Cuatro artistas en ?Blonderos 2010?
La propuesta, que se inaugura el próximo 6 de noviembre a las 20, surge de un disparador común, ya que los artistas miran desde sus distintos soportes y lenguajes, pero en diálogo.
El catálogo de la exposición resalta: ?Blondas primero albas, primorosas. Luego ya se sabe: la blancura dura poco.
Raudamente se transforman en papeles, soportes que sostienen dibujos, ideas, tortas, masitas, copas.
Proponen lindura, belleza previa, anterior, provocativa. Una categoría que en el taller pide ser superada, como cuando se utiliza un muy buen papel.
Filigranas que preguntan. Las gorgueras de Rembrandt. El portaligas de Ramona. El chesse cake, el lemon pie, el babero de Iñaki, ¿cuál es la forma?
Las blondas regalan la libertad de olvidar su caladura, su redondez o su rectangularidad. Su orden atiborrado es simple soporte (un asunto no menor).
Hay un explícito oficio de contención en estas leves puntillas. Poderosas transportan imágenes. Dignifican distinto: lo más importante no es qué llevan dentro, sino sus potenciales condiciones para el arrebato, el uso, su infinita predisposición a ser cortadas, pintadas, pegadas.
La naturaleza múltiple del arte impreso emergió rápidamente en las blondas. La matriz de corte y gofrado cuenta esta valiosa acción que se repite y las reproduce por cientos como hace un buen grabador.
Un bello síntoma éste, el de la reiteración, el de la intensidad de una huella hasta el calado. Cierto rebote mecánico, ágil, útil en la cocina del me decido a producir imágenes sinceras, hondas.
Por eso también las blondas narran ritmos lentos: porosas y complejas como el tiempo que registra la memoria.
En las blondas compartimos alimento. La evidencia permitió revisar el sitio de cada uno. Opíparo rito en torno a mesas puestas. Pasamos risas e inviernos de digestión lenta en el intento de asir el juego, desguazar el mito.
De tanto en tanto se vive la sensación de colectivo: vamos rápido, apretados, transpirando la fricción del trabajo. En tiempos de siesta viajamos solos, asomados a la ventanilla para ver qué se nos ocurre, siempre con algo de comer en las manos, de ser posible envuelto en blondas?.
Creativos, docentes, investigadores y profesionales del arte de esta ciudad montarán cuatro salas que invitarán a descubrir la pasión individual y grupal en el planteo del tema abordado.*
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