El Jardín de Infantes 915 de Cerro Leones busca recursos para poder terminar el patio de juegos
El año en que se cumple su 25 aniversario, encuentra a la gente del Jardín de Infantes 915, de Cerro Leones, trabajando a pleno para la puesta a punto de algunos detalles que aún no ha podido concretar luego de la inauguración de su nuevo edificio, hace dos años.
Así es que la cooperadora de esa institución, junto a docentes y pequeños alumnos, están abocados a reunir dinero para poder finalizar algunas obras que quedaron pendientes, como la construcción de un arenero y el arreglo de algunos juegos.
En una charla con este Diario, María Virginia Payo, preceptora del establecimiento, contó que ?siempre tuvimos la idea de hacer una arenero para las chicos y entre una cosa y otra nunca lo pudimos concretar, pero ahora estamos decididos a hacerlo y con el apoyo de la asociación cooperadora, saldremos a vender bolsitas de desodorantes de ambientes, con formas de manitos y corazones, con el logo de la institución, con la idea de recaudar fondos, ya que además la idea es hacer un cerco perimetral para que quede protegido y no puedan ingresar animales?.
La venta cuenta con permiso municipal y los vendedores estarán identificados con una credencial, comentó la preceptora, agregando que ?además, es nuestra intención arreglar algunos juegos porque las hamacas, por ejemplo, sólo tienen la estructura y así, algunos otros detalles que nos están haciendo falta?.
Los juegos del exterior se ganaron hace unos años en un concurso, pero ?faltan algunas cosas, así que por eso estamos trabajando todos para poder completar el espacio exterior del Jardín?.
Al establecimiento concurren diariamente 43 alumnos, de las salas tres, cuatro y cinco, solamente en turno mañana, provenientes del barrio y de la zona de La Movediza y El Tropezón.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTambién, alimentos
Los chicos del Jardín participan de todas las actividades que sus maestras proponen. Hoy, el invernadero es el lugar en el que vuelcan todo su entusiasmo. Mientras aprenden y reconocen la naturaleza, ?se llevan luego a sus casas el fruto de su trabajo que además, cuando sobra, es vendido a los vecinos y con esos fondos, por ejemplo, se compran algunos insumos que siempre son necesarios, como aceite, azúcar y otras cosas?.
El Jardín 915 cuenta con la merienda reforzada que, hoy por hoy, es bastante magra. ?No siempre alcanza para todos los chicos y desde acá tratamos de colaborar para reforzar los alimentos que reciben?, indicaron.
Por esa razón, la búsqueda de alimentos se convierte siempre en un tema a resolver, ya que ?desde acá reforzamos para que los chicos realmente se vayan bien alimentados por lo que se suma este tema a las obras que queremos realizar ahora, que aunque no parecen de gran envergadura, para nosotros significa mucho?.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios