Diego Perrotta, un artista que exterioriza el mundo y sus tensiones con sus personajes
En el marco de la inauguración de la muestra, la directora del Mumbat, Indiana Gnocchini, comentaba que ?con matices análogos a las torceduras de un alma afligida, que sirven como alta voz del sentir de muchos otros que piden ayuda, lloran, reflexionan, advierten, combaten, son parte de las propuestas estéticas de Omar Panosetti y Diego Perrotta. En un abanico de emociones que abarcan desde la instrospección al cinismo ácido, ambos artistas-amigos, convergen en la narración, frente a la necesidad de correr el velo de lo superficial.
Diego Perrotta, sin censura, revela la profunda conexión entre lo popular y la realidad social, que a partir de sus vivencias en Liniers, espacio donde transcurre su infancia, han calado profundo en su posterior obra, tanto literaria como plástica.
Exterioriza un mundo de tensiones entre el bién y mal, odio y amor, vida y muerte, Dios y el diablo, la religión y lo pagano, la luz y la oscuridad, negro y blanco. El derecho y el revés de la humanidad en crísis, una dualidad planificada en la que los climas cromáticos cálidos y fríos, las paletas plomizas, terrosas, o las saturadas de color se mimetizan con el sentido del mensaje. Así personajes como el diablo-insecto que acecha y nos habla de la crisis, el arácnido del poder político, una especie de animal que pone la ciudad en peligro y la figuración del guardián, el matasiete, el justiciero que lucha en pos del bién, son sólo algunos de los imaginarios con que el artista lúdicamente nos introduce en su ideología sin caer en resoluciones obvias o panfletarias. Práctica artística y actitud de vida, se confunden en un solo gesto?.
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En una cálida e intensa entrevista, el artista Diego Perrotta develó aspectos de su arte y trayectoria.
-Elija una obra que lo represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio?
-Creo que hay dos obras que especialmente me representan, son dos pinturas: la primera se llama ?El matasiete? (acrílico sobre tela de 245 x 210 cm. año 2006), que actualmente forma parte de la colección del Museo Sívori de Buenos Aires. En este cuadro intento resumir el espíritu que quiero que tenga mi obra. El ?matasiete? es un personaje inventado que surgió de cuentos que escribo, relatos de un hombre justiciero y solitario que en la noche recorre los sitios más oscuros de la ciudad. La otra obra elegida que es ?El diablo en la ciudad? (acrílico sobre tela de 120 x 120 cm. año 2003), donde aparece el otro extremo de las historias que reflejo mediante la pintura: el bien y el mal; el diablo maléfico que ejerce sus oficios implacables acechando nuestra gran ciudad. Hablando del estilo, la pintura que realizo tiene una condición muy gráfica. Me interesa especialmente el proceso del color, también realizo dibujos, instalaciones, cerámicas, murales y ediciones editoriales.
-En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
-La verdad no se me ocurre cómo sugerir la lectura de mi obra, es algo que me cuesta definir. Si me detengo más en la pregunta, creo que mi obra tiende a conversar con el otro, no es un tipo de arte hermético, y tiene un clima narrativo, una mezcla de aromas a relatos y cuentos. Mi trabajo no está dirigido solamente al público de arte, se puede ver mi obra en la vía pública en los murales callejeros, en tapas de disco de rock, como ?Tercer arco? de la banda Los Piojos, en libros, publicaciones, etc.
-En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
-Me cuesta mucho reconocerme en una sola tradición, ya que siempre fui muy inquieto en la mirada y de gustos cambiantes en cuanto a las diferentes corrientes de arte contemporáneo. Siempre me interesó la historia de la pintura, en especial la argentina, el oficio de nuestros maestros, sus recorridos y enseñanzas; entre ellos me gustan Enrique Policastro, Roberto Aizemberg, Xul Solar, el movimiento de la Neo Figuración, Carlos Gorriarena, Fermín Eguía, Daniel Santoro; y de las generaciones posteriores, Eduardo Molinari, Patricio Larrambebere, Max Gómez Canle y Diego Haboba.
-Pensando en los últimos diez o quince años, elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique porqué.
-Obras significativas, pienso, pienso… y no se me viene a la cabeza ninguna, pero sí recuerdo muestras y las que más disfruto son la exhibiciones retrospectivas de artistas donde se ve la producción de años de trabajo, por ejemplo la de León Ferrari en 2004 en la sala de Cronopios del Centro Cultural Recoleta, la muestra del ?Museo de la Inconciencia? arte de los internados en los manicomios del Brasil, Víctor Grippo en el Malba y Marcia Schvartz en el Museo de Bellas Artes y el Centro Cultural Recoleta, todas estas muestras las elegí porque fueron importantes para mi formación y motivación; y por el respeto que tengo de los recorridos que tomaron este grupo de artistas.
-Tiene una trayectoria importante?
-Trabajo de muy chico, mi primera muestra fue a los 17, hace 19 años que estoy exponiendo, y mi primera beca a los 22, en México. Mucha gente que no me conoce personalmente cree que soy más grande, pero es que empecé de muy chico y me metí de lleno, y todo se fue dando. (Fuente: Visión del Arte).
La muestra pude ser visitada en los horarios habituales del Museo de martes a domingos de 16 a 20 y de martes a viernes de 8.30 a 12.30.*
Más de 143 años escribiendo la historia de Tandil
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