Juan Grillo, el escultor
La vida del arte suele traer doble faz, reflejo de dos mundos diversos en la existencia de no pocos artistas. Una ?la más conocida- es placentera, de rasgos serenos, exigida por el decoro de quien tiene el buen gusto de no entregar su intimidad a los ?forasteros del espíritu?; la otra es de luchas, de quebrantos, cuyos quejidos no llegan al público.
En muchos casos la obra traduce algo de esos desgarramientos interiores. No pasan inadvertidos para el atisbador de psicologías. Si el intuitivo dejó prendida en la obra una resonancia de su coraje sensible, el hombre afín la captará en toda su extensión, doliente y comunicativa. Existe una voz siempre aleccionadora, cargada de significaciones: autodidáctica. Lograrse a sí mismo y realizarse contra la corriente.
-¿Con quién estudió y cuándo?
-Conmigo y cuando pude.
He aquí la biografía exterior de Juan Grillo. Trabajó y trabaja en otra cosa para darse a sí mismo su más auténtica realidad. Cordial por las reacciones frente a las palabras de adhesión suscitadas por su obra, por la necesidad de mostrarse grato a ellas. Concurrió a dieciocho salones, enviando por primera vez, al de 1911, al constituirse el certamen oficial. No fue un impaciente. Como todo hombre de fe, supo esperar, ha sabido esperarse. Y el triunfo llegó a su hora. En 1923 le correspondió el tercer premio nacional ?Nostalgia?, un desnudo femenino. En 1936 lo distinguieron con el primer premio municipal a otro desnudo femenino: ?Crisálida?, y conquistó el premio nacional con una obra de empeño: el grupo titulado ?Falenas?, consistente en un grupo de desnudos femeninos, ceñidos en un problema plástico nada leve por cierto. El apasionado modelador de ?Fragmento?, el sensible y vibrante articulador de líneas concentradas ??Extasis?- el idílico y tierno evocador de ?Familia?, el tenso buscador de concordancias de enlaces ??Danza exótica??, el escolar sumiso de ?Reflexión?, suma todo ello en el saber y en el sentir de ?Falenas? y se sitúa entre los valores serios de nuestro arte.
Escultor argentino, nacido en Buenos Aires en el año 1895. Autodidacta. Inició su trayectoria artística en el Salón Nacional de Artes Plásticas en 1911. Desde entonces concurrió asiduamente a distintos salones del país, obteniendo premios y distinciones, entre ellos el tercer premio en el Salón Nacional de Bellas Artes en 1934; premio Municipal de Buenos Aires de Escultura (1936) Primer Premio de la Comisión Nacional de Cultura (1952). Gran Premio Honor Ministerio de Educación (1954).
Entre sus obras figuran: el Monumento al Gaucho, emplazado en la ciudad de Mar del Plata; Hipólito Irigoyen en La Pampa y Formosa. Se halla representado en los museos nacional de Bellas Artes de Santa Fe, Rosario y en el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil, con su obra ?Bronce?.
No es fácil ?ni prudente- pronunciar un juicio terminante sobre un artista en pleno fervor productivo.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios