El Hospital de Niños insistió en la prevención de accidentes
El puntapié para esta advertencia fue tras los distintos casos que llegaron al nosocomio infantil de niños que habían sufrido accidentes en las piletas o con electricidad. Más puntualmente, el caso de Bautista quien el 31 a la noche ingresó prácticamente sin vida debido a que se había caído en la pileta de su casa y afortunadamente hoy ya está de alta y con muy buenas condiciones.
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La subjefa de guardia, Claudia Prado; los médicos de la terapia intensiva infantil, Pedro Sabando y Alberto Manoli; junto a Lucía Sánchez, la mamá del nene que sufrió este episodio en la pileta, dialogaron con El Eco de Tandil para tratar de concientizar y alertar a la población de estas situaciones.
Según confirmó la subjefa de guardia, en los últimos días ingresaron varios pacientes que sufrieron accidentes, a los cuales ya no los llaman de esa forma sino que es una sucesión de hechos que desencadenan una enfermedad que es totalmente prevenible. Así es que recibieron diferentes situaciones en los que los chicos se cayeron en piletas de natación, sufrieron descargas eléctricas o amputaciones de distintas partes del cuerpo.
En todas estas situaciones, en lo que siempre insisten desde el Hospital de Niños es que tiene que haber un adulto a cargo de ese niño que bien por desconocimiento o negligencia esta situación sucede. La mejor que estas cosas no pasen es previniendo: si hay una pileta en la casa, debo colocar un cerco; si el chico usa la bicicleta tiene que usar un casco; si hay cosas enchufadas en la electricidad, no la tienen que manipular los chicos; si se va a viajar en un auto, el chico irá en una silla atado con el cinturón o como corresponda.
Por otro lado, Prado detalló que la mayor parte de los ingresos en la guardia es que se cortan, se caen de la cama o lugares donde no tendrían que estar; y esto es a diario. El adulto que está a cargo de un chico tiene que anticiparse a lo que puede llegar a hacer en todas estas situaciones; por eso como institución manifestaron que deben ayudar a prevenir y salir a decir que “abramos los ojos, algo está pasando por lo cual nos estamos relajando, estamos un poco distraídos y hace que esto suceda. Estamos cansados de ver en Tandil varios chicos sin casco, lo mismo quienes andan en bicicleta; y no sé cuantas piletas debe haber cercadas pero no deben ser muchas”, advirtió.
La importancia de lo inmediato
El caso del niño que cayó en la pileta o del que se electrocutó, fueron los casos más graves por los cuales se requirió otro tipo de tratamiento y que estuvieron varios días en terapia intensiva; a eso sumado todo lo que implica para la familia como es el desgate emocional y psicológico.
Prado advirtió que se está hablando de situaciones que exponen a los chicos a un riesgo de muerte o con secuelas neurológicas graves; por las cuales un chico previamente sano termina teniendo una patología y que no la obtuvo por una enfermedad sino por algo que se podía prevenir.
Frente a esto, Alberto Manoli indicó que es necesario hacer el curso de RCP (Reanimación cardiopulmonar), incluso el Hospital de Niños está saliendo a la comunidad y desde hace un tiempo los organiza. Tal es el caso que, los terapista que llegan desde el Hospital de Niños de Mar del Plata, destacaron que con los 140 mil turistas que visitan la ciudad, han tenido tres casos de asfixias por inmersión en piletas y en el mar ninguno. Esto seguramente tenga que ver con el cuidado mayor o el respeto que se le tiene al mar y no hacia la pileta.
En lo que respecta al nosocomio local, desde que está la terapia intensiva funcionando, se encarga de la reanimación cardiopulmonar de avanzada que es lo que se siguió haciendo una vez que estuvo en el shock room. Para eso se necesita otro tipo de infraestructura y recurso humano que por suerte ahora Tandil cuenta con eso ya que de no haber estado, probablemente otro hubiese sido el panorama si hay una derivación y la falta de oxígeno se hace mucho mayor.
Por último, Pedro Sabando recordó que el cuadro clínico con el que ingresó este bebé de 14 meses fue que estaba muerto. Sin embargo destacó que el padre tenía hecho un curso de reanimación, lo reanimó en el domicilio, lo trajo enseguida al Hospital, ingresó prácticamente muerto, se lo reanimó en el shock room e ingresó a la terapia intensiva.
Por último especificó que los bebés y los niños de hasta 3 años, su peso mayor lo tienen en la cabeza entonces si van a mirar algo van directo con el peso de la cabeza y se caen. “No hay ninguna campaña que sea suficiente, aunque haya un solo caso significa que tenemos que continuar con la idea de prevenir. Desde los municipios se busca un chico sano y sin riesgos”, concluyeron los profesionales.
“Nunca pensé que me podía pasar a mí”
Lucía Sánchez, mamá de Bautista de un año y medio, dialogó con este Diario y relató lo que fue uno de los peores momentos por los que tuvo que atravesar en su vida. Recordó que la noche del 31 de diciembre, cerca de las 21.45, ella estaba en la parte de adelante de la casa preparando las ensaladas para la cena y su hijo estaba en el quincho, sentado al lado de su papá Matías Marincioni y sus abuelos haciendo el asado.
Pocos minutos después llegaron algunos familiares de Buenos Aires para pasar las fiestas en familia, el papá se dio vuelta para saludarlos y cuando miró para abajo Bautista ya no estaba. El hombre supuso que se había ido con el abuelo que lo sigue a todos lados, por lo que vuelve a la casa para buscar algunos utensilios para terminar el asado. En ese momento Lucía le pregunto dónde estaba el nene para que se lo traiga y le dijo que estaba con el abuelo en el quincho, así que él fue delante mío a buscarlo y lo llamaba.
Lucía se quedó parada en los escalones de la casa pero le llamó la atención que el agua de la pileta, en la parte profunda, se movía pero no se veía bien porque estaba todo oscuro. “Me pareció raro porque no había viento y cuando miré para la parte más baja, estaba el nene flotando de costado”.
En ese momento se tiró a la pileta y lo sacó a los gritos pero ya estaba desmayado. Su marido lo agarró y enseguida tuvo la reacción de acostarlo en el piso para hacerle RCP. Le practicó 30 masajes cardíacos, lo subieron al auto y mientras Lucía le apretaba el pecho como podía, llegaron a la guardia que los estaban esperando ya que el tío llamó para avisar.
“Cuando llegamos salió un médico o un enfermero, se los tiré en la camilla y les dije que se me había ahogado en la pileta. Estuvieron 10 minutos haciéndole reanimación y enseguida fue a terapia donde estuvo internado tres días y luego otro tanto en habitación común. Yo estoy cansada de agradecerles a todos los médicos y enfermeras que ayudaron a Bauti”, manifestó la mamá con lágrimas en los ojos.
Ya más tranquila pero aferrada a Bauti, Lucía advirtió que hay que cuidarlos mucho y es necesario prestarles toda la atención. “Yo me dedico a él, no trabajo y no es suficiente porque uno siempre piensa que otro lo está mirando y por ahí no es así. Más allá que la responsabilidad está en mi como mamá, es un segundo el que te descuidás. Yo jamás pensé que me podía pasar, así que hay que tomar las medidas necesarias”, concluyó Lucía ya con Bauti en brazos para volver a su casa.
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