El fiscal pidió entre 7 y 8 años y 6 meses de cárcel para los imputados por vender cocaína
El Tribunal Oral en lo Criminal transitó ayer una extenuante jornada de alegatos en el marco del juicio oral y público que se le sigue a ocho imputados en la causa conocida como “Movediza blanca”.
En la sala de audiencias estuvieron presentes las seis personas que se encuentran con prisión preventiva, Gustavo Alberto Temudio, Sergio Agustín “Tito” Navarro, Claudio Daniel Espínola, Patricio Ricardo Vélez, Juan Marcelo Romero y Alfredo Amilcar Angel.
De los dos imputados que gozan de libertad morigerada, Wanda Yamila Gazzola llegó en el último tramo de la audiencia y Walter Enrique Schletter asistirá el próximo jueves para comparecer ante los magistrados Guillermo Arecha, Agustín Echevarría y Pablo Galli.
El fiscal Luis María Surget consideró que a partir de los testimonios escuchados durante el debate y la prueba incorporada a la causa se ha acreditado debidamente la “Comercialización de estupefacientes fraccionados en dosis destinadas directamente al consumidor agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerlo”.
En cuanto a las penas, pidió para Gustavo Temudio 8 años y 6 meses de cárcel y consideró como agravante el alto grado de organización; para Claudio Daniel Espínola, 8 años; para Alfredo Amilcar Angel, 7 años y 6 meses, teniendo en cuenta el haber delinquido estando sometido a proceso; para Patricio Ricardo Vélez y Juan Marcelo Romero, 7 años; y para Sergio Agustín Navarro, Wanda Yamila Gazzola y Walter Enrique Schletter, 7 años de prisión. Para todos ellos destacó como atenuante el bueno concepto.
El fiscal sostuvo que los ocho, más otras dos personas involucradas en la investigación –Carlos Dante De Cicco y Félix Gustavo González- que han sido sometidas a un juicio abreviado, “en forma organizada comercializaron estupefacientes, principalmente cocaína, en dosis destinadas para el consumo” entre mayo de 2007 y marzo de 2008.
En primer término, realizó un repaso de los allanamientos simultáneos que se realizaron el 11 de marzo de 2008 en los domicilios de los imputados y en un departamento alquilado. Describió que en Moreno 666 se encontraron 5 paquetes con 99 tizas que pesaron 1051 gramos más 1335 pesos; en Chienno 1167, donde se secuestraron 55,7 gramos en tizas, bochas y cocaína pulverizada, cinta de embalar, pastillas para el corte y 2885 pesos; en Liniers 174 incautaron 24 tizas y 7 huevitos que pesaron 287 gramos; en Brandsen 1039 encontraron un total de 500 gramos en 47 tizas que estaban escondidas en una lata de pintura; en Paz 1351 había 10,2 gramos distribuidos en media tiza y 2 huevos; y en Ituzaingó 371, dieron con una tiza de 10,2 gramos y 1260 pesos en efectivo “provenientes de la actividad ilícita desarrollada”.
Surget fundamentó los hechos en las filmaciones y observaciones de “pases de manos” relatadas por el policía Nicolás Yuvisa; además del testimonio del principal investigador, el oficial principal Martín Pérez, quien solicitó la intervención de los teléfonos de González y Temudio y a partir de eso estableció las personas que se dedicaban a la comercialización de cocaína.
Agregó que en 45 minutos de grabaciones (un lado de cassette) había unas 60 conversaciones en las que Temudio hablaba de droga. También refirió que cada tiza costaba entre 230 y 240 pesos y que en el allanamiento en la casa de González, en Ingeniero Budge, se encontró un arma con pedido de secuestro en Tandil, lo que calificó como un “indicio”.
El fiscal reparó en la afirmación de Pérez, cuando dijo que “nunca había tenido una causa tan clara”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSostuvo que hubo “personas injustamente acusadas y otras arbitrariamente excluidas” del proceso, en referencia al testigo César Sánchez. También cuestionó que haya actuado un solo investigador y que la base sean las escuchas telefónicas. Para Wanda Gazzola pidió la absolución y argumentó una insuficiencia probatoria.
Por otra parte, dijo que Gazzola era la pareja de Temudio desde mayo de 2007, quien la ayudaba económicamente y le proporcionaba cocaína gratis. Aseguró que en 2600 fojas “no hay nada que la incrimine”.
Agregó que “dos personajes sobresalen” en esta causa y “con uno mi defendida tenía una relación amorosa”.
Para su pupilo Walter Schletter, el letrado solicitó que “se encuadre su conducta como partícipe secundario en la comercialización” y citó el testimonio de su tío, quien lo había definido como “un adicto que era utilizado por Temudio” con el que tenía una amistad.
Por último, para Claudio Espínola también pidió que se lo considere partícipe secundario y destacó que su mujer declaró ante los magistrados que tenía un trabajo estable hacía 10 años.*
En cuanto a los testigos Fiaschetti y Sánchez, destacó que no lo conocían en el marco de la causa y consideró que hubo una “mala imputación” porque “sólo se ha aprobado que Romero tenía cocaína pero no para comercializar”.
Tildó al oficial Pérez de tener un “ánimo inculpatorio”. Lo mismo dijo del testigo Sánchez, aunque señaló que había afirmado que Romero no participaba de las reuniones que realizaba la banda en los departamentos alquilados.
Colocó a Romero como un consumidor desde hacía 8 años, que le compraba a Temudio y Rey para tomar con sus amigos en la “previa” de los fines de semana.
Finalmente, solicitó el sobreseimiento fundado en una “orfandad probatoria” y subsidiariamente, que se lo encuadre en el artículo 5 inciso 6 de la Ley 23737.*
“ensañamiento” de los investigadores
En relación a Navarro, afirmó que “está detenido hace 3 años por un delito que no cometió” y que sólo en dos escuchas se lo nombra a “Tito”, pero el oficial Pérez “nunca pudo vincular a ‘Tito’ con Navarro”.
Otro dato que marcó es que no se le secuestraron elementos de corte, balanza, dinero, “lo único son estupefacientes para consumo personal”.
Sobre Temudio, reconoció que es el centro de la investigación, pero que en el allanamiento pesaron la cocaína más el continente, dando un total de 59 gramos, cuando sólo 17 gramos eran sustancia estupefaciente.
Argumentó “una especie de ensañamiento de las personas que llevaron la investigación” por incluir la cocaína y el envoltorio, y agregó que una tiza hallada sobre la mesa de la cocina en Chienno 1167 “fue sembrada por la policía, incluso Temudio dice que se la pusieron y firma el acta en disconformidad”.
En relación a las escuchas, el letrado expresó que se prueba la previa pero no acreditan el hecho de la compraventa. *
plantó a Vélez la media tiza
Pidió la absolución de Vélez; en segundo término que se lo condene por tenencia para consumo personal; en tercero, que se considere la tenencia simple de estupefacientes y en cuarto, si es por comercialización, que no se contemple a una banda.
También tildó de excesiva y desproporcionada la pena prevista por el fiscal, ya que en un juicio abreviado a Gustavo González, el jefe de la banda, le dieron 6 años y 9 meses y a Carlos De Cicco, 6 años y 3 meses de cárcel y tiene antecedentes penales.
En cuanto a los argumentos, sostuvo que hubo deficiencias en las acusaciones, ya que no determinan lugares, tiempo y forma de la comercialización de cocaína; tampoco se fijan los roles de los integrantes de la banda y sólo detectó “apreciaciones subjetivas de (Martín) Pérez”.
Indicó que el allanamiento a la vivienda de Patricio Vélez estuvo “plagado de irregularidades y de mentiras”, al tiempo que describió que “dejó la sensación de que las circunstancias en las que se halló media tiza de cocaína de 10,2 gramos no fueron claras”.
En este aspecto, mencionó el incidente de la desaparición de la billetera del imputado, que luego fue encontrada con 50 pesos más en el sector en donde finalmente hallaron la tiza, ya que “sugestivamente se sigue buscando de noche y sin luz”.
En este camino, le achacó a un grupo de policías que pasó por otro procedimiento y luego fue a Ituzaingó 371 –la casa de “Pachi”- el haber “plantado en ese lugar y esa tiza era perteneciente a las halladas en Moreno 666”, donde se encontraron 99 envoltorios en 5 paquetes colocados de a 20.
En este punto solicitó la nulidad del procedimiento y le mostró un video al Tribunal donde se veía un portón abierto, cerca de donde encontraron la droga, y policías entrando y saliendo.
Por otra parte, resaltó que al oficial Martín Pérez después de esta investigación le dieron una oficina, luz eléctrica y un ascenso. *
“ha magnificado esta causa”
El defensor cuestionó que en la acusación del fiscal “no se delineó el grado de participación” de los imputados; que no se acreditó la tenencia para la comercialización y que no está “debidamente acreditada” la propiedad de Angel sobre la cocaína (500 gramos) hallada en Brandsen 1039.
En cuanto a las intervenciones telefónicas, argumentó que la falta de un cotejo de voz “debilita la tarea investigativa basada en las escuchas” y dijo que Angel sólo habló en dos oportunidades con González.
Por último, mencionó que si Angel participó en el delito que se le endilga, fue en forma secundaria, es decir, que sin su intervención se podría haber continuado con la acción.*
soy un adicto con bronca”
Fue Gustavo Temudio el que se dirigió por espacio de varios minutos a los magistrados e, incluso, pidió tomar agua porque los nervios le secaban la boca.
Habló de un “allanamiento desproporcionado” en Chienno 1167, donde había dos criaturas y se desplegó “una violencia inusitada”. Aclaró que “les dije tengo droga” y mencionó que arriba de la heladera había una placa de metal con “una línea”, la que pesaron con el continente. “No somos tan locos para dejar una tiza arriba de la mesa”, expresó con respecto al resto de la cocaína encontrada.
En referencia al principal testigo, manifestó: “Soy amigo de Sánchez, pero es un mentiroso” y reconoció que “soy un adicto, no tengo justificativo para esa conducta”.
Por otra parte, calculó que si bajaban 2 kilos de droga cada cuatro días habrían vendido 160 kilos y hubiesen generado 3 ó 4 millones de ganancia. “¿Nos permitieron vender 160 kilos para agarrarnos con 2?”, cuestionó.
Por último, le pidió perdón a la familia, a Wanda Gazzola y a las personas que se vieron afectadas con el juicio; y aseveró que al resto de los imputados los conoció en la Unidad 37 de Barker, donde tuvo 3 años para reflexionar. *
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios