Italia endurece el acceso a la ciudadanía para sus descendientes en el exterior
Miles de descendientes de italianos en el mundo, especialmente en América Latina, expresaron su rechazo a un reciente decreto del Consejo de Ministros de Italia que limita el acceso a la ciudadanía por derecho de sangre. La medida, presentada por el canciller Antonio Tajani, fue recibida con sorpresa e indignación por quienes consideran que vulnera un principio histórico del país peninsular.

El decreto-ley 36/25, emitido el pasado 28 de marzo, modifica sustancialmente la legislación vigente desde 1992, imponiendo condiciones más restrictivas para obtener la ciudadanía italiana a través del iure sanguinis. A partir de ahora, solo podrán acceder automáticamente a la nacionalidad quienes tengan padres o abuelos nacidos en Italia, siempre que cumplan con requisitos de residencia o filiación directa.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAdemás, el decreto suprime la posibilidad de realizar los trámites de ciudadanía en consulados italianos en el exterior, centralizándolos en una única oficina en Roma. Esto genera preocupación en comunidades donde las solicitudes ya tardaban años en procesarse por la alta demanda.
Reacción global de los ítalo-descendientes
La respuesta de la comunidad internacional fue inmediata. Organizaciones como el MAIE (Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior) presentaron una carta formal de protesta al canciller Tajani, señalando que los cambios representan un retroceso para el reconocimiento de la identidad italiana de millones de descendientes.
Un cambio de paradigma en la política migratoria italiana
El decreto llega en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias en Europa, donde han cobrado fuerza discursos que promueven un control más estricto del acceso a derechos ciudadanos. Sin embargo, para muchos, resulta incomprensible que un gobierno que se define como “patriota” decida cortar el lazo legal con millones de personas que mantienen viva la cultura italiana en el extranjero.
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Un derecho que no se esfuma “por decreto”
En su defensa, el gobierno italiano argumenta que la decisión busca aliviar el colapso del sistema consular. Pero para la colectividad, la medida es un claro retroceso que pone en riesgo décadas de fortalecimiento de los lazos entre Italia y su diáspora.
Mientras se esperan definiciones del Parlamento italiano, que deberá ratificar o rechazar el decreto antes de los 60 días, crece la movilización en defensa del iure sanguinis. Para los descendientes, no se trata solo de un trámite: es identidad, pertenencia y una historia familiar que trasciende fronteras.