La donación de órganos salva una vida más por día
El impulso de la ley Justina fue determinante para que los trasplantes en Argentina hoy permitan salvar una vida más por día. Las cifras brindan expectativa a la comunidad médica que mediante el trabajo coordinado busca optimizar mecanismos para la procuración de órganos. Los profesionales, insisten en la necesidad de mayores recursos y políticas sanitarias por parte del Estado.
“Papi, ayudemos a todos los que podamos”, fueron las palabras de Justina Lo Cane la niña que conmovió a un país entero cuando en 2017 mientras aguardaba un corazón compatible que latiera dentro de su frágil existencia, murió en la Fundación Favaloro pocos días antes de cumplir 13 años.
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Tras su fallecimiento, la familia transformó su dolor en acciones directas para concientizar a la sociedad sobre la donación y sobre la necesidad de que la legislación contemple la procuración de donantes bajo un nuevo sistema normativo.
“Tengo la inspiración de una hija que no está y no estoy solo. Aprendí que en equipo lográs más cosas”, declaró entre lágrimas Ezequiel Lo Cane, papá de la niña, en el momento en que el Congreso Nacional aprobó la ley 27.447 de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, conocida como ley Justina, que fue reglamentada en enero del corriente año.
En líneas generales, la norma dispone que todos los mayores de edad son donantes de órganos salvo que hayan manifestado su oposición en vida. Los especialistas coinciden en que luego del impulso que brindó el nuevo marco legal, el número de trasplantes se incrementó considerablemente en el país.
Por otra parte, muestran optimismo en relación al crecimiento de los estándares de sobrevida en los pacientes receptores que según datos del Centro Único de Coordinación de Ablación e Implante de Buenos Aires (Cucaiba), en la provincia representa un 50 por ciento.
Vale recordar que los órganos que se pueden donar son los riñones, el hígado, el corazón, los pulmones, el páncreas y el intestino. Estos órganos, en caso de donantes ideales, permiten realizar ocho trasplantes y salvar la vida a la mayoría de estos receptores.
Además, los tejidos también se pueden donar y trasplantar. La córnea, la piel, los huesos, tendones y músculos, las válvulas cardiacas y las arterias o venas, probablemente no salvan vidas pero las mejoran considerablemente.
Trasplantes en ascenso
Según datos difundidos por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) en los primeros cuatro meses de este año se realizaron 155 trasplantes más que en el mismo lapso de 2018 y solamente en el mes de abril se concretaron 69 procesos de donación de órganos.
A nivel país, se realizaron 281 procesos de donación que permitieron que 576 pacientes en lista de espera puedan recibir un trasplante. De la totalidad de los trasplantes realizados en lo que va del año 359 fueron renales, 149 hepáticos, 31 cardíacos, 23 renopancreáticos, 7 pulmonares, 4 hepatorrenales, 1 pancreático, 1 intestinal y 1 cardiorrenal. Se realizaron también 443 trasplantes de córneas.
Estos indicadores demuestran que el promedio diario de trasplantes aumentó de 3,5 en 2018 a 4,8 en el corriente años lo que equivale a una vida más por día que se salva a través de la donación.
Este salto de calidad se observa con los parámetros que ofrece el Cucaiba. En el territorio bonaerense, se efectuaron 221 trasplantes con donante cadavérico a pacientes residentes, mientras que se originaron 85 donantes reales originarios en establecimientos provinciales.
Además del crecimiento en la cantidad de donantes como también de pacientes trasplantados, se ha dado un aumento significativo en el número de personas en lista de espera. En Buenos Aires, son 3043 los que esperan un órgano y la prevalencia de donación alcanza el 4,89 donantes por millón de habitantes. La demanda crece a un ritmo del 15 por ciento interanual.
Cabe destacar que en 2018 se superó la marca histórica de donantes y trasplantes de órganos en nuestro país, con 701 procesos de donación realizados que permitieron que 1.681 pacientes en lista de espera accedan a un trasplante de órganos. En la actualidad 7.514 personas esperan un trasplante de órganos y 2.454 uno de córneas.
Proyecto para Tandil
En la ciudad, se ha comenzado a gestar un proyecto por el cual se busca crear como apéndice del sistema de salud, una capacitación médico-administrativa cuya finalidad sea la procuración de órganos.
La incipiente iniciativa llega por el aporte y experiencia del doctor Leonardo Del Río, Intensivista en el Hospital “Simplemente Evita”, quien además se desempeñó como coordinador médico del Cucaiba.
En diálogo con El Eco Multimedios, el profesional brindó detalles sobre las bondades de la ley y los protocolo que se activan durante cada proceso. Expuso además, algunas vicisitudes que deben enfrentan a diario quienes desempeñan esta actividad.
-Del Río ¿cuáles son los cambios sustanciales que introduce la ley en relación a la comunidad científica?
–La ley en su esencia es maravillosa y ha sido el disparador para que entendamos que todos los habitantes somos donantes si no manifestamos expresa oposición a esto. Hay una letra chica que hoy no se tiene en cuenta por la cual la norma insta a todos los estamentos del Estado, nacional, provincial y municipal, para que tengan su servicio de procuración de órganos ya que la muerte es un diagnóstico más dentro de todo el universo de diagnósticos y por lo tanto, hay pasos a seguir luego del fallecimiento de un individuo. Debo además insistir en las bondades de la ley porque, como bien establece, en el caso que una persona se niegue a donar sus órganos, si necesitara por determinada circunstancia ser trasplantado, es pasible de serlo.
-El rol del profesional médico, ¿sufrió algún cambio?
–Por lo general estos eventos son atendidos por un equipo de salud que a partir de la nueva normativa debe sumar funciones. Por un lado, el médico tiene que llamar a los deudos e informar de la muerte del paciente para asistir emocional y legalmente a los fines del sepelio. Por otro, el profesional o quien esté a cargo también debe tomar un rol administrativo como un paso más dentro de este proceso ya que debe consultar a través de las herramientas digitales que proveyó el estado sobre la posición que tenía el paciente en vida. El problema reside en que esta concepción, aún no está arraigada en la sociedad científica.
-¿En qué radica la importancia de multiplicar los servicios de procuración?
-Principalmente en darse cuenta que hoy, por ejemplo, las miles de personas que están en un listado para realizarse un trasplante de córnea, significan para él una mala calidad de vida, para su entorno adaptar la convivencia y la rutina con una persona que está ciega y para el Estado, que ese ciudadano deba ser contemplado desde la previsión social debido a su discapacidad. Con un trasplante de córnea, esa persona se reinserta como individuo a una sociedad donde es sujeto a tener un desarrollo normal y hasta un trabajo. Si logramos tener una coordinación para procurar este tipo de órgano, el sistema se haría mucho más dinámico y esa calidad de vida tan ansiada por el paciente, llegaría más rápido.
-El Estado en la práctica ¿dinamizó las cuestiones burocráticas?
–Hay que partir de la base que se ha mejorado mucho la calidad de atención sobre todo en las TI (terapias intensivas) y hoy los certificados de defunción cuentan con un recurso por el que se puede dejar explícito si la muerte fue por parada circulatoria (paro cardíaco) o si fue por parada circulatoria cerebral. Cuando no hay actividad neuronal, se debe actuar con la mayor celeridad posible porque el deterioro del resto de los órganos se acentúa. Este cambio, colaboró para agilizar las formas. Pero también se presentan otros problemas porque más allá de lo que determine la ley, hay familiares que en medio del dolor hacen caso omiso a esta obligación y aquí es donde el equipo de salud debe interferir, incluso hasta con amenazas. Hay entonces un doble desafío. Lograr que la sociedad esté debidamente informada y preparar al personal sanitario para enfrentar con profesionalismo estas instancias porque hay cierto vacío legal en este sentido.
-En cuanto al trabajo que se podría realizar desde Tandil en pos de la procuración de órganos ¿es una tarea a emprender en el corto plazo?
–La idea hoy por hoy es un proyecto, tenemos algunas propuestas para capacitar equipos para lo cual se requerirán seguramente pequeñas inversiones. En esto la ley es clara porque obliga a los estamentos municipales a tener su servicio de procuración, aunque hoy no se cumpla. La resolución podría incluir también al sistema privado o podría pensarse una participación mixta. Esto lleva tiempo ya que más allá de la capacitación hacia el personal médico, la comunidad en su conjunto necesariamente debe involucrarse. Hay que trabajar desde las bases con las escuelas, las universidades, las ONG, los centros de jubilados y penetrar en cada espacio para que la sociedad no solo esté informada sino que pueda tomar conciencia sobre lo que realmente implica un acto de donación.
Recursos y comunicación
Días atrás, este medio mantuvo una comunicación con el médico cirujano experto en trasplantes, el tandilense Gabriel Gondolesi. El especialista, habló sobre los recursos con los que se cuenta a la hora de efectivizar el traslado de los órganos en nuestro país.
El profesional había manifestado su posición a través de un escrito publicado en el diario La Nación, titulado Altruismo vs. Recursos, donde expuso su opinión en relación a la importancia de la comunicación en el abordaje del proceso y criticó la ausencia de políticas sanitarias.
Su inquietud, nació luego de que varios medios periodísticos dieron a conocer la noticia de que la familia de un receptor renal colaboró en el traslado del órgano asignado, llevándolo en su propio auto, ante la solicitud del médico y con la finalidad de no retrasar el proceso de implante.
“La noticia llegó a la prensa y fue vista como un acto negativo, hasta se dejó abierta la posibilidad de creer que la modalidad que se implementó , podía propiciar el tráfico de órganos”, expresó Gondolesi.
Por otra parte subrayó que “ante la imposibilidad de obtener recursos para el traslado de un órgano y el factor tiempo que juega un papel preponderante, es necesario entender que no solo en Argentina sino en muchos países la prioridad está puesta en salvar una vida, aunque la logística no sea la más adecuada”.
En este aspecto, señaló que los órganos se trasladan bajo un protocolo de conservación y de preparación que está a cargo de profesionales entrenados para tales fines. “Esto permite optimizar costos y hacer en definitiva que el sistema funcione”, aclaró el cirujano.
A manera de ejemplo, citó que en países como Irán, España o Estados Unidos, los órganos son trasladados en forma metódica en vuelos comerciales, remises o en ambulancias, lo que genera un costo cero para el sistema de salud de los Estados.
En relación a la casuística, informó que en Argentina “no está garantizada la existencia de vehículos de transporte aéreo para disponer de esta vía y en muchos casos los equipos médicos han tenido que trasladar al paciente receptor”.
En este sentido, indicó que en el país no hay vuelos sanitarios que sean provistos por el estado para promover el traslado de órganos sino que la mayoría de ellos se dan mediante empresas privadas, por lo que el costo es mucho mayor. En la provincia, algunos órganos son trasladados en colectivos de línea.
Gondolesi insistió en que “las noticias de carácter negativo impactan en el proceso de un este sistema que es totalmente transparente por lo que es necesario informar con responsabilidad ya que este impacto genera dudas en la donación en sí misma”.
El cirujano también se refirió a los alcances de la ley Justina y sostuvo que si bien desde la creación de la normativa hubo un aumento de donantes, los recursos presupuestarios siguen siendo escasos. “Que haya más órganos no significa que haya más recursos porque la ley no estuvo acompañada de un soporte económico por parte de los organismos gubernamentales”.
Cómo manifestar la voluntad
Como detalla la legislación vigente, todos los ciudadanos son donantes. Aquellas personas que busquen quedar eximidas de esta obligación, deben dejar constancia expresa a través de los siguientes canales:
– Registrándose en el sitio web Mi Argentina.
– En los Registros Civiles en el momento de tramitar el DNI.
– Enviando un telegrama gratuito a través del Correo Argentino.
– Firmando un acta de expresión de voluntad en el INCUCAI o en los organismos provinciales.