El macrismo buscaría replicar en la ciudad una experiencia contra graffitis aplicada en Recoleta
Convencidos de que es necesario brindarles una solución a los vecinos, los referentes locales del espacio, encabezados por Claudio Ersinger, escucharon el planteo que contempla la formación de una cuadrilla dedicada a eliminar en menos de 48 horas las pintadas de los frentes de los edificios y de los monumentos de ese sector de la ciudad de Buenos Aires.
Tomado como una alternativa, buscarán el modo de reformular el planteo y presentar otra alternativa. Quedaría por resolver el otro costado del proyecto inicial, que buscaba impulsar un espacio para la práctica específica, que eventualmente quedaría cubierto en caso de prosperar la propuesta del programa municipal cogestionado por la Subsecretaría de Cultura y la Dirección de Juventud del Municipio.
Combate contra
los graffitis
Desde el Hostal de las Sierras, Carrillo enmarcó la problemática en la ciudad y el contacto establecido con los ediles del Pro. “Tandil viene creciendo muchísimo y ya empieza a tener los problemas típicos de las grandes ciudades”, graficó.
En ese marco citó el interés de los tandilenses en un proyecto recientemente lanzado y que “nos está dando buenos resultados en el combate de los graffitis”.
Ante la prensa local, explicó que la iniciativa fue tomada de una experiencia “muy exitosa” desarrollada en Nueva York en la década del ‘80, a partir de la cual se planteó la necesidad de establecer las diferencias entre el “graffiti vandálico y el arte urbano”.
Esta circunstancia generó un intenso debate. “Hay sociólogos, psicólogos y politólogos que estudiaron el tema y definieron que la gran diferencia es que el graffiti suele ser un mensaje hacia otro”, mientras que con la manifestación artística se busca que “la obra perdure y no tiene un destinatario específico”.
Con las salvedades entre uno y otro expuestas, el presidente de la Comuna II indicó que “salimos a la calle a relevar la situación de Recoleta, que es terrible. Tenemos 2.800 frentes pintados, con un promedio de cuatro escrituras en cada caso”, con lo cual eleva la cifra a un promedio de 10 mil graffitis en ese barrio de la ciudad de Buenos Aires.
La clave
Aclarados ciertos puntos, Carrillo expuso lo que sería la clave del éxito de esta iniciativa. “Al ser un mensaje, se utiliza la pared como un medio para llegar a otro destinatario”, entonces “si lo limpiamos en muy corto plazo, lo que hacemos es cortar el canal de comunicación”.
En definitiva, “matamos el mensaje”, y “eso hace que el grafitero se disuada”.
Aclaró que se trata de medidas de corto plazo, que son necesarias acompañar con políticas “educativas y punitivas, como la sociedad exige”, que apunten a que el responsable de realizar la pintada “la limpie, pinte, cumpla una penalidad o haga un trabajo social”, enfatizó.
En esa línea, coincidió en reflejar las complicaciones que surgen a la hora de detectar al responsable en el momento preciso en que realiza el daño. “En la ciudad de Buenos Aires está penado, pero el problema es agarrarlos in fraganti”, señaló.
Teniendo en cuenta este aspecto, decidieron replicar el caso de la ciudad estadounidense donde se planteó que “si el graffiti se hace de noche y a la mañana la pared aparece limpia o no dura más de 24 horas, se corta el canal de comunicación y esa persona tratará de enviarlo de otra manera”.
“Hay dos claves: la rapidez en la respuesta con la eliminación del mensaje y el compromiso de los vecinos en dar aviso”, evaluó, y aseguró que las tareas de limpieza ante la aparición de pintadas están dando resultado en la comuna.
Una solución económica
El presidente comunero defendió la iniciativa al señalar que “tratamos de darle solución a esta problemática y que la gente deje de gastar miles de pesos para pintar el frente de su casa”, pero no descartó que la fuerza policial pueda aprehender a una persona mientras realiza el acto vandálico para que “el escarmiento sea más claro”.
Para finalizar, Carrillo garantizó que la implementación de una cuadrilla conlleva un desembolso mensual de 55 mil pesos. “No es caro. En Recoleta son tres personas, una camioneta estilo furgón con un tanque de 2 mil litros de agua para la hidrolavadora, un motor eléctrico y el producto”. u
***NOTA SECUNDARIA***
Una alternativa para que el
Municipio “se haga cargo”
A su turno, el concejal Claudio Ersinger evaluó el impacto de la implementación de esta opción para el abordaje de la problemática en una instancia del debate del proyecto del Frente Renovador que se encuentra estancado al conocerse el dictamen de la Secretaría Legal y Técnica de la comuna.
Destacó que se trata de una alternativa “muy válida” en especial para dar respuesta al reclamo de los vecinos, premisa que persiguen desde el espacio político, ante la dificultad de lograr avances en el aspecto sancionatorio.
Especuló que deberán analizarse una determinada cantidad de aspectos y el financiamiento para el armado de una cuadrilla de estas características en la ciudad y que “sea el Municipio el que se haga cargo” de la limpieza de los frentes. u
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