Evoluciona una joven de 15 años a la que le trasplantaron el riñón que le donó su padre
María Virginia y su papá Rodolfo ?Rolo? Macuso fueron intervenidos quirúrgicamente en La Plata, para concretar uno de los más grandes actos de amor con el que se puede expresar el ser humano. ?Le dio un pedacito de él para que siga viviendo?, resumió Gladys, madre y esposa de los dos protagonistas de esta historia.
El hospital Sor María Ludovica fue el escenario del trasplante de riñón de Virginia y de la extracción del órgano de ?Rolo?, el donante vivo de su hija.
La adolescente, que el 6 de septiembre cumplió quince años, padece una enfermedad originada por su propio organismo, es decir, creó un anticuerpo que destruyó rápidamente sus riñones.
Convive con la patología desde los 12 años y la seguirá teniendo de por vida, sólo que ahora le suministrarán una droga para ?dormir? los anticuerpos y preservar su nuevo riñón.
Cuando se le despertó el cuadro, Virginia competía en gimnasia artística y bailaba en la peña El Cielito, actividad que planea continuar cuando se recupere.
La enfermedad ?en menos de un mes, le destruyó los riñones?, contó su madre desde la habitación del Sor María Ludovica. Entonces, el doctor Fabio Mores la derivó a La Plata, ratificaron el diagnóstico y comenzó con diálisis peritoneal, con una máquina en su casa.
Como si todo este padecimiento no fuera suficiente, en enero Virginia sufrió una infección y debió pasar a tratarse con hemodiálisis en La Plata ?en Tandil no se realiza esta práctica para niños-, tres veces por semana durante 4 horas.
?Esa máquina la mantenía con vida porque hacía la función del riñón. Mientras tanto, mi marido se hacía los estudios para saber si estaba apto para donarle el riñón?, explicó la madre.
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La salida
Siempre el trasplante fue la única opción de Virginia, que estaba en la lista de espera del Incucai para recibir el órgano de un donante cadavérico. Con la complicación de su cuadro, ?Rolo? tomó la decisión de convertirse en el donante.
?Fuimos los dos a hacernos los estudios. Yo no soy compatible porque no tengo la misma sangre. Mi marido se hizo los estudios, dio la compatibilidad, y se esperó que llegara el cadavérico, como no llegó y ella entró en hemodiálisis, empezaron a estudiarlo a él durante tres o cuatro meses para saber si estaba apto para seguir viviendo con un sólo riñón?, precisó Gladys.
Ahora, concretada la compleja cirugía, confiesa: ?Es impresionante. Le dio un pedacito de él para que ella siga con una vida normal, no vivir dependiendo de una máquina?.
Una vez que cumpla con el tratamiento posoperatorio, Virginia tendrá una nueva vida. Sólo deberá tomar una pastilla todos los días y cuidarse en las comidas, pero todo volverá a la normalidad.
?Es increíble… Verla tan bien… Ahora estoy con ella, está conectada a un montón de máquinas, de cosas, pero habla, se ríe, come, están los médicos continuamente con ella. Está aislada en un sector porque no tiene defensas?, narró Gladys.
La evolución y el
apoyo de Tandil
?Rolo?, que ya fue dado de alta y se encuentra en perfectas condiciones, se tiene que quedar en La Plata hasta el viernes para cumplir con una revisión médica en el hospital San Martín.
Virginia está muy bien de salud y ánimo. Le sacaron un drenaje y ?hasta hoy (por ayer) tiene una sonda y está orinando muy bien. Luego se irá sentando despacio, comenzará a caminar, le van a ir sacando los sueros, está con morfina por los dolores?, relató la madre.
Gladys se mostró feliz con el apoyo de los médicos del Sor María Ludovica y con toda esta ciudad. ?Muchas gracias a los que nos llaman continuamente desde Tandil, que nos dan fuerzas, ánimo, apoyo emocional, y económico también, porque nos ayudaron un montón. Quiero agradecer a toda la gente que conocemos y a mucha que no conocemos también?, expresó.
Gladys, con la voz entrecortada de alegría y emoción, aseguró que ?no nos podemos quejar, por el contrario, estamos muy agradecidos? y ratificó que en este momento no necesitan nada: ?No, ahora esperar a que ella se recupere y salga de acá?.
Si todo va bien, Virginia estará internada entre 7 y 10 días. Luego permanecerá un mes aislada en un hotel, en la residencia de FEB que consiguió su mamá a un menor precio por ser docente.
?Ella no puede estar en contacto con nadie mientras tome los inmunodepresores, que son muy fuertes y le bajan mucho las defensas?, aclaró. Esta situación se extenderá por un mes más, luego de que arribe a Tandil, donde sólo podrá tener contacto con su grupo familiar.*
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