“Jesús, el Nazareno”, un espectáculo que conmueve

La imponente puesta en escena sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo que se efectúa en Tandil durante cada Semana Santa, sube hoy a escena a las 20.30, en el Anfiteatro Municipal Martín Fierro, sito en Juldain y Dorrego, con entrada libre y gratuita.
En un entorno serrano privilegiado, el público local y los miles de peregrinos y turistas que visitan Tandil durante esta época, tendrán la posibilidad de apreciar un espectáculo de singulares características.
Un centenar de vecinos y vecinas dan vida -muchos de ellos desde hace décadas- a los distintos personajes bíblicos a través de diferentes escenas, con voces grabadas en off, en una propuesta que cuenta con excelente puesta sobre escenario natural, sonido e iluminación, logrando así conmover profundamente a los espectadores.
La obra está dividida en escenas, entre las que se encuentran: Sabiduría y obediencia de Jesús, Bautismo de Jesús, La tentación de Jesús, Prédica en Nazareth, Los primeros discípulos, Las bienaventuranzas, Milagros de Jesús, Jesús y los niños, La adúltera, Expulsión de los vendedores, El tributo al César, Enseñanos a orar, El joven rico, Curación en día sábado, Profesión de fe y primado de Pedro, Entrada triunfal en Jerusalén, Unción en Betania, La última cena. Institución de la Eucaristía, Anuncio de la flaqueza de sus discípulos, La oración de Getsemaní, Prisión de Jesús, Jesús ante Caifás, Arrepentimiento de Judas, Jesús ante Pilato, Camino del Gólgota, La Crucifixión, Al pie de la cruz, La resurrección, La ascensión a los cielos y Mensaje final.
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Walter Lanestosa, Héctor del Río y Luis “Lalo” Alonso brindaron detalles de lo que será este espectáculo que cierra hoy con gran emoción.
Si bien son pocos días de puesta en escena, los ensayos comenzaron el 10 de febrero en el anfiteatro para llegar a tiempo para el estreno. La suma de 137 tandilenses fue la que se hizo eco de la convocatoria y se comprometió desde el primer día para participar del espectáculo que dirigen Walter Lanestosa y Héctor del Río.
En “Jesús, el Nazareno”, hay un proceso compartido: “Walter hace más la dirección y yo el apoyo. Vamos viendo lo que hace falta. Yo voy mirando, y después del ensayo corregimos y coordinamos para hacer lo mejor por el espectáculo”, explica Héctor del Río.
Lanestosa participa desde los ocho años. Sólo con verlo nos damos cuenta que ha pasado toda una vida colaborando con “Jesús, el Nazareno”. Llegó allí porque “mi mamá era actriz y, cuando a Guimet lo convocaron, ella me trajo. Me gustó tanto que me quedé. Hace unos quince años que hago el papel de Jesús”, relata.
Héctor del Río, por su parte, está desde los 17 años en el evento. Ha cumplido diversas funciones y hoy se desempeña en la dirección.
Quizá Lalo Alonso es quien más trayectoria tiene en este espectáculo porque: “Hace más de 50 años que estoy en esto”; aunque como coordinador “me puso el doctor Lunghi hace doce años”. Sus tareas consisten en el apoyo logístico y, por ejemplo, “consigo cosas que se necesitan, voy a ver personas, busco materiales, voy a pagar cuentas. Este espectáculo es parte de mi vida. Desde que comencé, seguí y nunca dejé”.
La experiencia
Lanestosa dijo que “la dirección me encanta y la disfruto muchísimo, pero lo que más me motiva es hacer de Jesús, eso me encanta, es una sensación extraordinaria. Una cosa es estar en los ensayos, y otra actuar el día de la función, cuando te empieza a conmover la situación, los momentos, ahí te emocionás. La adrenalina es otra”.
Los momentos más fuertes, para Del Río y Lanestosa, son innumerables pero pueden nombrar la concepción, la crucifixión, la ascensión, el mensaje final y la oración en el huerto “ya que son escenas muy emotivas, que nos llegan muchísimo”.
Lanestosa aseguró que “la Ascensión sólo la hice dos años, pero es un momento único. La música que acompaña esta escena es una de las mejores del espectáculo. A esa altura, donde ves todo el público, sentís una emoción muy fuerte”.
“En general no pasamos tanto frío, esperemos que haya tiempo lindo para esta noche. Los que más sufrimos de frío somos los dos ladrones y yo”, explica Lanestosa.
Además, es claro que el público se siente muy cercano a este espectáculo: “la gente que nos sigue se emociona muchísimo. Antes teníamos más contacto con el público, años atrás, hasta bajábamos. Era tanta la adrenalina que, a veces, repudiaban a algunos personajes. La gente se compenetra mucho”, asegura Lanestosa.
Aspectos a destacar
Héctor Del Río dijo que “el marco natural es muy importante. Si bien hay un esfuerzo especial en la musicalización y la iluminación, el escenario brinda mucho: una gran cantidad de público que se emociona, lo hace porque disfruta no sólo de la historia, sino de esta especial puesta”.
Además, “Jesús, el Nazareno” ha ido evolucionando ya que “realizamos el trabajo en base al libreto de Pascual Pina, que seguimos modificando y agregando muchísimas escenas más”, explicó Lanestosa, lo que demuestra su deseo de crecer artísticamente.
Otro detalle importante es el vestuario que “lo maneja hace cerca de quince años Cecilia Leguizamón. Si bien tiene ayudantes, siempre fue la encargada de realizarlo, de tomar las decisiones de los colores, la ropa, todo”.
Vivencias inigualables
Walter Lanestosa dijo que “Queremos que nos toque lindo día y que venga mucha gente a vernos, eso es lo que más nos regocija”.
La devolución de la gente es muy importante para los actores: “yo lo veo más desde lo artístico que de lo religioso. Cuando la gente te aplaude, te grita ‘bien’, quiere decir que estás haciendo las cosas como tienen que ser. Cuando finaliza el espectáculo y estamos al borde del cerro, tomados de la mano, lo que se siente es muy fuerte”, expuso Héctor Del Río.
Lanestosa, por su parte, adujo que “soy un poco más emocional, muy creyente, pero no podés dejar de ver la parte artística, porque tenés que ver la puesta, actuar. No puede ser todo emoción, tenés que tener momentos de lucidez para hacer las cosas”.
Para terminar indicó que “El principio y el final son momentos para sentir la adrenalina, saber que la gente se emociona, que vienen de diferentes lugares, llegan de una peregrinación y terminan en el espectáculo. A pesar del frío se quedan, aplauden. Para mí esta experiencia es incomparable”.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios