El comedor Los Nietos le enseñó a muchos chicos lo que es la cena
El comedor Los Nietos nació el 7 de agosto del año pasado a partir de la iniciativa de Graciela Paula Nieves, que se propuso brindarle su ayuda a los chicos de Villa Gaucho. “La idea fue en agradecimiento a Pajaritos de la Calle, que siempre me ayudó. Yo estuve allí 10 años como mamá y cocinera”, contó.
Según relató Graciela Nieves, en el barrio había muchos niños pequeños que desayunaban y almorzaban en la guardería o la escuela, pero que no cenaban en sus casas. Entonces, se dio cuenta de que hacía falta un lugar que les brindara la cena a esos pequeños.
Desde ese momento, en el comedor Los Nietos cenan 25 chicos de 2 a 13 años de lunes a viernes, y los sábados se les da una merienda reforzada.
-¿Cómo consiguen los alimentos? ¿A través de donaciones?
Graciela Paula Nieves: -Conseguimos por el Banco de Alimentos, que me apadrinó Pajaritos de la Calle para poder comprar ahí. Después empezamos a pedir donaciones, realmente yo lo pensaba mantener con mi pensión de madre de 7 hijos, y lo que me pagan en Pajaritos de la Calle, que actualmente estoy trabajando de nuevo allí. Estoy de cocinera a la mañana.
-¿Siente que están logrando los objetivos que se plantearon al iniciar este proyecto?
G.P.N.: -En este año yo he evaluado y siento que he podido porque cuando empecé había chiquitos que no sabían lo que era cenar, que al chiquito de 6 ó 7 años le daban una leche y con eso se iban a dormir. Ellos no sabían lo que era comer un pedacito de carne a la noche, sino que solamente comían en la guardería o en la escuela. Ahora empezaron a entender lo que es cenar. El sábado les doy una copa reforzada de leche como a las 5 de la tarde.
-¿Trabaja mucha gente en el comedor?
G.P.N.: -Por ahora somos pocos pero es un lindo grupo, está mi hija Vanesa que tiene 19 años, que se crió en Pajaritos y ella es mi segunda mano en el comedor. A la tarde damos apoyo escolar los lunes y los viernes. El martes y jueves una señora colabora dando manualidades y artesanías. A la mañana, martes y jueves también tenemos apoyo escolar.
Luis Maiarú: -El otro colaborador es Ricardo, que es otra persona que trabaja mucho para los traslados y todo lo que uno necesite. Por ejemplo, nos habían donado una cocina y él la trasladó al comedor.
-¿Cómo se sienten con el trabajo que están realizando?
G.P.N.: -Yo creo que hemos mejorado en muchas cosas con los chicos y a veces se pone duro para poder mantener el comedor, las cosas cada vez aumentan más, pero yo me siento bien, cómoda y tranquila porque sé que los estoy ayudando a esos chicos que están necesitando cosas.
L.M.: -Graciela es una fuente de energía, es un sol que está brillando en el barrio y en Tandil. Entonces con tanta energía uno se sorprende, porque trabaja a la mañana en Pajaritos y se encarga de la parte administrativa del comedor, que son donaciones, que esté limpio, del apoyo escolar y cocina. Se ocupa de todo. Hay una permanente preocupación de parte de ella.
G.P.N.: -Yo no quiero que ellos se vean diferentes a los otros chicos, no digo que lleven cosas de marca porque no me da el bolsillo, pero que tengan igualdad con el grupo que concurre todos los días, que tengan la misma posibilidad que otros chicos. Hay padres que no se ocupan de sus hijos, a pesar de que cobran la Asignación Universal no la usan para ellos, entonces los chicos se sienten mal.
–Así que a su vez les da ropa…
G.P.N.: -Sí, les doy ropa y a su vez la ropa que me sobra la hago baratillo para poder pagar el Banco de Alimentos, o si me hace falta alguna garrafa o alguna otra cosa. A la vez, cocino comida para vender, pastafrola, empanadas.
L.M.: -Si bien el Banco de Alimentos es muy barato, hay que comprar y hay otras cosas que no provee y que hay que comprarlas en otros lados que salen más. También está el tema de mantenimiento, si se rompe algo, las donaciones ayudan pero no es suficiente. Entonces Graciela periódicamente genera baratillos con la ropa donada y venta de panificaciones.
-¿Cómo puede hacer la gente para colaborar?
G.P.N.: -Pueden dirigirse al comedor, que está ubicado en Pasaje López 1642, en Villa Gaucho. También se pueden comunicar a mi teléfono: 154-86221.
-¿Qué están necesitando en este momento?
G.P.N.: Lo que más falta me hace es lo necesario para hacer postres, flanes, gelatinas, que no consigo en el Banco de Alimentos muchas veces. A veces yo puedo comprar algunas milanesas o trocitos de pollo porque en el Banco se consigue solamente carne picada. Para ir variando, a veces tenemos que salir a comprar esas otras cosas. Todos los días tienen un menú distinto, nunca repiten en la semana.
L.M.: -Los chicos tienen un poco de suerte porque Graciela trabajó mucho en Pajaritos, ha hecho varios cursos de cocinera, ahora está haciendo uno del Banco de Alimentos, que viene una chef de Buenos Aires.
G.P.N.: -Me gusta mucho ayudarle a los chicos, yo tengo nueve hijos, la más chica tiene 15 años y esto es como seguir con el ritmo de mis hijos. Quiero que estos nenes tengan una oportunidad como tuvieron los míos en Pajaritos, no solamente por un plato de comida, sino que conozcan cosas distintas y que ellos tienen los mismos derechos que otros chicos.
-¿Cómo influye el trabajo en la Mesa Solidaria en el comedor Los Nietos?
L.M.: -Primero nos gustaría agradecer a Pajaritos de la Calle, que nos apadrinó para el Banco de Alimentos; a la Juventud Radical, que nos ayuda mucho en apoyo escolar y con donaciones; al Banco de Alimentos; Red Solidaria Tandil nos ha donado ropa; Angel Ponce de León ha llevado donaciones de leña; las chicas de computación de la capilla San José Obrero y a todos los que colaboran.
G.P.N.: -Hay gente que recién está conociendo al comedor porque cuando yo empecé dije que no quería salir en los medios, pero después me di cuenta de que no iba a poder sola, entonces empecé en la Mesa Solidaria y a salir en los medios y tuve más ayuda. De otra manera no iba a llegar a lo que yo quería llegar con el comedor. La Mesa Solidaria nos dio una gran mano.
L.M.: -No sabemos qué hubiera pasado sin la Mesa Solidaria pero a partir de ese momento los tiempos se acortaron en recibir cosas, fue un crecimiento muy grande. Nos dio un empujón.
G.P.N.: -Nos abrió muchas puertas.
-¿La gente colabora?
G.P.N.: -Sí, colabora, pero es hasta que conoce el lugar. Lo que pasa es que la gente está muy quemada muchas veces por dar y que eso no llegue a su destino. Yo siempre invito a todos los que quieran ir al comedor a conocerlo, los horarios que están los chicos comiendo es de 8 a 9 de la noche. Yo tengo una meta que me enseñó Chiquita Maiarú (fundadora de Pajaritos), que no es todo dar, que los papás también deben colaborar. Si yo tengo baratillo capaz que a 50 centavos o un peso les voy a vender la ropa, para que ese dinero quede para el comedor, que no piensen que yo siempre les voy a regalar todo. Es una enseñanza que uno le da a la gente para que no se acostumbren que tengan todo servido sin que les cueste nada. *
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios