El padre Fernando ratificó su denuncia en la Justicia a pedido del obispo Salaverry
Tras las repercusiones que tuvo la denuncia que realizó el padre Fernando Lede Mendoza en la homilía que pronunció el viernes de la semana pasada en la misa de Navidad, el sacerdote se presentó en la Fiscalía donde radicó la denuncia. La decisión la tomó tras dialogar con el obispo de la Diócesis de Azul, Hugo Salaverry, quien le brindó su apoyo.
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Cabe recordar que el sacerdote expresó de forma cruda una realidad que, a su criterio, está oculta acerca del narcotráfico y la pobreza en los barrios de la ciudad. Aseguró que los niños están armados en La Movediza, “con armas que les vende la policía” y que hay chicos que consumen paco “que se produce en las cocinas de Villa Aguirre”. Además de que se compran “todo tipo de sustancias en las numerosas zonas liberadas a lo largo y a lo ancho de nuestro mapa. Esto está pasando en Tandil”.
Esos conceptos fueron replicados rápidamente en las redes sociales y provocaron la inmediata reacción del intendente Miguel Lunghi. El jefe comunal, molesto, lo citó y le dijo que estaba dispuesto a acompañarlo a hacer la denuncia.
Luego de la reunión, el jefe de Gabinete Mario Civalleri sostuvo que “no me dio la sensación de que esté dispuesto a hacer la denuncia, porque el Intendente se lo planteó en dos ocasiones y no respondió positivamente. Quedó medio en suspenso el tema como para pensarlo un poco más, el ofrecimiento está en pie, le dijimos que si lo resuelve nos avisa y el Intendente lo acompaña personalmente a la Fiscalía”.
Para sorpresa de Lunghi y sus funcionarios, el padre hizo la denuncia en la Justicia y decidió no ir acompañado por el Intendente, sino por sus propios medios.
En la Justicia
Durante una nueva homilía que llevó adelante este fin de semana, el padre expresó que “esta semana ha tenido mucha repercusión en los medios y redes sociales la homilía que pronuncié yo el fin de semana pasado, reflexionando con motivo de la fiesta de Navidad”.
“Por pedido expreso de nuestro obispo Hugo, con quien durante estos días he mantenido un contacto permanente, ratifico hoy por este medio y ante esta comunidad todo lo contenido en esa homilía”, manifestó.
Y en esa misma oportunidad contó también que el viernes pasado prestó su declaración en la Fiscalía de Estupefacientes y en la Federal, “con la convicción de que es mi deber, no solo de ciudadano sino también de sacerdote, colaborar con la Justicia de tal manera que sea ella quien pueda investigar con mayores elementos”.
Agregó que “los sacerdotes en el desarrollo de nuestros ministerios tenemos contacto con muchas y diferentes personas que se acercan a nosotros por motivos muy diversos. Es así que inevitablemente recogemos permanentemente sufrimientos y angustias, a la vez que tomamos conocimiento de muchas situaciones de injusticia y de dolor que suceden en las familias”.
El apoyo
del obispo
Por su parte, el obispo de la Diócesis de Azul, monseñor Hugo Salaverry aseguró que lo dicho por el padre Fernando “indica una realidad que existe en nuestra Diócesis, que en el país es atroz, que es el problema de la droga. Nos preocupa, eso no podemos dejar de decirlo, por supuesto”.
Y admitió, en diálogo con “Tandil despierta” de El Eco Multimedios, que “efectivamente nosotros como Iglesia no hemos dado respuesta todavía a esta problemática, que destroza la familia”.
“Antiguamente se veía el problema del alcohol como algo muy serio, pero aún en el medio de su inconsciencia el que era alcohólico reconocía a su familia. Hoy en día cuando los hijos se están drogando no reconocen a los familiares ni amigos, entonces es más grave todavía”, lamentó.
Salaverry resaltó que están muy preocupados por esa problemática y sostuvo que “somos conscientes de que no hemos sido suficientemente eficaces en promover una pastoral que convoque y contenga a esos jóvenes”.
Sinsentido
“Hay que tener presente que esta debilidad por la cual muchos jóvenes se acercan a la droga tiene como base un sinsentido. Hay algo por lo cual no le encuentran sentido a la vida. Entonces se busca compensar de ese modo”, analizó en el programa de Eco TV.
Además, consideró que “no hemos sido capaces en las homilías y demás de despertar una pasión y amor por el prójimo que te lleve a considerarlo como algo más importante que vos mismo”.
Y añadió que “no fuimos capaces de generar el sentido que la vida tiene y en el vacío de fines más superiores o generosos, tenemos como resultado esta difusión de la droga”.
“Tengo 47 curas en la Diócesis, no creo que haya uno que no haya recibido a más de una familia diciéndole que tiene problemas con la droga con sus hijos”, indicó.
El secreto de
confesión
Por otra parte, respecto del sigilo sacramental, explicó que “lo que se habla en confesión no puede ser tratado ni siquiera con el penitente en otra conversación”.
En tanto, si se trata de dirección espiritual, el tema puede volver a ser tratado entre el director espiritual y el dirigido, en ese ámbito y no fuera de él.
Pero “si en una conversación determinada fuera de estos dos ámbitos hay una situación delictiva, a riesgo de ser cómplice, se debe denunciar”.
Focalizarse en
el problema
Consultado acerca de las críticas que realizaron desde el Municipio por la orientación política del padre Fernando, dijo que “cuando un científico señala con un dedo la luna el necio mira el dedo. No quiero mirar el dedo, quiero focalizarme en el problema, después analizamos la coyuntura”.
Consideró necesario ver “el problema serio que significa la adicción en nuestra sociedad. Veamos el problema, qué podemos hacer y después vemos cómo nuestra convivencia puede mejorar”.
Llamando a la reflexión al jefe comunal, el obispo manifestó que “tenemos que crecer en una amistad social que nos haga privilegiar la solución de los problemas a las rencillas personales”.
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