En la previa se adivinaba lo que podía suceder en el campo, entre un equipo más trabajado y con experiencia en este tipo de torneos, Independiente, y otro conformado por varios juveniles y con escaso rodaje. Y esas características se vieron en la cancha, con el rojinegro mostrando una idea de juego, controlando la pelota desde el fondo e intentando elaborar sus ofensivas, y enfrente Grupo, obsesionado con la presión y con una carencia total de criterio cuando lograba recuperar la pelota.
Pero el gran problema del conjunto universitario fue Maximiliano Villar, no sólo por la capacidad del delantero para desequilibrar, sino por la forma en que se planeó detenerlo. La marca personal que Pérez le encomendó al juvenil Juan Pablo Diluca hizo que Grupo perdiera la zona central del mediocampo y tuviera a cinco hombres en defensa, y la mayoría de las veces sin marca fija, ya que Independiente no ponía a un punta definido. Este error táctico y las dudas de los defensores locales, empezaron a inclinar la balanza para los rojinegros, que jugaban con paciencia la pelota, y buscaban con pelotazos largos la inquietante presencia de Villar, bien acompañado por Mariano Rodríguez.
Aún así, la primera chance fue de Grupo, cuando Diego Pérez Rivero, el único hombre pensante del equipo, alcanzó a puntear una pelota en el área y por poco no convirtió ante la tardía salida de Casas. Pero la lógica empezó a darse un rato después, a los 16 minutos, cuando una pelota frontal no fue resuelta por el fondo de Grupo, y le permitió a Petersen habilitar con justeza a Villar, que definió con un toque sutil por encima de Relli Tifner.
La desventaja acentuó las carencias de Grupo. La defensa no contenía y lanzaba pelotazos sin sentido, y el mediocampo no podía generar juego, dejando a Pérez Rivero muy solo en su lucha por encontrar alguna chance. Independiente, aún sin ser profundo, dominó el partido con la fórmula sencilla de cuidar la pelota y buscarlo a Villar, que solo complicaba a todo el fondo rival.
La única aproximación de Grupo al empate se dio sobre el final del primer tiempo, cuando Lautaro Echavarría intentó sorprender a Casas desde afuera del área y obligó al arquero a esforzarse para sacar al córner.
Mejor Independiente
Grupo pareció pararse más arriba en el arranque de la segunda parte, pero esa actitud fue sólo una ilusión óptica, porque no tenía con qué inquietar en ataque. Pérez intentó cambiar el planteo inicial dejando a Echevarría más de punta por la derecha, y adelantando a Candia por ese sector, pero Villar seguía complicando a Diluca y al resto de la defensa. A los 7, Independiente atacó por la derecha, Tifner sacó con esfuerzo un remate de Jonathan Muriel, y el mismo jugador cabececó el rebote hacia el medio, para que Rodríguez la peinara al gol.
La cuesta se le hizo más empinada que nunca a Grupo. La actitud de sus jugadores para correr y presionar contrastaba con la escasa predisposición a jugar, e Independiente se sentía cómodo retrocediendo unos metros y haciendo circular el balón cuando lo recuperaba. Grupo logró algo de movilidad y agresividad en ataque con el ingreso de Jorge Luque, que sin descollar se las arregló para generar algunas cosas por la derecha. Así, los de Pérez se arrimaron buscando el descuento, pero sin chances claras.
En el último cuarto de hora el partido de hizo más desordenado. Grupo atacaba sin sentido, e Independiente cometía algunos errores en la última línea, arriesgando más de la cuenta, cuando el negocio estaba en buscar a Villar y Rodríguez.
A los 36 minutos, Villar la controló dentro del área y ensayó un remate medido que rebotó en el travesaño. La pelota le cayó a Rodríguez, hizo la pausa y aseguro el 3-0.
Si es que no estaba definido antes, el partido se terminó con esa tercera conquista rojinegra. Sólo quedó tiempo para el descuento de penal de Claudio Fuentes, tras una infracción de Baquero a Santeramo, y para alguna otra aproximación mal resuelta por Grupo, que ahora tendrá oportunidad de quedarse con esos tres puntos por los que hizo tan poco en el campo de juego.
Una victoria en suspenso
El triunfo logrado anoche por Independiente frente a Grupo Universitario queda en duda, por la supuesta indebida inclusión de Agustín Olaechea en filas del rojinegro.
El mediocampista fue expulsado en el último partido de la pasada temporada del Argentino B, cuando jugaba justamente para Grupo.
Aquella vez, el 14 de abril del año pasado, vio la tarjeta roja durante el partido que los universitarios le ganaron a Bella Vista de Bahía Blanca, 3-1. Esa tarde, más allá de haber conseguido la victoria, el equipo tandilense resignó sus posibilidades de mantener la categoría.
Olaechea no volvió a competir desde entonces por torneos federales. En consecuencia, en Grupo Universitario aspiran a ampararse en los reglamentos y demostrar que el jugador debía cumplir una suspensión. De lograrlo, podrán quedarse con los puntos del partido jugado anoche.
La figura
Maximiliano Villar
Un dolor de cabeza para la defensa de Grupo. Inteligente para moverse por el sector del campo que más le convenía y con los recursos técnicos de siempre para buscar el desequilibrio. Abrió el camino del triunfo con un toque por arriba del arquero y siguió siendo determinante el resto de la noche.