¡El pueblo quiere saber!
Acallados apenas los cañones del Bicentenario, para el que el Intendente organizó una batería de actos que fue disfrutada por una multitud ávida de desahogos, la ciudad comenzó a caminar sus 200 años al sostenido ritmo de sus temas prioritarios.
En este contexto, no podía dejar de filtrase cierta crítica, en rigor minoritaria, que apuntó al gasto y la estética de lo expuesto. Hubiera caído por su propio peso, sin más, de no mediar como agente ignífugo de una serie de asuntos que conllevan una dilatada discusión, y que a falta de respuestas concretas amenazan con propalarse.
La ecuación es sencilla: Cuando se ha instalado fuertemente en parte de la sociedad la necesidad de paliar el preocupante déficit habitacional, por caso, toda iniciativa que no responda a ello encontrará sobradas reacciones en contrario. Sucedió en su momento, y aún sucede, con el estado de las calles y la provisión de distintos servicios.
Empero, para una buena parte de la ciudadanía tandilense, ésa que es considerada el valuarte electoral de Miguel Lunghi, el Intendente administra bien los recursos, hasta se le concede aquello de que hace obras de bajo costo y alto impacto. En todo caso, llega hasta donde puede. Y el resto es responsabilidad foránea. Como se comprende, su capital político no corre riesgos en este segmento. El pediatra puede dormir sin frazada.
Esta semana, la decisión judicial contraria al Gobierno, al que se le exigió proveer de servicios a las familias que ocupan viviendas del barrio Smata, motivó la reacción lunghista, que apelará el fallo, pero fundamentalmente abrió una nueva instancia de debate en términos de responsabilidades y de lo que Tandil necesita.
La oposición que, como se ha escrito en estas líneas, asoma la cabeza poco y nada, reflotó su propuesta de la mano del ex concejal Carlos Mansilla. El abogado corporativista salió al cruce de Lunghi, para recordarle que a un fondo de vivienda se puede llegar ?y engordar- con recursos genuinos, y sin tocar el subsidio a las familias que mensualmente lo requieren. Sólo hay que afinar el lápiz, en otras yerbas.
Con todo, la conformación de una mesa amplia que aporte ideas multisectoriales y no mezquinas, con el repaso de las experiencias exitosas de ciudades bonaerenses y un Ejecutivo dispuesto a oír y a echar mano al asunto, podría parir una saludable experiencia.
Cualquier cosa, mejor que adueñarse de la verdad.
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