Escuela Técnica 5 reclama la construcción de un comedor prometido en 2013
El director de la Escuela Técnica 5, Mauricio Salas, decidió reclamar la concreción de un proyecto de larga data que el Gobierno provincial se había comprometido a concretar y jamás lo llevó adelante. Se trata del comedor, un espacio físico que es sumamente necesario en una institución que tiene una importante carga horaria, ya que los chicos cursan las materias curriculares por la mañana y los talleres en el horario de la tarde.
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En diálogo con El Eco de Tandil, el director del establecimiento educativo que está situado en la avenida Perón al 900, explicó que “teníamos la posibilidad de usar un espacio de primaria para la implementación de un comedor conjunto, pero como no fue posible por distintas razones, decidimos continuar con nuestra propuesta y que el comedor se haga en el espacio destinado que tiene Técnica 5”.
Salas contó que “ésta es una escuela técnica desde el año 2011. Esto significa que tenemos materias curriculares y taller, el alumno transcurre en la institución unas 8 a 10 horas. Entra 7.30 y se va a las 16 o 17”.
En cuanto al servicio alimentario, está conformado “por porciones de pizza, que las comen frías porque no tenemos cocina para tantos chicos, y otro día reciben sándwiches de paleta y queso. Nosotros lo solemos distribuir en el transcurso del día porque hay chicos que vienen sin desayunar. Algunos a las 9, 10 de la mañana están muertos de hambre, es muy serio lo que sucede”.
“Hablar de calidad educativa en estas condiciones es bastante injusto porque además una de las razones por las cuales los chicos dejan la escuela técnica es por la carga horaria, pero por las condiciones en las que transcurre. Un obrero de una fábrica está 8 o 10 horas tiene su espacio para almorzar o cenar, con más razón lo necesita un chico en crecimiento en una franja de edades que va de los 11 o 12 años hasta los 18”, recalcó.
Condiciones dignas
El directivo afirmó que “el mayor dilema lo tenemos con los chicos de 11 a 15 años, muchos de ellos en situaciones de vulnerabilidad y otros que no tienen tanta situación de riesgo pero es por la cantidad de horas que transcurren acá adentro que es muy necesario, es imposible trabajar en buenas condiciones con esas características”.
Como no hay un espacio físico destinado al comedor, los alumnos “andan con las porciones de pizza por los pasillos, o se sientan en la escalera o vuelven al aula. En algún caso en horario de taller paran para comer al lado de sus carpetas, de sus libros o del material de taller, lo cual es bastante desagradable, y de mala calidad”.
“Desde hace tres años venimos trabajando en la instalación del comedor, un SUM comedor buffet, para que los chicos tengan un espacio de calidad, saludable, donde no solamente parar almorzar, sino también estar si tienen una hora libre, sentarse y recrearse pero en condiciones dignas. Hay tres paredes prácticamente listas solamente falta una pared, techo, piso y hacer todo el equipamiento de cocina”, indicó.
Una promesa incumplida
El espacio para el comedor ya está destinado, y se encuentra dentro de un plan de obra que incluía también las aulas para los talleres. En 2013 la Unidad Ejecutora Provincial firmó un acta de compromiso para llevar el proyecto adelante.
No obstante, el acta compromiso jamás se llevó a cabo y los chicos siguen esperando su comedor para poder almorzar en condiciones dignas. Como la iniciativa nunca se concretó, debieron utilizar el primer piso de la escuela primaria para el ciclo superior.
Buscando alternativas que permitan viabilizar el proyecto, recientemente, solicitaron una reunión con el intendente Miguel Lunghi porque “la Unidad Ejecutora Distrital lo determinó como prioridad pero no sabían de dónde extraer los fondos. Dado que la Provincia no daba respuesta y sabiendo que existe un Fondo de Financiamiento Educativo que llega a los municipios pensamos como alternativa pedirle una reunión al intendente y plantearle esta realidad”.
“No nos atendió, no nos dio la entrevistas. Volvimos a hablar con el Consejo Escolar, hay voluntad de algunos consejeros escolares como Cristian Cisneros y Facundo Labanca de que esto se lleve a cabo, pero el tema es de dónde sale el financiamiento para la obra”, manifestó.
Y consideró que “en forma inmediata lo puede hacer el Municipio tranquilamente, por lo menos la parte del comedor. A mediano plazo la unidad ejecutora debe completar el resto de la etapa de obra que son los entornos formativos, los talleres, pero hoy en día no me sirve de nada tener el espacio para los talleres si no tengo el comedor con dignidad”.
Sin respuestas
Si bien algunos chicos son de la zona y pueden ir a su casa y volver, muchas veces no regresan y muchos otros alumnos son de otras zonas como El Tropezón o del Barrio Maggiori, a los cuales “no podemos dejar que vayan a su casa y vuelvan por la distancia y segundo por su organización familiar ya que se va a su casa y no hay nadie, con el riesgo que implica que esté fuera de la escuela”.
“Nos ha sucedido en el año 2012 de chicos que iban a comer a la plaza y consumían, entonces entraban al taller dados vuelta. No estaban protegidos por la institución porque si tuvieran un comedor donde estar y una comida saludable, tranquilamente se puede quedar en la escuela, con un televisor mientras almuerzan, un espacio de recreación, de descanso y alimentación”, enfatizó.
Lamentó que “nunca recibimos respuesta de la Provincia. Hemos presentado el proyecto todos los años en cada oportunidad que pudimos y ahora lo tengo preparado para presentar en la Banca XXI para que los concejales tomen conocimiento de esto”.
Alimento insuficiente
“En su momento hubo alternativas que se llevaron a cabo, se hicieron y dieron resultado como en vez de comprar el pan, elaborarlo, en vez de comprar la pasta fabricarla, pero yo soy director de una escuela, no estoy en el Consejo Escolar, yo creo que hay que buscar alternativas a nivel local para sacarle otro tipo de rédito a la plata que te mandan, comprando la materia prima no el producto elaborado y trabajando en red con otras instituciones”, opinó.
En ese sentido, resaltó que “lo que envían es insuficiente, también en calidad, porque comen todos los día una porción de pizza fría, que ni siquiera orégano ni salsa tiene, es indignante”.
“Seguramente si tuviéramos el comedor podríamos pedir que les den un almuerzo, pero el tema es tener la infraestructura Pero sin la infraestructura es imposible”, sostuvo.
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