El varón de los vinos

-¿Cómo entró al mundo del vino?

-Recién llegado a Buenos Aires, a los 18, comencé a trabajar en un restaurante en Recoleta, y tuve que familiarizarme con los vinos de la carta; desde luego era un neófito en el tema, ya que ni siquiera sabía el significado de la palabra malbec. Tal como se creía en esa época, me atrapó la idea de guardar vinos para que mejoren al cabo de un tiempo. Me acuerdo que diseñé una vinoteca de importantes dimensiones para guardar botellas y la mandé a confeccionar por un carpintero. Años más tarde, por mi trabajo en compras, tuve la dicha de ser invitado en varias ocasiones  a Mendoza. Fue recorriendo las bodegas y me dije: “Esta va a ser mi profesión”. En  2006 conocí por fortuna a Marina Beltrame, la primera sommelier de Argentina, y fundadora de la primera escuela del país. Ese contacto fue decisivo para que, al fin, luego de 10 años, entrara definitivamente al mundo del vino. 

-¿A partir de entonces cambió su vida?

-Definitivamente. Como le cambia a cualquier persona el descubrir lo que verdaderamente ama y hacerlo con pasión. Además, es uno de los pocos trabajos en donde beber está permitido.

-¿Cuál es la función de un sommelier?

-Se encarga del servicio, la comunicación y la gestión del vino y otras bebidas y productos, tales como destilados y puros. Nace en Francia, producto de la necesidad de un especialista a la hora del servicio de vinos, aunque la profesión fue evolucionando y hoy ocupa diversos campos de trabajo. En mi caso por ejemplo, además de trabajar en temporada de verano en restaurantes, ejerzo la docencia y me desempeño en distintas bodegas, en la comunicación de los productos. Como yapa, me doy el gusto de organizar una feria de vinos. 

-Y nada menos que en Tandil.

-Mi ciudad.

 

 

 

 

Crecimiento y aprendizaje

¿Trabajar en Punta del Este qué  significa para un joven profesional como usted?

-Hacerlo al lado de Jean Paul Bondeaux y su hijo Aurelien, es un crecimiento y aprendizaje permanente. Estamos hablando de los mejores restaurantes de Punta del Este al más alto nivel internacional. Esto exige mucho a nivel profesional y personal.  Además me permite familiarizarme con etiquetas que no llegan a Argentina. Nuestra carta tiene vinos de Francia, Italia, España, Australia, Nueva Zelanda y desde luego, de Argentina, Chile y Uruguay.

-Volviendo a la feria de vinos, ¿cómo surgió la idea de hacer ExpoVinos Tandil?

-Se gestó como tantas cosas, producto de una charla doméstica, y desde ahí el proyecto fue tomando dimensiones impensadas. Recuerdo que fuimos a presentarle el evento a Ernesto Palacios al Municipio, quien al finalizar nuestra exposición dijo: “Esto es lo que buscábamos”. Es que estábamos convencidos del potencial de Tandil en materia gastronómica, íntimamente ligado al turismo, como sucede en los grandes polos turísticos del mundo. Uno cuando visita Salta, no puede dejar de probar sus famosas empanadas o sus tamales acompañados de un refrescante torrontés. Nosotros tenemos salamines y embutidos, al tiempo que cada vez más aparecen propuestas muy atractivas en la restauración local. 

Fue así que al cabo de seis meses de organización, con un gran equipo, cobertura periodística local y nacional, la participación de más de 30 bodegas y empresas, y una gran afluencia de público, ExpoVinos Tandil fue inaugurada por el intendente Miguel Lunghi en el Mumbat. Fue un sueño hecho realidad.

Después del éxito nuestra idea fue establecer ExpoVinos Tandil como una feria anual de vinos en el corazón de la provincia de Buenos Aires, y que se perpetúe hasta convertirse en un clásico tandilense. 

-Y ya lo es.

-Gracias a Dios, claro que sí. Y siempre con innovaciones y atractivos para un público muy heterogéneo como es el que asiste a la expo.

 

 

Tandil en el corazón

¿Qué relación existe entre el sommelier y la gastronomía?

-Hoy el vino más que una moda es una firme tendencia. La gente, ávida de conocimientos, de a poco se va acercando a este mundo. Creo que los sommeliers tandilenses podemos contribuir a profesionalizar aún más la gastronomía local y, desde luego, brindarles nuestros servicios a los clientes y consumidores. 

¿Qué significa Tandil para usted?

-Hace más de quince años que resido en Buenos Aires y sin embargo cuando me preguntan de dónde soy, digo Tandil sin pensar. Es mi patria chica, de la que me siento orgulloso. Creo que es parte de nuestra idiosincrasia; cuando nos vamos a vivir a otra parte somos embajadores innatos. Una frase que repetí mucho  promocionando ExpoVinos fue: “Un tandilense siempre vuelve”. 

 

 

 

 

Currículum

Alejandro Martínez nació en Tandil en 1978. A los 18 años se radicó en Buenos Aires y comenzó sus estudios de periodismo en la Universidad Católica Argentina, al tiempo que tuvo su primera incursión en gastronomía. Más tarde cursó materias de ciencia política en la Universidad de Buenos Aires. Paralelamente realizó varios cursos de vinos y degustación, que finalmente lo llevaron a ingresar en 2007 en la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), donde se graduó con el título de sommelier internacional otorgado por la Escola de Hostaleria de Barcelona. En el mismo año ingresó a trabajar en Viñas del Plata Bodegas y Viñedos, experiencia que lo catapultó al mercado laboral de la industria del vino.

Actualmente ejerce su profesión en diversos ámbitos: es docente en el Instituto Superior Mariano Moreno, y en la Escuela Argentina de Sommelier, de las materias enología y servicio, respectivamente.

Se desempeña como sommelier en el restaurante Table de Jean Paul, Punta del Este, Uruguay, trabajando bajo las órdenes del prestigioso chef francés Jean Paul Bondeaux (La Bourgogne y Malba).

A principios de 2010 creó UCO sommeliers (hoy 3 Bayas), empresa que presta servicios a bodegas de la talla de Alta Vista, Séptima, Graffigna y Etchart, entre otras. Fue entonces cuando, convencido del potencial de su ciudad natal, regresó al frente de un equipo de profesionales y organizó con gran éxito ExpoVinos Tandil. El evento declarado de interés turístico contó con la participación de más de 30 bodegas y empresas. Desde entonces tiene como fin el ayudar a una entidad benéfica.