En las instalaciones del Mumbat se presentó una atrayente y nutrida muestra de esculturas
La obra ?Imaginería del invasor? se exhibió anoche por primera vez y Tandil tuvo el privilegio de ser el lugar elegido para el descubrimiento. Es una figura color terracota que representa un aborigen americano. Si el espectador se acerca y observa dentro de su enorme boca coronada por una dentadura real de caballo, comprobará que allí residen en miniatura los animales que traían los colonizadores, calaveras, joyas que robaron.
Esta obra, cabeza de serie, realiza una fuerte crítica a la conquista española en América y si bien sorprende a quien la observa, no siempre consistió en esta imagen final y Rafael decidió contar su historia: ?en un tiempo esta pieza se componía de dos figuras. Quería hacer de ella una pareja con una mujer embarazada, pero la iba a tirar porque no la resolvía. La puse cabeza abajo para sacarla a la calle y me di cuenta que no debía tirarla. El cuerpo se convirtió en piernas y para mí fue un objeto encontrado?.
Lo interesante es que es su obra más reciente y posiblemente pase a formar parte de una serie que continuará con una boca de tiburón real, desde donde surgirá una forma de pez que estará vinculada a la voracidad del dinero.
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Compromiso
Con esta primera observación quien preste atención a su obra se dará cuenta que el escultor no puede dejar de realizar un registro y una crítica histórica. De esta manera, se nota que año a año sus esculturas se vinculan con quién es él, con la historia mundial y local. Al respecto aclara que ?yo soy testigo de mi época y no puedo evitarlo. Eso es así. Hay otra gente que sigue una línea estética, de lo formal, pero yo no puedo?.
Obras elegidas
Entre las piezas que se pueden contar en su trayectoria figuran: ?Una vida?; ?El uno, los otros? ?que es él y en las antípodas, todas sus versiones-; ?Identidad?; ?El grito?; ?Preludio?; ?El diálogo?; ?El amigo?; ?La conversación?; ?Los asuntos pendientes?; ?La medida de las cosas?; ?Guardián de la memoria?; ?La burla? y tantas otras ?El rompedor?.
En recorrida por el museo con El Eco de Tandil el artista contó que ?La mesa de negociación? es una imagen que representa que hay instancias donde todo puede mercantilizarse. Allí se puede divisar un bebé, dinero, joyas, entre otros objetos. Los personajes que están presentes son dos hombres que no dan a conocer su identidad, se miran de reojo e intercambian bienes, de modo indiscriminado.
Las nubes están sumamente presentes en su obra y podemos apreciarlas, por ejemplo, en ?La conversación? que se da entre dos hombres y refiere a las personas idealistas.
?Mi amiga Berta? reseña a una cellista cercana al artista que vive en Alemania. Fue realizada con tambores de pintura, caños de plástico, de agua y se percibe una particularidad y es que sus hombros fueron realizados con canastos de pan.
?Volante vehemente?, una de las obras más curiosas de la muestra que fue diseñada con partes de un carro de golf y de un triciclo.
?Una mirada? nació un amanecer del primero de año de 2003 cuando estaba en su taller, a solas, y vio los botines que había usado durante años en el taller. Sus suelas se habían gastado y marcaban toda una vida de trabajo, de manera que decidió ponerles dos pedazos de caño, hizo un bollo sobre un tambor de pintura que representó el cuerpo, le agregó una copia de su mano en acrílico que encontró en el taller y con un ojo giratorio, la figura de un pirata quedó armada. La cabeza del personaje está inspirada en los personajes de El Bosco, donde sus figuras usaban una malla en la cabeza y luego la cubrían con un sombrero para evitar el frío.
?Mala pesca? representa un pescador que tiene pocos ejemplares en su bolsa. Los peces, de los cuales realizó una perfecta reproducción, los conformó con un molde de un pescado real que compró.
?Lo que queda? simboliza al hombre amenazado por la última dictadura y ?La lección de economía? (que remeda la ?Lección de Anatomía?), consiste en un personaje con un cerdo enlazado de su mano que come y deshecha monedas.
?Rapiña en velocidad?, una de sus obras favoritas, muestra a un ladrón que está huyendo con un ramo de dinero y lo hace en infracción, ya que circula en patineta por las líneas amarillas de una ruta, donde deja una estela de la velocidad en la que se está escapando.
Cajas
En las paredes de las salas que le han sido destinadas, se pueden apreciar una serie de cajas en pequeño formato que son evocativas o críticas. Una de ellas, por ejemplo, representa el interior de la ?Galleria degli uffici? y está relacionada con la justicia. Allí el autor se pregunta irónicamente ?Qué vale más: ¿la gente o el dinero?? y aclara que en este caso la crítica se construye con una balanza inclinada hacia las monedas y con una constitución quemada sobre la que reposa un burro.
Para quien observe la muestra, en cada una de sus obras los huesos representan a las personas.
?Bienvenido a Nueva York? tiene una calavera que simboliza la Estatua de la Libertad sobre una pila de monedas -a manera de columnas- que hacen funcionar el sistema.
?La corte suprema de justicia?, la encarna a través de un auto que tiene cinco autoridades. Bajo las ruedas del pequeño vehículo hay cuatro tortugas, donde el autor refiere una intensa crítica a los tiempos reales en que se resuelven las cuestiones legales.
?La puerta? es una sugerencia que surgió de un texto de Galeano en el que habla de un ex presidiario de la dictadura de Uruguay, ?que después de estar tres años en una celda, es liberado. En ese momento no tiene dinero ni trabajo y se pone a recorrer porque quiere conseguir las rejas de su prisión. Un día las encuentra pero le piden un precio que no puede pagar. Regatea, pero no la consigue. Se va muy apenado y les cuenta a los amigos. Al tiempo, ellos se reúnen y le compran la reja y entre todos la llevan a una lomada y la plantan abierta a la libertad. Es todo un símbolo y es muy lindo como lo dice Galeano?, refiere Rafael y explica que ese relato le sirvió como punto de partida para hacer una puerta, donde detrás de ella se muestra la quema de libros que se repite muchas veces en sus obras.
Con todas estas obras, donde el autor ha logrado una síntesis admirable, el espectador no puede dejar de reflexionar sobre el mundo pasado y actual.
Otras series
?Las convulsiones? corresponde a una de las series que el autor prefiere, pero la mayoría de estas piezas están en Suiza y por ello, aquí se pueden apreciar sus fotografías.
Las más antiguas son de los años 70. Una se llama ?Prohibido tener pájaros de otros colores? y también presenta ?Las cárceles?, ?Señor sol? y ?Minotauro Ibérico?, esta última que evoca los últimos vascos ajusticiados por Franco con el garrote vil, donde da cuenta de la brutalidad del dictador.
También hay obras que hablan de la búsqueda de la identidad, donde se presentan personajes quitándose máscaras que ?no se pueden sacar, porque las máscaras son sus propias caras?, indica.
Técnicas
La idea de sus obras ?sale en un minuto, pero la realización lleva un tiempo, según la técnica. Con cada pieza se va inventando una técnica distinta y sólo se trata de rebuscárselas?, aclara.
Algunas de sus piezas fueron realizadas en terracota patinada, técnica mixta, tallado en piedra, relieve, papel maché, y destaca fundamentalmente una serie de obras donde aplicó la técnica raku, que es japonesa y se diferencia de la cerámica más tradicional porque las piezas se sacan incandescentes del horno. Se las pone en un lecho de hojas de aserrín, que se enciende, se ahoga y allí se produce dióxido de carbono que provoca una reducción de oxígeno. Esa obra que en su composición tenía óxido de hierro o de cobre, se transforma en cobre metal y se genera un craquelado muy particular y un brillo metálico especial que puede percibirse en la obra.
Historia propia
Rafael empezó a los ocho años a dibujar y trabajó diez años en un banco, aunque nunca dejó de hacer esculturas en este tiempo.
Cuando se dio la oportunidad de tomar una beca para ir a formarse en la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos, partió. Allí estuvo tres años estudiando Bellas Artes y ?la metodología que ellos tenían para trabajar era tan libre que seguí haciendo lo que quería, pero había materias como historia del arte, entonces había que estudiar, pero reconozco que tengo el espíritu de autodidacta?, afirma.
Luego de estudiar en Pennsylvania dio clases en Argentina, más tarde recibió la invitación para enseñar en Estados Unidos en una universidad donde Sarmiento había ido a buscar las primeras maestras y, a su regreso, formó el Departamento de Arte de la Universidad de Misiones y de distintos talleres. Más adelante estuvo en la Universidad de Cuyo en Mendoza.
Tiene en su haber numerosas distinciones como el Gran Premio del Salón Nacional ?que le había sido negado por la dictadura- y el premio Konex.
Además de haber vivido en Estados Unidos, también lo hizo siete años a Suiza. En este tiempo también estuvo en Francia, en Italia, en España, donde ha quedado gran parte de su obra.
En 2000 partió a las islas Baleares y estuvo en Palma de Mallorca, pero luego regresó a Bahía Blanca, su lugar de nacimiento, donde tiene sus afectos.
En este sentido y aunque parezca extraño, el regreso a Bahía Blanca lo debe a que su producción artística se ha dado mayoritariamente en Argentina. ?Son ciento 150 obras de cerámica y metal? y otras tantas en las más variadas técnicas, explica y asegura que allí seguirá produciendo.
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