Guadalupe Dabós lleva sus sueños al golf universitario
La tandilense seguirá su carrera en Estados Unidos U Habló de sus expectativas en la competencia más exigente del mundo para aficionados
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Sus buenos resultados en los torneos más importantes del país para aficionados, pusieron a Guadalupe Dabós entre las mejores exponentes nacionales en los últimos años. Pero para la jugadora de 18 años que representa al Tandil Golf Club, las puertas se terminaron de abrir el julio pasado, con una muy buena actuación en el IMG Academy Junior World Championships, el torneo que reúne a los jugadores amateurs más destacados del mundo. Ese final en el 12do. puesto fue para la tandilense el último envión para concretar la llegada al super competitivo golf universitario de los Estados Unidos.
Toda la estructura de aficionados del país más poderoso en este deporte está basada en la competencia universitaria, y de allí salen, casi sin excepción, las grandes figuras del golf profesional. El reclutamiento y la selección que llevan a cabo con jugadores de todo el planeta es exhaustivo y minucioso, y por ese proceso pasó Guadalupe, antes de recibir una beca de la Universidad de Sacramento, en California, para estudiar y, sobre todo, formar parte de su equipo de golf femenino.
-¿Cómo fue el camino para llegar al golf universitario?
-El proceso lo arranqué el año pasado. Necesitaba un poco más de exposición y por eso traté de competir en Estados Unidos, porque ahí es donde están los coach de las universidades para verte y después contactarte. Nos tomamos el trabajo con mi familia de ir seleccionando universidades que me interesaran y para eso tuvimos en cuenta muchas cosas. El clima, que tenga una carrera que me guste, el nivel de golf.
– ¿Cómo fue el primer contacto?
– Mandé mails con mi CV, pero también me armé un video, que es algo que te recomiendan para causar una buena impresión a los reclutadores, porque al estar tan lejos es un poco difícil que te vean. Es la forma de mostrar tu swing y otros aspectos técnicos. A eso también se suman resultados y estadísticas de mi juego. Algunas Universidades me respondieron enseguida, otras tardaron un poco más y están las que ya tienen en vista otras jugadoras.
– ¿Por qué te decidiste por Sacramento?
– La Universidad de Sacramento, con la que firmé hace unos días, no estaba en mi lista y en realidad me contactaron ellos. Me contactó el coach, me contó acerca de su programa, y me llamó la atención que no la hubiera descubierto antes, porque es una Universidad de División 1, y está entre las 70 primeras del ranking entre 300 en total. Además está en California, que tiene un muy buen clima para el golf. Y lo que más me gustó en ese momento fue la charla con el coach, que es David Sutherland, un exjugador del PGA Tour. Es interesante tener un entrenador que sepa lo que es la competencia y que pueda sumarle cosas a mi juego o darme consejos en caso de que en algún momento quiera probarme en el profesionalismo. Al menos darme la chance.
– ¿Qué es lo que más te interesa de esta experiencia?
– Siempre le presté mucha atención a la parte académica, sobre todo en el colegio, y obviamente me gustaría graduarme en alguna carrera universitaria, pero en algún momento la opción es probarme en la alta competencia. No le cierro las puertas a nada y sé que la competencia en Estados Unidos es muy diferente a la que tengo acá. Lo pude comprobar este año en los torneos en los que participé, como el IMG. Pero tengo mucha confianza en mi juego.
– ¿Es difícil hacer compatible es estudio y el deporte de alta competencia?
-Ellos tienen muy bien preparados los programas para los estudiantes que compiten por la universidad. Obviamente hay que cumplir y estar al día con la parte académica, pero organizan todo como para que el golf sea prioridad. Para eso hay que tener muy buen manejo de los tiempos. Además tienen consejeros que te van guiando sobre los cursos que te conviene tomar en el primer año, de acuerdo a lo que vos querés estudiar. Son una especie de intermediarios entre el estudiante y la universidad.
Voy a vivir el primer año en un campus de la Universidad, en un departamento compartido con otra estudiante, que seguramente no va a ser del equipo de golf, porque el coach pretende que la adaptación sea más amplia, que conozcamos a otra gente.
-¿Qué sabés de Sacramento?
– Los deportes más importantes de la Universidad son el golf y el fútbol americano. En el equipo de golf son ocho jugadoras, y eso es algo que también tuve en cuenta porque a los torneos van cinco chicas y eso te da más chances de jugar. El coach me dijo que le gusta tener equipos de ocho jugadoras, y por lo general van todas a los torneos, como una forma de ir generando un buen grupo. En otras universidades los equipos son de 12 jugadoras y en muchos casos no jugás nunca.
– ¿Cómo fue tu experiencia en el IMG?
-Es un torneo en el que te tenés que vender lo mejor posible. Unas semanas antes de viajar hice mi score más bajo, y más allá de que fue acá en Tandil, me dio mucha confianza en mi juego. Sabía que, además de la parte técnica, es fundamental lo que mostrás con tu comportamiento, la actitud positiva en la cancha. Los coach que te siguen evalúan absolutamente todo, hasta cuantas veces tomás agua. Van con una libreta y anotan todo lo que hacés. Yo estaba jugando bien en el torneo y de la nada aparecieron varios coach de universidades para seguirme, pero traté de concentrarme solo en el juego y en hacer las cosas bien. No enojarse es fundamental y tenés que comportarte como una profesional. Si están tus padres se ponen en contacto con ellos durante la ronda, y una vez que terminás se presentan, te dicen que te estuvieron siguiendo y ahí es muy importante cómo te desenvolvés, como te expresás en inglés. Tenés que saber comunicarte bien y es muy probable que te ofrezcan una beca si les gustás.
– ¿Cuándo llegó la oferta de Sacramento?
-Cuando llegué al IMG ya tenía la oferta, y me la había hecho el coach a pesar de que no jugué bien ese torneo en Argentina. Pero él me dijo que eso no le importaba, que ya sabía que yo jugaba bien y que valoraba más mi personalidad, mi capacidad para adaptarme al equipo.
En abril jugué bien en Córdoba y pude entrar al ranking mundial, y eso está bueno porque a partir de ahí empezás a sumar puntos. El IMG fue la mejor semana del año para mí, la pasé muy bien, estuve muy confiada. Pude llegar tres días antes del torneo para practicar, conocí gente de todas partes. Eso me gusta, porque más allá de la competencia, la cantidad de relaciones y contactos que te llevás es impresionante.
– ¿Cómo fueron tus comienzos en el golf?
– Empecé a jugar 7 años. Mi papá empezó a jugar de grande y al tiempo dejó porque arrancamos nosotros, con mi hermano Benjamín. Probé varios deportes, empecé con el tenis, pero el golf fue algo que me calzó perfecto, sobre todo porque era una chica muy tranquila. Al principio era como un plan familiar de los domingos, ir a jugar, tomar alguna clase, y después me empezó a interesar mucho más. A los 9 años jugué mi primer Nacional. A esa edad se jugaba un solo torneo en diciembre, y yo me entrenaba todo el año para clasificar en nuestra Federación y poder participar de la mejor forma. Siempre le puse muchas pilas a las prácticas y a los torneos. Trataba de jugar los máximos posibles a medida que iba creciendo, y después empecé a mirar a las chicas más grandes que yo, que ya tenían el objetivo de irse a jugar a Estados Unidos. En estos momentos, de Tandil también está Sol Pose, que juega en Michigan, para Grand Valley State.
– ¿Quiénes son tus profesores?
– Mi primer profesor fue Atilio Soto, y también me ayuda mucho Alejandro Martínez, que en marzo se fue a vivir a San Luis, pero de vez en cuando me ayuda con mi swing. Ahora estoy becada por la AAG para poder entrenar en el centro de Alto Rendimiento que tienen en Buenos Aires. Podés salir a jugar, tirar pelotas o tomar clases gratis, pero no lo puedo aprovechar tanto porque estamos muy lejos. Es algo que hace la diferencia muchas veces entre los jugadores del interior y los del área metropolitana, que tienen la ventaja de entrenar ahí todas las semanas. Tienen preparadores físicos, profesores, psicólogos, todo a disposición y acá eso es difícil de conseguir, porque no se pueden sumar esos viajes a los que ya hacemos para los torneos.
– Cómo fue ganar el Interclubes de Primera en casa?
-Fue increíble. No hay palabras para explicarlo. Yo recién caí que teníamos el torneo en nuestra cancha un mes antes. Estaba muy metida en los torneos de la temporada y no había tomado dimensión de la importancia que tenía. Todos nos decían que esta era la gran oportunidad de ganarlo después de haber estado cerca tantas veces. Yo, por ser la que más compito dentro del equipo, sentía un poco más la presión de ganarlo. Teníamos mucha confianza porque el TGC no es una cancha fácil para los que no la conocen. Teníamos un equipo muy sólido, con muy buenas jugadoras y el club nos dio todo su apoyo, para que la organización fuera muy buena.
Nos salió todo bien desde el principio. Al jugar de local no íbamos a estar juntas en una casa, entonces planeamos hacer cosas juntas todos los días para no perder la unidad del equipo. El sorteo también nos favoreció, porque nos tocaron los equipos más fuertes el primer día, y no iban a tener la chance de conocer mejor la cancha antes de enfrentarnos. Se fueron dando los resultados y el último día salimos con el título casi asegurado, con toda la gente del club alentándonos. Fue una experiencia increíble.