Estatua viviente
Cuando días atrás se inauguró en la portada del Parque Independencia la gigantografía del Cabildo, Claudio, con su estatua tanguera fue una de las atracciones; nos atreveríamos a decir que una de las mayores atracciones para grandes y sobre todo para los más chiquitos que lo miraban con esa fascinación propia de la infancia, de la inocencia; él a cambio de las monedas como pago por su arte, les regalaba estrellitas o un abrazo tanguero. Con una profesionalidad avalada por su trayectoria Claudio, cautivó a los tandilenses en esa tarde de sol, pero su trabajo no queda allí, a veces el Gardel tiene su parada en pleno centro o en alguna feria artesanal y seguramente estará en cuanto acto se realice dentro de las actividades culturales del Bicentenario.
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El llamado vocacional
Claudio nació en Capital Federal y desde muy chico sintió la vocación por las artes escénicas, dedicándose a estudiar y viajar por todo el mundo haciendo cine, teatro, publicidad, experiencias a las que califica de intransferibles y enriquecedoras. Estudió arte en la Unicén, después salió al mundo a actuar acumulando experiencias, luego volvió a Tandil donde continuó estudiando la carrera. Recibido ya salió de lo académico y no le ha ido nada mal.
?En el verano de 2009 ?cuenta- consideró que la síntesis de lo teatral estaba en la estatua, desde el vestuario, la concentración en la respiración, el trabajo, la respuesta inmediata que tenés con el público y si bien es una pequeña performance, unifiqué dos criterios que son muy importantes para mí: el teatro y el tango. Tanto en uno como en otro me vengo desempeñando hace muchos años y encontré en el personaje del tanguero ?la estampa del tango, terminó teniendo ese nombre- el referente de reconocimiento inmediato con el espectador, esa posibilidad de juego con los niños, creando la ilusión de que uno es una estatua y logra esa magia de escuchar cuando pasa la gente ?¿es de verdad o es de mentira?? Y es como una ambivalencia, ¿cuál es la mentira, la estatua, el hombre? Y esa es la idea, ni siquiera saberlo?.
-¿Qué pasa cuando la gente deposita su moneda o billete como agradecimiento por su arte?
-Es una cuestión mágica: la estatua despierta y quiebra la ilusión y este momento también es maravilloso.
-Este personaje lo estuvo haciendo el verano pasado en la costa
-Fue una experiencia súper interesante de dos meses, me fue muy bien y de allí surgió la posibilidad de viajar a Europa. Ya estando en España el objetivo era estudiar un poco cómo eran las estatuas a nivel internacional y pasamos de lo que era la primera etapa en un blanco y negro a una estatua dorada. Y anduve muy bien, hice una gira por Andalucía, Huelva, Granada, Málaga, Sevilla y me contrataron para el Festival de Tango y me fue muy bien. Pegué un salto y me fui a Holanda donde di clases de tango en una milonga en Nordic.
También allí estuve haciendo la estatua y con lo que la gente daba en la caja pude costearme los gastos y fue una experiencia maravillosa y me dije ?de esto no salgo?.
¡Al Viejo Continente!
-¿En Europa vivió de su arte?
-Sí, los tres meses. Trabajé de artista y logré pagarme la estadía, la comida y algún que otro viajecito que hice. Me volví con un poco de dinero como para decir ?algo hice?. Obviamente la diferencia económica es enorme y anduve muy bien en eso.
-¿Cómo es el público español, el holandés?, ¿diferente al argentino?
-El argentino de la costa es hermoso, porque la gente va relajada, dispuesta a pasarla bien y llega un momento que recorrió todos los comercios, vio muchos espectáculos, entonces de pronto ve la quietud de una estatua, simplificando una belleza estética, logrando la concentración y trabajando su respiración y por lo general es el chico el que hace acercar al padre, a la mamá y le pide que le ponga una moneda o unos pesos, porque las estatuas también aceptamos billetes (dice sonriendo).
El español tiene mucha cultura, no es tan fervoroso o apasionado como el argentino que viene, se acerca, dice ?muy bueno lo tuyo, sos un artista, qué parecido a Gardel?. Te alienta todo el tiempo. El español pasa, pone la moneda, observa la performance y se va. Si bien colabora es un poco más frío, salvo los andaluces.
Y el holandés, te tira la moneda y sigue de largo? pensando casi que sos un mendigo, pero te dejan de a dos euros. A veces hay alguien que te observa, te aplaude, pero por lo general son más fríos.
¿Cómo se ve al
artista callejero?
-Muchas veces ?lo habrá escuchado- se trata, no en Holanda sino acá en Tandil, en Argentina, al artista callejero como un mendigo. ¿Qué piensa usted?
-Está instalado el debate dentro de los mismos artistas, algunas estatuas dan ?damos- como retribución caramelos, estrellas y algunos nos cuestionamos ¿por qué no? si dar o no algo más de lo que ya estamos dando que es mucho: es estar allí, concentrados, es el vestuario y el maquillaje, hay detrás de todo esto un trabajo muy importante, una gran elaboración. Y todo esto tiene que ser valorado. El artista no es un mendigo que está en la calle, lo nuestro es una elección.
Elegí hacer estatua porque a mí me completa a nivel material, espiritual y personal en cuanto a un montón de cosas que tienen que ver con el teatro, unifica.
-De esos debates ¿qué surge?
-Es una elección personal que hace al crecimiento del trabajo, las estatuas clásicas y las de performance son diferentes categorías.
Las clásicas son las que están quietas -blancas, doradas-plateadas- a las que le ponés una moneda, un billete y saluda, hace un pequeño movimiento, gesto y luego vuelve a la posición original. Y la estatua performance, que es la que hago con el tanguero, da algo más. Por ejemplo canto tangos, hablo un poco con el público o las hago bailar, doy la mano, un personaje más gardeliano que gusta mucho. Sin embargo, como uno se va enriqueciendo en los diferentes encuentros, me quedaba algo colgado con las nenas, entonces decidí darles a las nenas una estrella dorada y les digo ?una estrella para otra estrella? (utilizando un tono canyengue).
-¿Antes no lo hacía?
-No, consideraba que todo lo que hacía desde la actitud, el silencio, el canto, era mi trabajo. El simple hecho de estar quieto esperando que alguien ponga una moneda y toma vida el personaje, es dar mucho. Pero también está esta cosa simpática que a los niños les encanta, una estrella, un caramelo, unos pasos de tango y no se rompe la ilusión porque se continúa sintiendo mágico y estético.
De cara al futuro
-Estuvo en el Encuentro Internacional de Mercedes.
-Concurrí al VI Encuentro de Estatuas Vivientes, representando a Tandil con mi Estampa de Tango. El evento ha ido creciendo en cuanto a experiencia y actualmente tiene premios muy, pero muy, importantes. Las estatuas que concurrieron este año fueron 27, en distintas categorías: clásica del bicentenario, exóticos, extranjeros y performance.
El encuentro es muy lindo, desde hace mucho se viene trabajando con los chicos y se ha hecho un cálido clima de encuentro, de intercambio, no de competencia.
-Y allí recibió un importante reconocimiento
-Obtuve el tercer premio en la categoría performance con 312 votos del público. El segundo lugar fue para el Granadero Loco con 316 y el primero para la estatua que representaba a Michael Jackson, con 359.
-¿Cómo evalúa la experiencia? Porque estuvo muy cerca del segundo premio.
-Fue la primera vez que participé de este evento y realmente tuve muy buena recepción por parte del público el cual supo apreciar mi arte con dicha mención. Si bien hay un jurado, la participación del público es fundamental? Apenas a cuatro votos del segundo.
-También estuvo en la Fiesta Internacional de La Falda.
-Sí; si bien tiende más a lo del país que lo foráneo porque recién es el segundo encuentro, se están organizando y ganaron los mismos chicos de Mercedes y estatuas de clowns.
Me habían convocado para ir a Uruguay, porque el personaje había gustado mucho, pero bueno, me decidí por La Falda y no me arrepiento porque ha sido otra experiencia enriquecedora.
-¿Entonces fue buena la devolución del público?
-Muy buena, porque si bien no llegué estuve entre los cinco mejores.
-¿Y después de allí?
-Hice una minigira en Buenos Aires, por Florida y Lavalle, Recoleta, en Caballito, Parque Centenario, realmente me fue muy bien, estoy contento.
-¿Cuáles son los proyectos para el futuro?
-Esto de andar de un lado para otro hace que a uno le cueste enraizarse, hace seis años que estoy en Tandil y siento que todavía no encontré el lugar que me merezco.
-¿En cuanto a reconocimiento?
-Totalmente. Siendo precursor del teatro comunitario, o trabajando en la Universidad o para el Municipio no está esa cosa de pensar que lo que hago es bueno y por lo tanto llamarme para trabajar con ellos, como por ejemplo en Tango por los bares.
-No respondió sobre los proyectos?
-Tal vez una gira por Europa, en este caso un poco más ambiciosa, por supuesto España y Holanda, pero además Inglaterra y otros países.
-Recién decía que viajando tanto es difícil echar raíces? tal vez no quiere, porque sus sueños están muy relacionados con los viajes.
-Tal vez sea cierto.
-Sabemos que los artistas de Tandil, su mayoría, no vive de su arte ya que ?trabaja? de otra cosa y quizás a usted le atraiga más esta vida de saltimbanqui que prefiere una vida de gira, al sedentarismo.
-Sí, lo mío no pasa por una crítica hacia el afuera, pero invertí seis años en Tandil de mucho trabajo y realmente salieron muchas cosas buenas, pero siento que es ?hasta ahí? y eso me hace plantearme, si lo que tengo es poco será cuestión de salir porque en el afuera me ha ido muy bien. Pero estaría bueno poder quedarme unos meses en la ciudad y poder trabajar, realmente, lo digo de corazón.
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