Detuvieron a dos delincuentes que, a mano armada, robaron 12 mil pesos de una librería
El hecho ocurrió alrededor de las 19.30, en instantes en que los dueños de la librería, Pablo Tripodi, su esposa Irma Carballo de Tripodi y su madre Graciela Tripodi, estaban tomando mate en el local. Repentinamente, dos hombres armados ingresaron y les dijeron: “Esto es un robo, dame la plata”. Otro delincuente se quedó en la puerta del negocio para asegurarse de que nadie ingresara y haciendo de campana.
Los malhechores actuaron a cara descubierta, y uno de ellos exhibió un revólver que llevaba en la cintura.
Inmediatamente, Pablo Tripodi accedió a la orden de los cacos y les entregó todo el dinero que tenía debajo del mostrador. Una vez que obtuvieron el botín, uno de ellos llevó a los damnificados al baño. Además, le pidió al dueño que le entregara el celular.
Graciela contó que “nos llevó al baño y nos preguntó si teníamos hijos. Dijimos que sí y nos advirtió: ‘Piensen en ellos, no me miren a los ojos y cuenten hasta cien’. No nos encerró, nos dejó la puerta abierta. Luego se fueron, nosotros nos asomamos un poco, vimos que cerraban la puerta y salimos”.
El asalto se perpetró con mucha rapidez y los delincuentes se dieron a la fuga caminando.
“Un susto
tremendo”
“Nos llevamos un susto tremendo. Al principio yo creía que era un amigo de mi nuera que nos estaba haciendo una broma, porque no podía creer que entraran de forma tan decidida, sin estar nerviosos, tan tranquilos. Habían estado sentados esperando a que se fueran los clientes desde hacía rato, porque tuvimos toda la tarde mucha gente y cuando no quedó nadie, entraron”, explicó.
En cuanto al dinero con el que se alzaron, estimó que se trató de 12 mil pesos o más, ya que “no hicimos arqueo pero se llevaron todo, toda la venta del día y algo del cobro”.
Durante la entrevista con este Diario, la víctima recordó que hace aproximadamente dos años asaltaron a su hijo cuando estaba cerrando el local.
La detención
De acuerdo a la descripción de los damnificados, uno de los delincuentes tenía entre 35 y 40 años, pelo corto y ojos claros, y vestía campera marrón, en tanto que el otro, de entre 20 y 25 años, estaba usando campera azul con capucha.
Los delincuentes se dieron a la fuga caminando y minutos después personal policial realizó un operativo cerrojo en inmediaciones al lugar del ilícito donde logró interceptar a dos personas con similares características a las descriptas por los denunciantes.
Posteriormente, los aprehendidos fueron reconocidos por las víctimas y quedaron alojados en la Seccional Primera. Al cierre de esta edición se estaban realizando las actuaciones, por lo que no fueron informadas las identidades de los sospechosos. u
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