kgm de par a las 2.500 rpm. Este moderno bloque (el más chico del mercado) le da una relación potencia/litro de 100 CV/l, estupenda para su ligero peso que no llega a la tonelada.
Más económicos, los Volkswagen Up! y Chery QQ son otros citadinos que montan un tricilíndrico. Por el lado del producto que llega desde Brasil, desde su lanzamiento, en 2014, se ofrece con una potencia de 75 CV y 9,7 kgm de torque (a partir de $ 208.200); y desde hace unos meses también cuenta con una variante turboalimentada llamada Pepper ($ 302.150), la cual suma inyección directa e intercooler, lo que estira su caballaje a 101 CV y el par a 16,8 kgm.
La historia del Chery QQ fue distinta. Primero llegó a la Argentina en 2010 con un motor de cuatro cilindros de 1,1 litros y 68 CV, pero desde finales de 2015 la nueva generación cuenta con un tricilíndrico de 998 cm3 (inyección multipunto), que mantiene igual potencia, pero entrega menos torque (9,5 vs. 11,6 kgm). Hacia fin de año se sumará el 1.0 de 12 válvulas del Renault Kwid, que contará con 66 CV de potencia.
Siguiendo la escala de segmentos, por ahora el Citroén C4 Cactus ($ 457.000) se mantiene como el único SUV en montar un tricilíndrico. Se trata del el 1.2 Pure Tech de cuatro válvulas por cilindro, inyección directa y turbocompresor. Cuenta con una potencia de 110 CV y un par de 20,9 kgm a partir de un régimen muy bajo (1.500 rpm). Otra camioneta que se sumará a la “ola tricilíndrica” será la Ford EcoSport, la cual contará entre las opciones de motorización, a un 1.5 de 12 válvulas y 123 CV.
Entre los Premium, la llegada de la nueva generación del Mini supuso también el arribo de lo más moderno del Grupo BMW en materia motriz. Hablamos del bloque denominado B38M, el cual consta de tres cinlindros y 1.499 cm3 de cilindrada, con inyección directa, turbo e intercooler. Rinde 136 CV y 22,4 kgm de par y, desde 2015, es montado en los Mini Cooper, para luego sumarse al BMW Serie 1,entre otros. Por último, DS, la flamante marca del Grupo PSA, ahora monta en el modelo 3 el 1.2 Pure Tech. Lo hace para las versiones So Chic (u$s 30.500) y la Cabriolet (u$s 36.000).
A nivel regional, hay modelos como los Ford Ka o Fiat Argo que cuentan con motorizaciones con solo tres cilindros, sin embargo, en nuestro país lo hacen (o hará, en el caso del hatch de la casa italiana) con la configuración tradicional de cuatro. El primer día de septiembre en ese país se revelará el Volkswagen Polo, la versión Mercosur del hatchback europeo, con una variante del motor del Up! Pepper, la cual estirará la potencia a 128 CV, y el torque a 20,4 kgm. El ciclo de los propulsores tricilíndricos, al menos en la Argentina, recién comienza.
Fuente. Cronista
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