El sector empresario confirma que el tandilense prefiere asegurar sus inversiones ?en ladrillos?
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La empresa Tanmix, que nació en 1999, marcó un hito en Tandil, ya que antes no había una firma que ofreciera exclusivamente el servicio de hormigón elaborado. Su primer emplazamiento fue en la cantera El Naranjo, desde donde sus propietarios, Norman Robles y Walter Manna, comenzaron a estudiar el mercado.
En los inicios, “justo agarramos un momento medio crítico porque la construcción ya estaba en decadencia”, relató el ingeniero en Construcciones Norman Robles.
Pero tras de sobrevivir a la crisis del año 2000 “la cosa comenzó a andar y nos trasladamos primero a un predio alquilado, en la Ruta 226, en la zona de La Blanqueada, donde estuvimos hasta el año 2005, y después salió la oportunidad de comprar un predio propio en el Parque Industrial (PIT) y nos trasladamos a partir de agosto de 2005”.
Tanmix es la única empresa del rubro de la construcción que funciona dentro del PIT. “Estamos cómodos. Esto es un consorcio que tiene sus beneficios en cuanto al tema seguridad, uno se siente un poco más cuidado. Cuando estábamos instalados en un lugar solitario, teníamos más robos. Este es un lugar un poco más seguro y nos sentimos más cómodos”, explicó el ingeniero.
En cuanto al crecimiento del sector de la construcción, graficó que “en 1999 estábamos con dos camiones hormigoneros, hoy en Tandil debe haber arriba de veinte entre todas las empresas que hay”.
Ante la creciente demanda, promediando la década de 2000 se crearon dos nuevas empresas, Gaucho Mix y Markal. Es que los clientes conocieron un nuevo servicio y sus bondades, lo que replicó en un aumento de los requerimientos.
Las ventajas
del servicio
Entre las ventajas de recurrir a una proveedora de hormigón, Robles mencionó que “no hay desperdicio de material, se pide el que se necesita y se lleva a la obra en el momento, con la cantidad justa, con la calidad que se necesita, con un control mayor que hacerlo en obra, con un costo en definitiva menor”.
Los comitentes “no tienen que andar pensando en el agua, en la electricidad en la obra ni les queda mucho desorden ni necesitan un gran espacio para acopiar material, porque ya le llevan la solución al pie de la obra y con el servicio de bombas, que ya se lo elevan y lo trasladan en horizontal o en vertical hasta el lugar donde tienen que depositarlo, donde queda la gente sólo colocándolo y haciendo las terminaciones menores”.
Todas estas cuestiones permitieron que en las obras se optimice la entrega de material y se minimice la cantidad de gente contratada. “Con el auge de la construcción, se incrementaron los controles en cuanto a seguridad en las obras, que esté formalizado todo el trabajo, por lo tanto ya no es tan cómodo contratar una persona por un día”, evaluó.
Estas ventajas condujeron a que hasta el Municipio adquiriera camiones para abastecer algunas de sus obras y otras empresas, como la que lleva adelante el Ramal H, cuentan con unidades.
En la actualidad, Tanmix dispone de cinco camiones y dos bombas hormigoneras, a las que se sumará la tercera que ya ha sido adquirida. “Ahora cada vez más pasa por el servicio de bomba, por minimizar la cantidad de gente en obra. A su vez, nos están pidiendo cada vez más servicios, que coloquemos el hormigón de manera tal que ellos tengan menor cantidad de gente. A veces pagan más el servicio y se trata de minimizar la gente en obra”, precisó Robles.
Las obras
El otro socio de la firma, Walter Manna, agregó que “Tandil ha crecido mucho para arriba, que antes no pasaba”. De todos modos, los convocan para una pileta, que lleva medio camión (completo tiene 8 metros cúbicos) o para el edificio más grande que se está construyendo en este momento, en Santamarina entre Belgrano y Maipú, que insume 1.500 metros cúbicos.
Además, indicaron que hay otros emprendimientos en los que se usa hormigón que no son tan visibles, como silos de la Cooperativa Agropecuaria, la ampliación de la planta de Martínez & Staneck en el Parque Industrial o un feedlot o tambos. “Hay diversidad de usos del hormigón que no se ven tanto y también se está entregando en la parte rural”, marcó Robles.
“Hoy, en realidad, hay una muy buena rentabilidad de la construcción de la vivienda, por eso es que hay tanta demanda también de hormigón”, evaluó, al tiempo que explicó que “estadísticamente mantenemos una producción mensual bastante pareja que tiene una variación estacional”. Es que en los meses de invierno, con mal tiempo y jornadas cortas se produce menos, mientras que el pico se da en noviembre hasta el 20 de diciembre, en enero se reduce y después retoma el crecimiento.
En Tanmix han mantenido la cantidad de metros cúbicos de producción diaria, aunque se sumaron otras empresas que han absorbido la demanda a la que ellos no le podían dar respuesta. El trabajo “se ha multiplicado por tres desde 2005 para acá”.
Sobre los números, Manna describió que “en la crisis de 2002 hacíamos por mes lo que ahora hacemos por día”. Es decir que hoy entregan un volumen que es entre 25 y 30 veces superior.
Brindar soluciones
En la geografía de Tandil, Tanmix ha entregado material en el Castillo Morisco, atrás de la cruz del Calvario, en el Dique, en Valle Escondido, en el centro y en el campo. “Hay lugares bastante difíciles donde tenés que tirar mucha cañería para poder llegar, porque no se accede fácilmente. Tratamos de solucionar problemas, no tenemos la varita mágica para dar respuesta a todos los problemas, pero tratamos de dar una solución. Si no podemos solucionarlo tratamos de inducir una solución alternativa para dar un servicio más”, dijo Robles.
Y agregó que “estamos acotados por el tamaño y el peso de los vehículos, entonces no podemos entrar a lugares muy inclinados porque se vuelca el material. Entonces, cuando nos piden la solución, tratamos de orientarlos a algún tipo de alternativa”.
Diferencia abismal
“Estamos, en realidad, sobre demandados. Si uno creciera al doble, posiblemente atendería a toda la demanda, pero nos acotamos a un tamaño de empresa que podamos manejar con un buen servicio fundamentalmente, tratamos de maximizar la atención a los clientes, con buena calidad de hormigón, que eso no lo negociamos. Prefiero no vender que vender a precio vil por tratar de ganar un cliente”, rescató el ingeniero en Construcciones.
Ambos dueños se encargan de la producción, de gestionar las obras, del seguimiento del trabajo y de la entrega. “No tenemos ningún fusible intermedio. Somos los responsables primarios y finales del material que se entrega”, explicó.
Generalmente, los clientes concurren a pedir presupuesto y, como antecedentes, son proveedores de empresas como Loimar, Monarca, Bulonfer, Alpamar, Petrotandil. También del Municipio y llevan material a algunas localidades cercanas -70 u 80- como Ayacucho, Rauch, Napaleofú.
Con respecto al movimiento de la construcción en la ciudad, afirmó que “en Tandil es abismal la diferencia con cualquier ciudad parecida. Lo único que se le parece a Tandil es Mar del Plata y tiene una escala que es seis veces lo que es Tandil”. En la ciudad balnearia hay tres hormigoneras, aunque de mayor tamaño que las locales.
A pedido
del cliente
En cuanto a los insumos, utilizan piedra granítica, arena de mar o de río, cemento, agua y aditivos químicos para lograr algunas características que pretenda el cliente como el tiempo de fraguado, la calidad de las terminaciones, la fluidez.
Si bien se utilizan siempre los mismos materiales, las proporciones y los aditivos hacen que se logren distintos resultados de hormigón, de acuerdo a los requerimientos de su destino final.
“El arquitecto, por lo general, nos tira las necesidades. Tenemos mucha experiencia propia, entonces podemos repetir una fórmula que hicimos para otro cliente y si no solemos acudir a literatura, hacemos algunas fórmulas y ensayos. También consultamos a hormigoneras más grandes o la Sociedad Argentina de Hormigón Elaborado, a la que estamos asociados, para sacarnos dudas técnicas”, reflejó Robles.
Señaló que uno de los desafíos fue el puente del Chapaleofú, “que necesitaba un hormigón muy especial porque tenían que hacer vigas pretensadas que tenían que quedar perfectamente terminadas y que tenían que tensarlas en tal fecha. Entonces, hicimos unas fórmulas, las mandamos a estudiar y después se aprobaron y anduvieron muy bien. Es decir, que por ahí tenemos algún requerimiento específico para algún cliente, pero normalmente, el 99 por ciento de la producción ya ha sido probada y comprobada”.*
LA APLICACION DE LA LEY DE PAISAJE PROTEGIDO
El cierre de tres canteras genera
incertidumbre por falta de piedra
Con respecto al cierre de las tres canteras ubicadas dentro de la Poligonal, Norman Robles explicó que al ser Tanmix la firma más antigua en Tandil, “llevábamos material de las que teníamos más cerca, inclusive nosotros estuvimos dentro de la cantera El Naranjo. Así que Carba, El Naranjo o Montecristo siempre fueron nuestros proveedores”.
Por este motivo, dijo que “cuando nos dicen que en diez días iban a cerrar, a nosotros nos dejó un parate importante porque tuvimos que empezar a buscar alternativas de producción en un mercado que está sobre saturado, con días de espera, incluso en las canteras estas que supuestamente están prontas a cerrar”.
Indicó que las 80 mil toneladas de piedra que producen las mineras ubicadas dentro de la Poligonal “se las tienen que tirar a otras que no las pueden hacer de un día para otro, por lo tanto no nos tomaban como clientes en el resto de las canteras, así que tuvimos que salir a buscar piedra a Olavarría, Azul y Balcarce, que tampoco tienen posibilidades de entregar porque también están sobre demandadas”.
Por este motivo, “provisoriamente estamos trayendo algo todavía de las canteras hasta que se cierren en forma definitiva”, ya que “las otras canteras no te aceptan como cliente”.
En la actualidad, Robles explicó que “estamos tratando de traer otro tipo de materiales de otras canteras, no del que más se consume, para que nos acepten como clientes y después empezar a tener un cupo como para retirar la piedra 620, que es la que llevan todos los tipos de hormigón. Es la piedra más escasa y la más solicitada de todas”.
Agregó que a las otras dos empresas locales les afecta menos porque empezaron después y consiguieron cupo para sacar material de las canteras ubicadas fuera de la Poligonal.
Y reiteró que el cierre de las tres canteras más cercanas a la ciudad “a nosotros nos causa un impacto directo” y estimó que tendrán dos meses para intentar conseguir cupo en otras canteras. Han iniciado conversaciones, pero las firmas se negaron a privilegiar a una empresa de Tandil por sobre las de Buenos Aires.
En las mineras ubicadas fuera de la Poligonal hay treinta o cuarenta camiones esperando para cargar y los fleteros deben hacer cola porque todo lo que producen se lo llevan de la ciudad.
“Entonces, es un momento de inestabilidad en el tema de precios y todo”, concluyó. Ahora la esperanza es que baje la demanda en Buenos Aires en enero y febrero, y puedan conseguir piedra.
De todos modos, sostuvo que “está sobre demandado el cemento, que cargamos por turnos. El acero, del que también dependemos de su flujo porque tenemos hormigones programados y no les han entregado el acero y no podemos ir a hormigonar. No te entregan los caños plásticos de la electricidad y tenemos que esperar la instalación. Todas las mañanas te levantás, tenés un cronograma y ves si lo podés cumplir”.*
“Los excedentes, la gente
los vuelca a la construcción”
En cuanto a las expectativas para el año próximo, Norman Robles infirió que “que va a ser igual a 2011. Queda un poco supeditado también a las medidas económicas. Siempre comento que si tenemos buena lluvia, vamos a tener buena cosecha, si tenemos buena cosecha, los excedentes la gente de Tandil los vuelca a la construcción”.
Desde su óptica, “una buena cosecha este año nos asegura un buen año 2012” y atribuyó el crecimiento experimentado a la bonanza del campo: “Ha habido un incremento de la demanda por volcar sus ahorros en construcción; aunque hay muchos departamentos que se compran y no se habitan, resguardan su inversión en ladrillos”.
Afirmó que el tandilense se vuelca más a la construcción que los vecinos de otras localidades. “Las empresas en otras ciudades no son de allí, entonces los recursos no los vuelcan en el pueblo donde tienen asentada su explotación agropecuaria si no que las invierten en Buenos Aires, Mar del Plata u otro lado. Acá, la gente vuelca mucho en Tandil”, analizó.
Sumado a esto, marcó la alta demanda por venir a vivir a esta ciudad. “Si uno recorre, se construye por cualquier lado”, concluyó.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios