El regreso de Calles, tras su segunda experiencia mundial
Ignacio Calles cerró hace unos días, con la culminación de su actuación con Los Pumitas en el Mundial de Italia, una etapa inolvidable de su carrera como rugbier, tras más de dos años participando de los planteles juveniles argentinos. Una experiencia que comenzó en 2013, con su primera convocatoria al preseleccionado M-18, que tras una preparación exigente y plena de esfuerzo derivó en el viaje a Nueva Zelanda para su primer mundial, el año pasado, y que se renovó en este 2015, con su segunda intervención en la máxima competencia en el Sub 20 IRB, esta vez en Italia. Allí, Argentina se quedó con el noveno lugar, después de perder los tres partidos de la zona clasificatoria por escaso margen, entre ellos una caída por tres puntos ante Nueva Zelanda, que más tarde se consagró campeón.
Calles, formado en Los Cardos como tercera línea y convertido en hooker tras su convocatoria a los seleccionados juveniles, actualmente juega en Liceo Naval, equipo en el que el último sábado ingresó desde el banco en primera división. Hace unos días estuvo en Tandil para reencontrarse con su familia y amigos, y además de visitar Los Cardos, recibió un reconocimiento de los tres clubes locales tras el encuentro amistoso entre Tandil XV y Mar del Plata.
“Disfruté mucho este Mundial. Más allá de los resultados, se jugó mejor. Nos faltó esa cuota de suerte en los dos primeros partidos, pero el balance es positivo. De alguna manera nos afectó el desgaste físico que hicimos contra Nueva Zelanda para el partido contra Escocia, pero también es cierto que ellos plantearon bien el partido y nosotros no jugamos como lo veníamos haciendo. Creo que se trabajó mucho y bien y hay que seguir en ese camino para mejorar los resultados. En lo personal estoy contento porque pude tener mucho tiempo de juego y me sentí muy bien físicamente”, comentó Calles.
Sobre las diferencias que notó entre el primer mundial y el que le tocó disputar este año, contó: “Creo que la experiencia de haber jugado el año pasado me ayudó mucho para saber encarar el segundo de otra manera, ya sabiendo a lo que me iba a enfrentar. También fue importante haber podido jugar varios partidos en Buenos Aires, porque me ayudó a afianzarme cada vez más en mi puesto. Me adapté muy bien a jugar de hooker, aunque no me disgustaría volver a la tercera línea alguna vez”.
Con respecto a su estadía en Tandil, contó que “la pasé genial, estuve pocos días, pero pude ver a mis amigos y a la familia. Estuve en el club y me recibieron de maravilla. Y en estos días volví a Liceo a entrenar. El sábado jugué y por suerte todos me recibieron de la mejor forma, estoy muy contento”. Y con respecto a su futuro ligado al PladAr, el plan de alto rendimiento de la UAR, Calles comenzó: “Sigo entrenando hasta fin de año en el PladAr y luego se verá qué planes hay. Mientras tanto jugaré en Liceo, trataré de estudiar y seguiré entrenando para poder continuar en el sistema”.
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