Excelentes obras en cartón corrugado y fotografía digital se exhiben en el Museo

“Mi encuentro con el cartón corrugado -dijo Osvaldo Decastelli- fue una experiencia curiosa. De pronto, reparé en un material novedoso pero que al mismo tiempo estaba en todas partes, en envases o bien amontonado en sótanos e incineradores”. El título de la muestra “Intimar con la materia” tiene que ver con el elemento que el artista trabaja hace treinta años, el cartón corrugado. Teniéndolo siempre como eje primordial, y pasando de la materialidad a la virtualidad y al sonido, a través de operaciones matéricas y con distintas maniobras logró descubrir lo más dificultoso y oculto de la estructura.
La obra tiene una fuerte resonancia escenográfica, en la cual el montaje establece una circulación con tabiques en redondo, un recorrido cronológico, casi teatral, en el que su obra se va descubriendo con el espacio y la iluminación adecuados. Sus obras oscilan entre el objeto y la escultura, aprovechando la estructura interna del material empleado.
El acoplamiento de las capas sucesivas del cartón corrugado refuerza el simulacro de un significado formal, porque modifica lo frágil en resistente, lo liviano en pesado, lo liso en rugoso. Decastelli propone indagar las condiciones plásticas de los materiales usuales, efímeros, sin abandonar la elocuencia de las formas ideales que otrora se realizaron en materiales perdurables como la madera o la piedra. Y si bien hoy el cartón posee unas connotaciones muy precisas, en las producciones del artista su sentido se expande para poner de manifiesto sus incontables posibilidades formales, conceptuales y estéticas.
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Al respecto dijo Laura Feinsilber: “Cuando se piensa en cartón corrugado la imagen son cajas con solapas para embalar, o simplemente como protección en la que se inscribe la palabra frágil. Sin embargo en las manos de Osvaldo Decastelli este material se dignifica al estructurar una propuesta de valorización de la forma, insertándola en el espacio con sensibilidad armónica. Corta planchas, las pega, cobrando así volumen, desbasta, rasga, provoca juego de luces y sombras. Hay una constante descomposición de la figura volviéndola dinámica”.
“En una continua búsqueda somete el material a la luz, rayos X, y con una de las imágenes realiza un video ´hálito´, así la materia inanimada comienza a tener presencia vívida, la que se complementa con sonidos propios del corrugado. En estas obras la transformación del material es completa y perfecta, y por eso pasa a segundo plano: ya no es cuestión solo de habilidad, de ideas, o materiales, sino de talento.
Espacio imaginario
Aportando a la composición de la imagen una sensibilidad y una estética muy particular Fasola, quien estudió en Florencia (Italia), actualmente se dedica a la fotografía, pintura, historieta, el humor gráfico y la docencia. Ello queda expresado en la muestra que presentó en el Mumbat “Retratos malcriados”. Las obras que la componen poseen un agudo sentido de la ironía y, por encima de todo, un oscuro sentido del humor. Su viaje por el espacio imaginario de imágenes construidas no es una evasión del mundo, sino una nueva manera de ver las cosas: una nueva perspectiva. Muchas de sus obras son una semblanza de la vida contemporánea en Argentina: sus costumbres y flaquezas, su vanidad y agitación.
Fusionando elementos
La curadora y directora del Festival de la Luz en Argentina Elda Harrington dijo: “Sergio Fasola es uno de esos artistas sabios que fusionan los elementos de una y otra arte de manera impecable, traspasando la mera técnica, produciendo imágenes que conmueven, atrapan, perturban”.
Las muestras permanecerán en sala hasta el domingo 23 de agosto inclusive.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios