La directora de la Escuela Municipal de Teatro fue desplazada sin justificaciones
Asombro y enojo causó el desplazamiento de Mónica Pérez como directora de la Escuela Municipal de Teatro en el ámbito de la cultura de Tandil. Es que hace muchos años que dirigía el área municipal con un arduo trabajo y compromiso tanto por los talleres de adultos como por el Proyecto Adolescente. A dos meses de ser desplazada, fue trasladada a la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario sin tareas ni cargo específico.
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La sorpresa fue generalizada cuando corrió la noticia de que Mónica Pérez era desplazada de la dirección de la Escuela de Teatro tras 28 años de servicio en el Municipio en distintas áreas, incluida la Sala Abierta de Lectura. Formaba parte de la comisión revisora de títulos justamente por su cargo de directivo de una escuela municipal y era encargada, junto con otras autoridades, de presentar la apertura para quienes ingresaban como docentes nuevos en las distintas cátedras.
A pesar de restarle sólo dos años para jubilarse, a fin de 2015 se enteró que iban trasladarla a otra dependencia; situación que ya vivió hace algún tiempo tras ser durante dos años directora del Teatro de la Confraternidad cuando decidieron separarla del cargo, de un día para el otro y prácticamente sin explicaciones al respecto.
Finalmente, a fines de diciembre pasado, la confirmación oficial de su separación del cargo llegó tras una reunión con la subsecretaria de Cultura y Educación, Natalia Correa, y con la directora de Educación, Guillermina Cadona. Según pudo conocer este Diario, le informaron la decisión sin justificaciones concretas aunque le habrían aclarado que no era nada personal contra ella ni su trabajo. No obstante, para ese momento, ya estaba firmado el decreto de designación de Pablo Viana como nuevo director de la Escuela Municipal de Teatro con fecha el 10 de diciembre.
De esa forma, Mónica Pérez se tomó en enero algunos días de las vacaciones que le correspondían pero ya el 1 de febrero se comunicó con Cristina Aquino, quien coordina a todos los directivos del área, para tomar su nuevo puesto laboral. La funcionaria le habría manifestado que se presentara en la Casa de la Cultura, pero le advirtió que todavía no estaba listo el espacio para hacerse cargo por lo que la envió nuevamente a su domicilio. Tras algunos días de espera, finalmente llegó a la Casa de Historia para comenzar con sus tareas pertinentes.
Este Diario quiso consultar a la funcionaria en cuestión, quien confirmó su desplazamiento pero prefirió no emitir opinión sobre dicha decisión.
Espacio ¿desperdiciado?
Cabe recordar que la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario, sita en Actis y Muñiz, fue inaugurada el 25 de mayo de 2013 y el proyecto surgió a partir de una convocatoria impulsada en conjunto por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, la Secretaría General de la Presidencia, la Secretaría de Cultura de la Nación, el Instituto Nacional de Teatro y el Nacional de Cine y Artes Audiovisuales para la construcción de cien casas de la Historia y la Cultura del Bicentenario en todo el territorio nacional. Así fue que el Municipio participó de la convocatoria y resultó seleccionado.
Este espacio estaría destinado al desarrollo de actividades culturales, educativas y recreativas ya que cuenta con 290 metros cuadrados, dos dependencias administrativas, un foyer para exposiciones, camarines completos con baños, un depósito, una sala técnica para operador de proyección, sonido e iluminación y una sala de cine y teatro con capacidad para 150 personas.
Esta casa en un principio dependía de la Subsecretaría de Desarrollo Social pero luego fue traspasada al área de Cultura y Educación. Por lo tanto, se podría pensar en un espacio donde se ofrecen distintas actividades culturales y talleres, tal como fue el objetivo principal de su construcción, pero al momento parecería que las propuestas de este tipo no abundan.
En ese marco, la ex directora de la Escuela Municipal llegó para cumplir con su horario de 9.30 a 13, aunque se encontró con que está sola, sin ninguna tarea que realizar y sin ningún cargo concreto. No posee computadora ni teléfono, así como tampoco puede atender a quienes se acerquen ya que no existe al momento ninguna propuesta para los vecinos del barrio.
Tal como se planteaba, el centro sería de utilidad para organizar talleres para adultos y niños del barrio, pero hasta el momento no hay novedades al respecto, siendo éste un espacio que actualmente se encuentra desperdiciado y que no se explota.
Por lo tanto, no sólo que el desplazamiento puede interpretarse como un castigo para la profesional que realizaba un comprometido trabajo en la Escuela Municipal de Teatro, sino que además el único centro cultural de la zona no se aprovecha con los recursos tanto materiales como humanos pertinentes para el caso.
En esta perspectiva, las propuestas culturales no aparecen y las dudas continúan reinando sobre el motivo de la separación del cargo de la profesional en cuestión.
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