El cierre de la Posada de los Pájaros responde a una crisis turística de la que Tandil no es ajena
La Posada de los Pájaros cerró sus puertas y por eso, el de ayer fue un día no sólo muy difícil, sino también triste. Así lo confirmó en diálogo exclusivo con El Eco de Tandil, el presidente del directorio Hoteles Spa SA, quien hasta ayer tenía a cargo la explotación del lugar, Gustavo Di Giorgio, que con una mezcla de emoción y decepción en su voz, dio a conocer los motivos y detalles del cierre de su gestión al frente del emblemático spa, que desde su lugar privilegiado en las sierras, ha cobijado a lo largo de los años lo más exquisito del turismo nacional e internacional.
-Son muchos los rumores. ¿Cuál es la realidad de la Posada de los Pájaros?
-La realidad es que en el día de hoy (por ayer) la Posada cerró sus puertas, entre otras cosas, por un gran declive de la ocupación hotelera que se viene sintiendo sobre todo desde hace un año con una progresiva disminución de trabajo.
Esto se viene notando desde hace un año a esta parte y no sólo es en Tandil sino a nivel nacional con la baja ocupacional en los hoteles, y en estos últimos cinco meses, a raíz de la crisis que está atravesando el país, la baja fue ostensible, pero tenemos que agregar a eso la falta de inversión de los nuevos propietarios de la Posada y al no poder prestar el servicio que uno está acostumbrado a prestar, porque sabemos que en hotelería hay que estar permanentemente ?aggiornados? en el tema, estar con lo último y no quedarse. Eso fue lo que nos llevó a la decisión de cerrar las puertas.
-¿Quiénes son los propietarios de la Posada hoy?
-La propietaria es una sociedad anónima, denominada El Trébol, cuyo titular es el señor Eamon Cleary. Esta gente compró en mayo de 2007 pero yo seguí explotando el hotel con la sociedad anónima que represento, Hoteles Spa.
-¿Cómo transcurrió este año, con el nuevo dueño?
-Bueno, desde hace un año que vengo solicitando al nuevo dueño por escrito y demás, que hay que hacer mantenimiento, inversiones y esta gente no las hace, no las realiza y eso, más la ocupación en baja que hemos tenido, nos llevó a la decisión de cerrar la Posada.
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Lo que viene
-¿Qué va a pasar con el personal?
– El personal ha sido despedido y se le van a abonar las correspondientes indemnizaciones.
-¿Está usted al tanto de los planes que Eamon Cleary tiene para la Posada?
-La verdad, no. No sé qué es lo que piensan hacer…
-¿Cuáles son los sentimientos que lo invaden hoy? Usted hace muchos años que está con esto…
-Es un día muy difícil, muy triste. Estoy acá desde el año ?86, cuando el doctor Ricardo Giovannetti compró las tierras. Juntos construimos la Posada, con el patrimonio y esfuerzo de él. El sentimiento es de mucha tristeza. El doctor Giovannetti permanentemente fue haciendo las inversiones que se necesitaban para la Posada, inclusive cuando la sociedad anónima mía no tenía los resultados que se esperaban en lo económico, él inyectaba dinero de su bolsillo y hacía los mantenimientos y todo lo que hacía falta para la Posada. La Posada estuvo desde 2001 a 2004 regenteada por una cadena francesa, con una membresía altísima en dólares porque se hacían publicidades en guías y revistas hoteleras que iban para todo el mundo. El doctor Giovannetti, cogestionó las tres líneas aéreas que estuvieron en su momento, Lade, Lapa y Laer, trajo la luz hasta la Posada, después de haber estado tres o cuatro años con grupo electrógeno, él la trajo y la pagó. Creo que humildemente le ha dado una identidad al turismo de Tandil y lo ha posicionado a través de la Posada. Los nuevos dueños no entendieron cuál es la filosofía de este negocio y estos son los resultados.
-Una realidad difícil…
-La realidad de Tandil indica que la ciudad, turísticamente, está pasando por una realidad no muy feliz. No es casualidad que ya no estén viniendo los equipos de fútbol. Es algo que en su momento lo advertí. Desde hace tres a cuatro años, que la falta de canchas de fútbol iba a ser notoria, se advertía un problema en ese segmento, en ese tipo de clientes.
La situación en la ciudad
-¿Puede ser que Tandil se haya dormido en los laureles?
-No, no sé. Entiendo que no es sólo en Tandil. Lo que pasa es que al cliente, que pasa a ser luego un amigo, hay que darle cosas nuevas, nuevos servicios y estar al último grito de lo que dicta la hotelería, pero puede ser, sí, que Tandil o que en Tandil nos hayamos quedado un tiempo cruzados de brazos. Pero con el tema del fútbol tengo una anécdota realmente desagradable. A los dos o tres años que ya estaba viniendo Boca a la Posada, cuando ya vino como campeón de América, las autoridades de la Liga de Fútbol dejaron a Boca, con Bianchi a la cabeza, con el colectivo en la puerta del Estadio Municipal y no permitieron que entrenara y ése es el resultado que tenemos hoy, entre otras cosas.
-¿Es una suma de errores?
-La lectura es que todos estos equipos tienen jugadores que están cotizados en millones de dólares, pretendidos por las mejores ligas de Europa, entonces no pueden venir a jugar en una cancha de fútbol en un estado deficiente. Se lastima uno de ellos y se pierde mucho dinero y ésa es una realidad en cuanto al fútbol. Mientras tanto, por otros factores, ha habido una disminución de trabajo muy notable. La hotelería ha bajado en un 70 a 75 por ciento en la ocupación y creo que en este punto, los prestadores turísticos de Tandil tendrían que expresar la realidad.
-¿Y cuál es esa realidad?
– Es una realidad muy dura para Tandil, más allá de que en este momento nos encontremos frente a un pulmón por las vacaciones de invierno, es un problema que viene arrastrando Tandil desde hace dos o tres años.
-¿La crisis del campo agravó la situación?
-Sí, absolutamente, la crisis del campo agravó todo esto, indudablemente, aún más.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios