Denuncian que el Hipódromo transgredió una resolución del Senasa para realizar carrera
Un nuevo capítulo se abre ahora en la controvertida administración del Hipódromo de Tandil, ante la denuncia que sostiene que la concesionaria violó una resolución del Senasa y llevó adelante carreras con caballos de otras localidades, cuando por la arteritis viral están prohibidos los traslados.
El denunciante, el cuidador Jorge Cuenca, acompañado por el médico veterinario Gustavo Adolfo Alvarez, reveló el hecho ante El Eco de Tandil, lo que constituiría una presunta irregularidad en el manejo del circo de carreras.
Alvarez, que se desempeña en el Aras General Lavalle, expuso un panorama sobre la situación que motivó la resolución nacional, aún vigente.
El Senasa dispuso el 6 de mayo un alerta sanitario a nivel nacional y la restricción de movimientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires durante dos semanas, tras los indicios sobre la enfermedad (abortos de yeguas, por ejemplo) en un aras de San Antonio de Areco y en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), que se encuentra a diez cuadras del Hipódromo de Palermo (esta proximidad es uno de los fundamentos de la restricción).
Sin embargo, el 20 de mayo el organismo nacional extendió el alerta a través de una nueva resolución, por lo que no deberían haberse disputado carreras el pasado domingo en el Hipódromo local con caballos provenientes de otras localidades.
En los considerandos del segundo documento, el Senasa justificó la prolongación de la medida ante la aparición de nuevos casos de arteritis viral, aunque otorgó un par de excepciones: autorizó a los equinos de las fuerzas de seguridad, previo estrictos controles, a hacer los movimientos para el desfile que se realizó el 22 de mayo en la avenida 9 de Julio; y concedió el derecho de traslado al corredor sanitario comprendido entre los circos de carreras de La Plata, San Isidro y Palermo, con un riguroso examen de entrada y salida para los caballos.
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La enfermedad
La arteritis viral es una enfermedad de denuncia obligatoria y tiene un período de infecciosidad de 28 días. ?En sí es muy benigna. Tenemos muchas alternativas para combatirla, siempre y cuando respetemos ciertos controles; pero las medidas sanitarias no son para cuestionar, son para cumplir?, sostuvo Alvarez, ante lo ocurrido en el Hipódromo.
El veterinario explicó que la patología es propia de los équidos (caballos, mulas, y burros) y no se transmite al hombre.
Hasta 1994 era una enfermedad exótica en la Argentina y no podía ingresar ningún caballo de países que reconocieran padecerla, por ejemplo Estados Unidos.
En 1997 se dispuso un control de padrillos de determinadas razas y aparecieron casos positivos en distintas localidades. ?Aquí en Tandil tuvimos cuatro y a dos hubo que castrarlos, con la consecuente pérdida económica que implica para un aras?, subrayó el especialista.
Lo que habría ocurrido en esta oportunidad es el ingreso de material seminal congelado y con un análisis negativo, desde Holanda. ?Estamos hablando de aras de salto. No en las de carrera, donde está prohibida la inseminación?, aclaró.
El porcentaje de casos de arteritis es en general muy bajo, y es un virus bastante lábil. ?Pero a quien le toca, es el 100 por ciento del aras?, advirtió Alvarez.
La enfermedad tiene dos vías de transmisión: a través del aire o las vías venéreas (en una sola dirección: del padrillo hacia la hembra).
?En GEBA, el 90 por ciento de la población está contagiada. El virus es de muy fácil inseminación por las fosas nasales?, informó el veterinario, y cerró con una aseveración: ?Aquí hay una resolución del Senasa, con el quórum de la Comisión Equina Nacional. Este tipo de resoluciones no puede tener excepciones. Y si las tuviera, tendrían que haberse conocido de antemano y todos tendríamos que haber estado informados?. *
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