Con una emotiva jornada, pacientes y personal del Hospital cerraron la Semana del Prematuro
Una jornada de festejo se vivió ayer, en el Hospital Municipal Ramón Santamarina, en el marco del cierre de las actividades por la Semana del Prematuro. Pacientes y personal del nosocomio público disfrutaron de una mañana a pura alegría, música, juegos, coloridos globos y mensajes de concientización.
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La iniciativa no solo pretende remarcar la importancia de los derechos de los niños y niñas que nacen prematuramente, sino también movilizar a los equipos de salud y a la sociedad para garantizar su protección y cumplimiento efectivo.
Durante los últimos años los servicios de neonatología y tocoginecología vienen ya trabajando con acciones tendientes a fortalecer la atención de los bebés prematuros y este año lo hicieron promoviendo el derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia.
Así fue como ayer, luego de una intensa semana de actividades, niños y familiares, junto a los trabajadores del Sistema de Salud Pública, celebraron y promocionaron los derechos de estos niños en la explanada del Hospital con actividades musicales, juegos y regalos.
La actividad comenzó minutos pasados de las 10 y constó de murgas, payasos y la presentación del grupo musical Los Tapitas, que hizo bailar a grandes y chicos.
También hubo castillos inflables y maquilladoras para los más pequeños.
Un trabajo “con amor”
En ese marco, el intendente Miguel Lunghi señaló la importancia de contar con un servicio de neonatología de “muy buen nivel” dentro del Sistema de Salud Pública, que garantiza el acceso igualitario a una atención de calidad. “Se trata de un área muy importante, en la que se atienden bebés prematuros, o que tuvieron algún tipo de inconveniente al nacer”, o sea que se trata de “un área crítica”, subrayó el jefe comunal.
“Vemos con mucha satisfacción cómo un gran porcentaje de los bebés que pasó por este servicio, crece sano y fuerte junto a sus padres. También es importante recordar que Tandil tiene uno de los índices más bajos de mortalidad infantil de la provincia y el país, y mortalidad materna cero”, recalcó.
En lo personal, resaltó que “hay un gran equipo de profesionales y enfermeras que integran este servicio, que se esfuerzan las 24 horas del día, los 365 días del año, para asistir a estos chicos. Los bebés que nacen prematuros necesitan que se les dé mucho amor y todo este equipo se lo da en sobredosis”.
“Estamos súper contentas”
Por su parte, muy emocionadas, la jefa de enfermería del servicio de neonatología, Gladys Reboredo; su par de tocoginecología Mónica Venanzi; y la enfermera de ese servicio, Mónica Pérez, compartieron cómo transitaron la Semana del Prematuro.
En principio, Pérez manifestó que estaba “sumamente conmovida” y orgullosa del gran trabajo en equipo que lleva adelante todo el personal, que fortalece al niño y a su familia, y eso se traduce a la salud pública.
En tanto, Reboredo contó que durante toda la semana se reivindicaron los derechos del niño prematuro, se trabajó mucho y están muy orgullosas por ello. “Hicimos en la semana visitas domiciliarias, a las radios, actividades, nuestras de enfermería, así que estamos super contentas”, expresó.
Un vínculo muy especial
Destacó que en el marco de la gran labor que realizan, se crea un vínculo único con las familias que se extiende en el tiempo. “Nos conocemos mucho y cuando tienen un problema vienen a neonatología, así que el afecto es siempre recíproco”, contó.
Por último, Venanzi celebró la hermosa mañana que estaban viviendo y agradeció a todos los que colaboraron desinteresadamente. “Es muy lindo todo lo que hoy se vive y agradecemos también a los medios de comunicación que nos ayudan mucho a poder llegar a toda la comunidad”, finalizó.
Las tres resaltaron el excelente trabajo que lleva adelante el personal del Sistema de Salud Pública, abocado en su conjunto a que “las cosas salgan de la mejor manera”.
Al cierre, Pérez hizo un llamado a todos los enfermeros que hoy se están formando para que tomen conciencia de la enorme responsabilidad que les compete cuando tienen una vida en sus manos. “No somos dioses, pero somos un gran vehículo”, afirmó.
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