El hermano Adelsio Del Fabro fue honrado por toda la comunidad con un manantial que lleva su nombre
Participaron del homenaje el intendente Miguel Lunghi, el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik; el jefe de Gabinete, Marcos Nicolini; integrantes del Gabinete, concejales de la UCR y del Frente Renovador.
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Estuvieron presentes autoridades educativas, docentes, alumnos y ex alumnos del Colegio San José; el consejero general de los hermanos de la Sagrada Familia, Edgardo Bruzzoni; y el hermano Alejandro Ferrer.
En la ocasión, acompañaron además el vicecónsul de España, Manuel Martínez Martínez; y Gabriel Jurado, en representación de la Casa de España en Tandil; invitados, y la comunidad en general.
Para comenzar, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, a cargo de la Banda de la Primera Brigada Blindada del Ejército. Luego, se descubrieron las placas alusivas, en principio, las dispuestas en el monumento a la Sagrada Familia.
Los encargados de descubrir la primera de ellas fueron el consejero general de los hermanos de la Sagrada Familia, Edgardo Bruzzoni; el director general del Colegio San José, licenciado José Passucci; el presidente de la Unión de Padres de Familia, Marcos Arrien, y el presidente del Centro de ex Alumnos, Alcides Fortunato.
Seguidamente, el intendente Miguel Lunghi, el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik; el jefe de Gabinete, Marcos Nicolini; descubrieron otra placa, del Municipio, para luego -todas las autoridades en conjunto- descubrir la escultura alegórica de la Sagrada Familia que luego fue bendecida por los padres Raúl Troncoso y Antonio Pozos.
Minutos más tarde, tras las palabras de ambos párrocos recordando y resaltando la humildad del hermano Adelsio, contando varias anécdotas juntos, las autoridades presentes acompañaron al homenajeado a descubrir e inaugurar el manantial que quedará emplazado en el Paseo de los Españoles por siempre en su honor, suceso que ameritó el fervoroso aplauso de todos los presentes.
Posteriormente, el presidente del centro de ex alumnos, Alcides Fortunato, brindó unas emotivas palabras y trajo el saludo de todos los ex alumnos que pasaron por el San José. “Traigo un mensaje de agradecimiento”, dijo, destacando del hermano Adelsio que “con su trayectoria, ha llegado a identificar al Colegio San José, en la gente común. El Colegio San José es -a veces- Adelsio que se hace presente con su mensaje, en los buenos momentos y a veces en los no tan buenos. El no tiene pereza, no tiene descanso, siempre está llevando su mensaje”.
“Un maestro en toda su dimensión”
Por su parte, el intendente Miguel Lunghi manifestó que “enseñar siempre ha sido una tarea de compromiso y llena de dificultades, pero también un acto de amor y de generosidad. No se puede dar lo que no se posee y en educación, este axioma es fundamental”.
“Toda mención que aquí y ahora hagamos del hermano Adelsio Del Fabro tendrá el color del afecto y la luz de una profesión unida al ejemplo”, expresó, con todo el “afecto personal” que le tiene. “Yo lo llamo, conversamos, me da paz, me trasmite otro ángulo de las cosas. Fue, es y será parte importante de mis reflexiones”, contó el jefe comunal.
En otro de los párrafos más significativos de su discurso, recalcó que el hermano Adelsio “ha sido y sigue siendo un instrumento social de valores positivos por más de 60 años. No hizo política, pero la conformó. No perteneció al poder judicial, pero impartió el primigenio concepto de norma y de ley. No fue médico, pero enseñó servicio y ética a quienes luego elegimos el camino de la salud. No fue deportista, ni ganó ninguna medalla olímpica, pero fue y sigue siendo implacable con los deportes grupales y su importancia para las relaciones humanas. Sin ser obispo, ni cardenal., ha transmitido valores puros de fe, de esperanza, humildad y sobre todo: sacrificio. Más allá de la religión”.
Lo describió así como “un maestro en toda su dimensión”, con “enorme dedicación e inagotable fuente de afecto. Amor a borbotones, amor con ruido a cascada, amor con lluvia de consejos. Amor con tempestad para templar el carácter, amor a gritos para silenciar el odio. Un verdadero manantial de amor y sabiduría”, expresó.
“El ama los cursos de agua. Dice que es la savia de la vida. No sería apropiado un homenaje en un monumento, un símbolo, una calle o una plaza. Demasiado rígido para su alma de lluvia fértil, demasiado poco para limitarse a una materia inmóvil. Por eso, este manantial es nuestro homenaje”, aseguró el Intendente.
Un homenaje a los docentes
Finalmente, el hermano Adelsio subió al estrado, saludó a todos los presentes y dio un cálido agradecimiento al intendente Miguel Lunghi y a todos “los amigos”.
“Cuando me dijeron que iban a dar el nombre a un manantial con mi humilde nombre, enseguida vino a mi mente las palabras del profeta Isaías: `Beberán con alegría de las fuentes y manantiales del Salvador´. Nada mejor que a un docente transmitir o dejar su nombre en un manantial. Por eso, yo veo en este grato honor, un homenaje a todos los docentes de nuestra ciudad”.
“El docente es un manantial que transmite valores y culturas milenarias, y nunca sabemos de dónde vienen. Cuando con el director de Parques nos preguntábamos de dónde viene el agua, `no lo sabemos´, pero sabemos adónde va, al arroyito, de ahí a los ríos, y termina en la inmensidad del mar. Cada ser humano va recibiendo de labios del maestro una cantidad de valores y de cultura, de sabidurías, para ir hacia la infinitud de Dios, nuestra vocación es tener la sed insaciable de lo infinito, por eso lo perecedero no nos satisface”, expresó.
“Yo soñé con Tandil”
“Señor Intendente y todos los amigos: los niños sueñan, los jóvenes tienen ideales y los ancianos visión. Cuando era niño yo soñé con Tandil, un sueño reflejado en las nubes, imagínense, nací en la pampa santafesina, cálida, de grandes nubarrones y jugábamos con los compañeros a imaginarnos. Y un día imaginábamos ver una montaña que se parecía a una que habíamos visto en el libro: La Movediza”, contó el hermano Adelsio, recordando su “primer sueño”.
Después, dijo que lo despertó “un linyera que desaparecía meses y volvía. Y un día estábamos con los pequeñines jugando en la usina con el calor de los motores y él contó que durante todo un día había viajado en un tren de carga y que veía a lo lejos las sierras de Tandil, y luego al atardecer -él nos decía- vio las cataratas del Tandil”.
“Y por último, el otro sueño -como lo acaba de narrar- es mi primer encuentro con el San José, en una película El Gordo y el Flaco, Chaplin, me acuerdo muy bien, los Chiflados, y otros; y sobre todo me impactó la grandeza del Colegio San José, los guardapolvos grises y el deporte. Y terminada la función de cine donde estábamos todos los chicos y chicas del pueblo, el hermano dijo: `Si hay alguien que quiera venir conmigo, que venga´, y un querido director a quien yo imito siempre -fue mi maestro- me dijo: `Le voy a presentar a mi secretario´, le abrió y le dijo: `El es muy travieso, pero tiene un gran corazón´. Ese fue el único legajo que pude presentar para ingresar. Por eso, en este homenaje, yo veo reflejados todos esos sueños y todas estas historias. Mi vida fue un sueño y hoy es realidad”.
Por último, deseó que “todos ustedes, cuando vengan a pasear por acá, descubran en eso la imagen de cada una de las familias, y ojalá que en esta fuente puedan beber esa sed insaciable de la belleza, de la bondad y el amor. Gracias por todo este homenaje y bebamos con alegría”.
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