Instan a cazadores de jabalíes y a quienes realizan carneadas a realizar análisis de triquina
“El tema de la triquinosis empieza con los primeros fríos en Tandil. Nosotros estamos muy dedicados a la faena que se produce en los campos y que nos traen muestras al laboratorio. Bromatología está más orientado a las faenas en frigoríficos”, explicó Emilio Bilbao, coordinador de Funtala.
Este año Funtala ya detectó un caso de un cerdo con triquina, en un animal procedente de barrios cercanos a la ciudad. La muestra -toman unos 12 gramos- que dio positiva tenía cuatro larvas por gramo. Es decir que sobre 10 gramos eran 40 larvas y una feta de chorizo que se ingiere pesa unos 8 gramos.
“Normalmente se dan más en las periferias los focos, porque en el campo se alimenta prácticamente todo a grano. En cambio, en las periferias de las ciudades es donde se está dando bastante la problemática en la provincia de Buenos Aires, porque muchas veces el cerdo no se alimenta como debería, y se le llevan desperdicios de carnicerías, verdulerías”, describió.
Advirtió que no es el modo de alimentar a un cerdo, porque “al tener basura, hace que la rata llegue y es el vehículo transmisor de la triquina, que después la vamos a padecer nosotros”.
La mayoría de los análisis que llegan a Funtala los acercan los productores que son encargados de campo, peones y capataces, que engordan sus animales. En tanto, en los cerdos comprados en predios cercanos a Tandil a veces no se cumple con el estudio y se pone en riesgo a los familiares y amigos con los que se comparten los chacinados.
“Hay gente que cría y hay gente que le compra a un vecino que engordó dos o tres, porque es mucho más barato facturar hoy un cerdo, ya que el precio en un supermercado está caro. Y tiene otro sabor el cerdo casero que el industrial, que sale con una alimentación diferente. Además, son tradiciones que van pasando de generación en generación”, explicó el veterinario.
Cabe destacar que los síntomas que se observan en personas que han ingerido larvas son similares a una gripe, aunque se empieza a cerrar la glotis y a caer los párpados, además de manifestarse con dolores abdominales y en los músculos.
Los riesgos
El peligro para la comunidad es que se faene un cerdo con parásitos, que no se realice el estudio y se venda o distribuyan las facturas. “Cuando se hace el análisis, no tenemos que tener miedo. Las posibilidades para detectar triquinosis con un análisis son espectaculares, ahí no habría problema”, señaló Bilbao.
Por el contrario, el problema son aquellos que cazan un jabalí o compran un cerdo a alguien que lo crió y no hacen el análisis. “Lo que están haciendo es contagiarse ellos y a todos sus seres más queridos, porque en realidad siempre les dan a sus familiares un chorizo para que prueben. Entonces, llamamos la atención para que ahora que comienzan los fríos y empiezan las carneadas, que la gente haga los análisis de rutina”, manifestó.
El estudio es muy rápido, ya que en una hora están los resultados, y en Tandil cuesta entre 120 y 130 pesos por muestra. Además, el laboratorio está de guardia los domingos y feriados, y se puede llamar a los teléfonos 443-1728 ó 154-607708.
“Todo producto de cerdo que no tenga rótulo -quiere decir que no se faenó en un laboratorio habilitado por Senasa, el Ministerio de Asuntos Agrarios y Bromatología- es de dudosa procedencia. Nosotros cada vez que hacemos un análisis emitimos un certificado de que la muestra analizada es negativa”, explicó.
Los números
El coordinador de la fundación describió que “estamos viendo que en el partido de Tandil hay muchísimos jabalíes y hoy la gente sale a los campos a cazar jabalí. Algunos hacen los análisis; otros no los hacen. El año pasado sacamos un jabalí que tenía una carga larvaria muy importante”.
Agregó que Funtala -que fue uno de los primeros laboratorios de la provincia que empezó con la técnica de gestión péptica artificial hace 18 años- realiza en Tandil más de mil análisis por temporada, durante los meses más fríos de junio, julio y agosto. En 2013, el 9,7 por ciento de los análisis correspondió a jabalí de cazadores que los mataron en los cerros y en 2014, con ya 220 muestras, el chancho salvaje subió al 11,6 por ciento.
“Queremos llamar la atención de la gente que está cazando para que haga los análisis. Vayan a cualquier laboratorio, en Tandil hay varios que se dedican a hacer análisis por digestión péptica artificial, ya que antes se hacía en cualquier veterinaria con dos vidrios y un microscopio. Esta es una técnica que tiene el 99,9 por ciento de confiabilidad y si hay una sola larva, va a ser encontrada. Hoy se hace únicamente con la parte de la entraña, el diafragma”, explicó.
Normalmente, se faena el cerdo y mientras se realiza la limpieza, se aprovecha para llevar la muestra al laboratorio. El análisis demora una hora y personal de Funtala les informa por teléfono el resultado. Si es negativo, se empieza a embutir. Si es positivo, se comunica al Senada, al Ministerio de Asuntos Agrarios y a Bromatología, que son quienes decomisan la carne.
El cerdo
cimarrón
Por otro lado, Emilio Bilbao explicó que el jabalí, que está suelto por las sierras del partido, puede elegir la comida. En muchos campos hay silo packs llenos de cereal y el chancho rompe con el colmillo, cae la semilla y las chanchas van a comer con sus crías. Se retiran y empiezan a venir las ratas, peludos, zorros, que son animales portadores de triquina.
“Puede ser que un cerdo haya comido una rata, zorro o peludo, se haya contagiado”, señaló y destacó que si se hace el análisis, se evita que la enfermedad llegue al humano.
En cuanto a la especie que se caza, sostuvo que hay chanchos jabalí y chanchos cruza, que es el que se mezcló con los normales y no tiene los cuartos tan secos como el jabalí, pero sí los colmillos grandes. Se distinguen porque son de pelaje rallado y por los cuartos más flacos.
Consultado por la incidencia de la matanza, explicó que hay gran cantidad de animales cimarrones en las sierras porque cada hembra tiene tres pariciones al año y las camadas más chicas son de seis crías. “No vamos a erradicar nunca el jabalí”, consideró, y agregó que en algunos campos ya se perciben como una plaga.
“El jabalí en el partido de Tandil, como en las zonas serranas de Sierra de la Ventana, ya es un problema. En algún momento el Ministerio de Asuntos Agrarios, la Municipalidad, alguien, van a tener que tomar cartas en el asunto porque producen daños en los campos”, dijo.
Y contó que “he visto, cuando estamos vacunando, bajar de una sierra a 60 ó 70 jabalíes, una piara que tiene una estructura donde los machos vienen adelante marcando el camino, y a los costados y en el medio van las madres con todos los lechones y atrás van otros cerdos machos”.
Si bien no hay datos exactos sobre la cantidad de cabezas de esta población, indicó que “hace años que se viene incrementando la cantidad de análisis y los mismos cazadores dicen que hay muchísimos jabalíes en las sierras”.
Aunque reconoció que pueden convertirse en plaga, desalentó la caza furtiva y advirtió que muchas veces conduce a otros delitos o a accidentes con balas perdidas que pueden afectar a animales de pedigrí o a personas. u
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios