Familias que viven en casas usurpadas del Plan Federal piden ayuda ante el inminente desalojo
Natalia Gosk contó que el 11 de julio le llegó un “pedido de desalojo compulsivo para mi pareja, para mí y mis hijos. Lo único que estoy pidiendo es una solución por el tema de que no tengo adónde ir”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailVive en esa casa hace aproximadamente dos años con su pareja y sus cuatro hijos de 9, 7, 6 y 3 años. Admitió que “estaba construida pero no la habitaba nadie, me metí por necesidad porque no tenía adónde ir. La dueña se enteró que era yo y me dijo que me quedara con la casa, porque ella tiene otra propiedad y no le gustaba el barrio. Incluso me ofreció una constancia de cesión de la casa para que no tuviera problemas para bajar luz, agua o cualquier otro trámite”.
“Después de que terminé de arreglar toda la casa me viene con este desalojo. Ella no tiene necesidad, cobró una herencia, tiene casa propia, el marido tiene muy buena posición. Yo pido que tenga un poco de compasión, que sabe en la situación que estoy”, clamó.
“Nos tratan
como animales”
Además, aseguró que “la Municipalidad no me da ninguna solución, solamente me ofrecen un alquiler por un mes. Mi marido hace changas, no estamos como para pagar un alquiler”.
Y denunció que “hay muchas casas acá que están alquiladas del mismo plan, los mismos dueños las alquilan, las venden. Otras están solas porque no las necesitan y a mí, que realmente la necesito, me cierran todas las puertas”.
Asimismo, recalcó que necesita “una respuesta urgente” porque en unos días el desalojo se va a hacer efectivo.
Por otra parte, cuestionó que “en la salita nosotros estábamos yendo a retirar garrafas, mercadería, leche y ahora que se enteraron que nosotros estamos usurpando nos niegan todo por el solo hecho de que somos usurpadores. Yo me pregunto: ¿un usurpador no es una persona, no tiene criaturas para que pueda tener un paquete de fideos, una leche? Nos tratan como animales”.
“Somos gente laburadora”
Por su lado, Julio Salmón, su pareja, manifestó que “hay gente acá viviendo que ni siquiera es argentina que tiene su casa propia, nosotros que somos argentinos nacidos acá no podemos tenerla. Una señora tiene una orden de desalojo y la propietaria tiene casa en Buenos Aires, no la necesita, también hay varias casas alquiladas, entonces hay que fijarse un poquito a quién le dan las propiedades”.
“Esta casa no se habitó nunca y nosotros le bajamos la luz, compré todos los pisos, ya los coloqué en la cocina, conecté las cloacas, hice toda la instalación de luz, de a poquito porque todo cuesta, y nosotros la estamos peleando. Nosotros no tenemos antecedentes, somos gente laburadora, todos los días me gano el pan para mis hijos y pienso que Lunghi en algún momento tiene que reflexionar y darnos una respuesta. Yo soy albañil, pero no tengo trabajo fijo, en este rubro trabajás en negro, un poco acá, otro poco allá”, explicó.
“Queremos pagar”
En ese sentido, recalcó que “queremos la posibilidad de pagar una casa, ya sean éstas u otras que estén deshabitadas, porque por ahí la persona que la reclama ahora la necesita realmente, pero queremos una posibilidad”.
A su turno, Pamela Santellán consideró que “hay mucha gente que verdaderamente no la necesita a la casa. Yo me metí en una casa que no tiene dueño, supuestamente al adjudicatario le dieron otra casa y donde yo estoy aparece en el plan de viviendas como terreno baldío”.
“Queremos pagar los terrenos, nosotros no nos queremos quedar en las casas sin pagar o por capricho, queremos que nos den una posibilidad de pagar una casa. Es una cuestión de necesidad, porque la gente a la cual le dieron las casas si en 5, 8 años no la habitaron es porque no la necesitan”, aseguró.
Y afirmó que “la casa donde estoy sólo tenía las paredes, yo le puse las aberturas, los techos, la hice prácticamente toda”.
Respecto a la situación que atraviesan muchos de ellos, planteó que “no tenés la posibilidad de acceder a un préstamo para el día de mañana comprarte un terreno y hacerte una casa, es todo imposible para nosotros. La culpa no es nuestra, nosotros lo hicimos por necesidad, todos los que estamos acá nos cansamos de ir a pedir ayuda para tener un plan de vivienda y pagarla por mes, nos metimos porque no conseguimos respuesta”.
“Si estas casas se hubiesen distribuido entre la gente que realmente las necesitaba no hubiese habido usurpación. La gente está desesperada porque no puede comprarse una vivienda”, aseveró.
En tanto, Jésica Gorordo contó que tiene tres hijos, uno de ellos con hipoacusia y vive sola con ellos.
“Hace tres años que vivo acá, todavía no me llegó el desalojo pero quiero una respuesta para que nos dejen la casa, no nos estamos negando a un impuesto, yo tengo el nene de tres años con discapacidad y las dos nenas a cargo mío. Me están negando hacerme la pensión por mi nene porque estoy usurpando, tengo que operarlo porque tiene hipoacusia y no me quieren firmar la orden porque estoy usurpando”, explicó.
A su vez, afirmó que “me anoté en un plan de viviendas hace cinco años pero todavía nada y sigo esperando. No estoy trabajando por el problema de mi nene, que necesito operarlo. Hay muchas de estas casas que tienen ocho años y nunca se habitaron. Realmente no las necesitan. Queremos que Lunghi nos dé una respuesta personalmente”.
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