Dos tandilenses dejaron todo, cargaron sus mochilas y llevan siete meses por el mundo
Bernardo Cuadrelli y Juan Quargnolo dejaron sus trabajos, a sus amigos y familias y partieron a recorrer el mundo. Sin demasiados planes, con sus ahorros, algunos contactos y muchos sueños, llevan siete meses por el mundo. Arribaron a Roma el 1 de marzo pasado y por estos días intentaban llegar a Viena, a dedo.
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Bernardo, quien respondió a esta entrevista, tiene 25 años. Antes de emprender este particular viaje se recibió de licenciado en administración de empresas en la Facultad de Económicas de la Unicén. Es más, tuvo que dar varios finales y logró el título solo tres días antes de tomar el vuelo a Europa. Hasta ese momento, trabajaba en la universidad, pero decidió salir al mundo junto a su amigo Juan. Su compañero tiene 28 años y es ingeniero civil. Si bien nació en Río Gallegos y estudió en Córdoba, su familia lleva una década radicada en Tandil.
Bernardo mantuvo esta entrevista en las puertas de un mercado, en las afueras de Graz, Austria. Mientras cuidaba las mochilas, su amigo había ido a comprar todo lo necesario para preparar unos sándwiches. Luego seguirían camino, parados al costado de la ruta, para hacer dedo con el objetivo de desembarcar en Viena.
Antes de despedirse de la Argentina, los viajeros tandilenses crearon el blog “Viajando sin rutina”, con el objetivo de contar algunas vivencias y que sus amigos y conocidos pudieran seguirlos por los distintos países que visitan.
El punto
de partida
-¿Cuándo decidiste irte y con quién organizaste el viaje?
-Este viaje lo empezamos a hablar con Juan en 2013. Yo estaba trabajando hacía un año en Tandil y él se acababa de recibir y empezaba a trabajar en Córdoba. Habíamos viajado juntos a Perú con otros amigos y entre nosotros dos tuvimos muy buena onda para acompañarnos todo el tiempo en lo que cada uno quería hacer, algo que es importante para la convivencia en un viaje. No le pusimos fecha, pero siempre lo fuimos pateando porque mi título no llegaba.
-¿Planificaron la travesía o van decidiendo los destinos sobre la marcha?
-No sé si a lo que hubo se le puede llamar organización. Desde que lo empezamos a pensar, nos llamábamos mínimo dos veces por semana para hablar de lo que nos gustaría hacer. En ese momento era todo un sueño que parecía un tanto utópico e inalcanzable.
Nunca tuvimos una ruta de viaje planificada. Hay ciudades y hasta países enteros, como Marruecos, que nos fueron llamando sobre la marcha.
-¿Hasta cuándo piensan viajar?
-Por suerte, no tenemos fecha de vuelta, aunque nuestro vuelo era con vuelta a los 15 días, cosa que perdimos intencionalmente. No sabemos tampoco hasta cuándo vamos a viajar. Hay muchísimos lugares que queremos conocer y no queremos ponerle fecha. Eso nos quitaría un poco la libertad que venimos buscando.
Si no tenemos ningún impedimento económico ni de salud y nos da la cuerda desde lo anímico, supongo que vamos a seguir intentando darle la vuelta al globo durante tiempo indeterminado.
La logística
del viaje
-¿A qué países has llegado?
-Hasta el momento hemos recorrido Italia (pasando por Vaticano y San Marino), Francia (pasando también por Mónaco), España, Portugal, Marruecos, Croacia, Bosnia, Eslovenia y Austria. En el horizonte de corto plazo tenemos pensado visitar Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa y Alemania.
-¿Cómo viajan?
-No tenemos una forma única de viajar, hemos cruzado fronteras de países a pata o en barco. Intentamos hacer dedo siempre que podemos, y la verdad que no nos ha ido tan mal. Tengo una lista en la que anoto cada vez que nos levantaron y ya vamos cerca de treinta.
En caso de que por alguna circunstancia no podamos hacer dedo, viajamos en tren, micro o autos de particulares que contactamos por un sitio web.
-¿Dónde duermen?
-Hemos dormido en lugares algo improvisados como un convento de monjas en Asís, un almacén de pinturas en un pueblo cerca de Santander, terrazas de hosteles en Marruecos o un Centro de Refugiados en Florencia.
También utilizamos bastante el sitio web CouchSurfing que sirve para conocer gente local en las ciudades y muchas veces también te ofrecen una cama.
Pero gracias al trabajo que tuve en Tandil y por haber estado en una organización internacional de estudiantes llamada Aiesec, hace varios años vengo teniendo contacto con chicos extranjeros, la mayoría de ellos estuvieron haciendo intercambios en Tandil. Hace un año me puse a recopilar todas las personas que había conocido durante los últimos seis años y armé un mapa marcando cada ciudad donde tengo a alguien conocido.
Hoy en día ese mapa se agrandó mucho con la gente que fuimos conociendo durante el viaje y es algo que usamos como guía, en base a él vamos orientando nuestros rumbos.
-¿Cómo se mantienen económicamente?
-Hasta ahora venimos sobre todo con nuestros ahorros de los años trabajados en Argentina. Juan trabajaba para Arcor en Córdoba y yo en el Area Internacional de la Facultad de Económicas de Unicén, algo que me dio varios contactos que ahora estamos aprovechando.
Estuvimos tres años tratando de guardar el máximo posible de nuestros sueldos para poder estar hoy acá, pero obviamente la plata se va agotando y se hace difícil mantenerse sin fuentes de ingreso.
Igualmente tratamos de gastar solo en lo necesario, venimos con un presupuesto promedio de 12 euros por día… incluyendo transporte, alojamientos y demás.
A veces dan ganas de pagarse un tour o entrar a algún museo, pero igualmente disfrutamos más las experiencias del día a día en la calle que las que hay que pagar para tenerlas y sabemos que para viajar mucho tenemos que gastar poco.
En algunas ciudades me puse a tocar la guitarra en la calle para hacer algunas monedas y Juan también aprendió a hacer pulseras, aunque todavía no empezamos a venderlas. Aún no tenemos stock.
Durante el verano europeo estuvimos dos meses trabajando en Hvar, una isla de Croacia. Teníamos a cargo el pub crawl (tour por bares) de un hostel. Cuando llegamos no estaba muy bien armado, a los huéspedes se les ofrecía un trago gratis en un solo bar del pueblo, a nosotros nos pagaba el bar en caso de que llevemos más de diez personas y el hostel nos daba alojamiento gratis. No ganábamos mucho, pero nos daba para salir hechos.
Con el tiempo fuimos moviéndonos y conseguimos dos bares más en los que les den algún trago de bienvenida a nuestros huéspedes. En uno de esos bares nos pagaban, por lo que pudimos mejorar el servicio y nuestros ingresos.
Para los huéspedes estaba bueno porque era gratis y les permitía conocerse con las demás personas que estuviesen alojadas en el hostel. Hemos llegado a tener treinta personas en nuestro pub crawl en una sola noche e hicimos muy buenas migas con todos los chicos que salían con nosotros.
Nuestra idea para mantenernos más tiempo es, con las últimas monedas que nos queden, volar a Nueva Zelanda y buscar trabajo allá, ya que suelen pagar muchísimo por trabajos como pintar casas o juntar frutas en los campos. Después de eso esperamos que nos dé la plata para recorrer varios meses más.
Las experiencias
-¿Qué es lo que más te ha llamado la atención?
-Muchos nos preguntan qué es lo que más nos gustó o llamó la atención y es la pregunta más difícil de responder. Nos sorprendemos casi cotidianamente con lugares y experiencias nuevas. La respuesta se nos hace muy amplia. En cuanto a la geografía, nos ha sorprendido cómo países tan chicos tienen todos los paisajes. Hay lugares en los que se puede estar esquiando y a la media hora metidos en el mar.
Una experiencia para destacar puede ser el Camino de Santiago en España, donde se tiene mucho contacto con la naturaleza y con uno mismo.
Un lugar único puede ser el desierto de Sahara en Marruecos. Tan inmenso que te hace sentir miniatura.
Nos gustó mucho el arte que se encuentra en toda Italia o la historia reciente en la zona de la ex Yugoslavia, países con menos de 30 años en los que todavía se ven marcas de los disparos en las fachadas de las casas o edificios completamente en ruinas.
Pero obviamente el gusto que te queda de cada lugar depende más que nada de tu experiencia allí y muchas veces hemos llegado a pueblitos perdidos en el mapa por conocer a alguien durante el camino que nos invita a su casa, y salimos encantados por el lugar y la gente.
Siempre sobresalen en el recuerdo los lugares en los que conocimos alguna persona local, que nos muestra más allá de lo que ‘hay que ver’, esas cosas que nunca hubiésemos conocido por nuestra cuenta ni pagando un tour.
-¿Qué es lo que más te gusta de esta experiencia?
-Nunca es fácil salir en busca de un sueño cuando esto implica dejar muchas cosas de lado y en nuestro caso, aunque no suene muy lindo decirlo, nos sentimos algo orgullosos de haber tenido el coraje de dejar buenos trabajos que nos darían estabilidad durante muchos años por algo que realmente queríamos hacer.
Si hay algo que tendríamos que resaltar sobre nuestra experiencia sería el hecho de poder vivir cada día con la incertidumbre de no saber qué va a pasar, dónde vamos a ir o a quién vamos a conocer. Un día cualquiera puede estar lleno de nuevas aventuras.
Por otro lado, el apartarnos tanto de la rutina nos hizo perder la noción del tiempo. Muchas veces no sabemos en qué día estamos, las semanas y los meses son tan intensos y cambiantes que se nos hacen mucho más largos de lo normal. Se nos hace muy distante cuando pensamos en qué estábamos haciendo hace una semana
Estar lejos
-¿Qué es lo que más extrañás?
-Se extraña mucho el juntarse con los amigos, ver a River los domingos con mi viejo, que mi vieja me cocine e ir a tomar mate a la casa de los abuelos. También nos hace mucha falta comer un asado o jugar al fútbol con amigos.
Hay días que sin motivo nos agarra una mezcla de angustia con nostalgia y uno por dentro se pregunta si tiene sentido lo que está haciendo y las mochilas se sienten más pesadas. Es ahí cuando sentimos ganas de estar en Tandil con nuestra gente, pero intentamos no darle tantas vueltas al balero. Es normal pasar por esos días cuando se está lejos.
Somos conscientes de que si estamos acá es porque lo quisimos durante mucho tiempo y por suerte son muchos más los momentos en los que se disfruta que en los que se extraña.
-¿Cuánto hace que se fueron?
-Estamos por cumplir siete meses de viaje. Arrancamos el primero de marzo en Roma.
-¿Han sufrido algún choque cultural?
-Salvo en Marruecos, no hemos tenido grandes choques culturales, quizás por haber andado sobre todo en sociedades occidentales. Pero por este motivo nos interesa recorrer varios países en Asia, más que nada Medio Oriente durante este viaje.
-¿Cada cuánto tomás contacto con amigos y familiares?
-En un principio intentábamos no tener tanto contacto como para no estar tan pendientes de nuestra vida de allá y poder alejarnos un poco desde lo mental. Con el tiempo se nos fue haciendo más difícil, siempre es bueno sentir el calor de tu gente cuando no estás cerca de ellos.
Gracias a whatsapp tenemos contacto seguido por chat y nos llamamos cada tanto.
-¿Cómo ves tu vida en el futuro?
-La verdad es que no tenemos ni idea, tratamos de no pensar tanto en eso para no comernos la cabeza. Igualmente somos muy aferrados a nuestras raíces y casi seguro vamos a terminar volviendo a la Argentina y en mi caso a Tandil. Pero para el futuro falta mucho, ya iremos viendo cómo se va dando todo. Paso a paso.
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