La economía después de las PASO
El resultado de las elecciones primarias logró convulsionar el sistema financiero argentino. El desplome del peso movilizó al oficialismo que articuló una serie de medidas para paliar la devaluación. El economista Sebastián Auguste, analizó el panorama postelectoral y evaluó que más allá de quien gobierne, “el país no tiene margen de acción”.

Tras el resultado de las elecciones primarias presidenciales las variables macroeconómicas se movieron al ritmo de un mercado inquieto que sumido en el asombro y la desconfianza, empujó al dólar a situarse en un promedio de 60 pesos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLos bonos públicos, que venían cotizando a valores de reestructuración, pasaron a cotizar a precios de default. La campaña montada por el oficialismo en la previa a los comicios, fue un boomerang que produjo la venta masiva de esos títulos tras el resultado en las urnas.
La caída golpeó el balance de los bancos, hecho que se hizo sentir en sus acciones. El triunfo de la fórmula Alberto Fernández- Cristina Fernández de Kirchner impactó también de lleno en las empresas energéticas, ante los anuncios del candidato de una desdolarización de las tarifas.
Desde el lunes, la incertidumbre que generó la volatilidad cambiaria y la escasa previsibilidad financiera suspendió las ventas de proveedores que trasladaron los aumentos del efecto devaluatorio a sus listas de precios en un orden del 20 por ciento.
En este entorno, la economía real (el bolsillo de los consumidores) comenzó a sentir el cimbronazo propio tras un ciclo de políticas de ajuste que caracterizó al Gobierno de Mauricio Macri y que obligó a las altas esferas a replantear un viraje en el rumbo de gestión ante la atenta mirada de inversionistas y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sebastián Auguste, licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires y doctor en Economía por la Universidad de Michigan (EE.UU.) en dialogó con El Eco Multimedios, analizó el momento postelectoral en Argentina y enmarcó la crisis que atraviesa el país en un escenario de desaceleración global.
El contexto internacional
Bajo una primera interpretación, el economista evaluó que la situación de Argentina no debe ser abordada de manera aislada sino que se suscribe dentro de un contexto internacional en el que las mayores potencias económicas, enfrentan un proceso de recesión.
“Es necesario entender que lo que hoy sucede en nuestro país debe ser analizado en el marco de una situación global de la cual Latinoamérica no está exenta”, señaló Auguste al tiempo que detalló que el principal socio comercial del país (Brasil) como el resto de las economías de Sudamérica muestran un estancamiento en los índices de crecimiento.
Según contempló, el votante a nivel nacional no está pendiente de las cuestiones que se suscitan más allá de las fronteras y canalizó en las urnas el descontento por los avatares que hoy tiene en materia de bienestar, consumo y ahorro.
“Más allá de lo que heredó Macri, el contexto global no fue propicio para que las políticas económicas y cada una de nuestras variables tuvieran un margen de acción para realizar algo distinto”, aseguró.
Por otra parte indicó que con un PBI que actualmente es de 3,5 puntos inferior al que recibió Cambiemos en 2015 “es muy difícil discernir cuánto de esto hay que atribuirle a las decisiones que tomó el presidente y cuánto al descalabro mundial”.
La reacción del mercado
En relación a la lectura postelectoral y luego de que en el mercado financiero el dólar iniciara una escalada frenética durante los primeros días de la semana, Auguste hizo referencia al comportamiento de la divisa y la implicancia que el alza sostenido tiene en la economía real.
“Con el resultado de las urnas, el mercado ve que Alberto Fernández ganó por goleada y eso resultó ser una noticia inesperada porque el viernes anterior se movía con otros parámetros”, reconoció.
A su entender, la irrupción de esta figura en un nuevo escenario que posiciona al candidato del Frente de Todos con grandes chances de ser electo como Jefe de Estado a partir de diciembre, inquieta al mercado por entender que la política económica que mantendrá el kirchnerismo en el poder, es antagónica a la del oficialismo.
“El lunes la noticia cayó pésimo, el mercado se mostró temeroso y actuó en consecuencia porque ya conoce las medidas que esta fuerza política implementó en el pasado y que no fueron para nada buenas”, advirtió el profesional.
“Hoy el dólar es más caro porque el mercado está atento a que Argentina puede dar en un giro en su política de ingresos y en busca de torcer el resultado de cara a octubre, Macri hizo lo propio y salió a anunciar medidas que se condicen con este cambio” observó.
Además Auguste señaló que, ante el shock que experimentó el andamiaje financiero el presidente resolvió adelantarse a tomar ciertas decisiones para favorecer a pymes y trabajadores que estaban en carpeta para ponerse en marcha en un futuro y debido a la reacción del mercado, “procuró tomarlas ahora para crear confianza en la gente”.
“Yo creo que Macri estaba jugando otro juego y tras el resultado de los comicios decidió sacrificar parte del gasto que en líneas generales siempre se sustenta con emisión monetaria durante los períodos eleccionarios y en particular, se disfrazó de Fernández mientras que Alberto se muestra moderado como Macri en algunas definiciones”, aseguró.
La raíz de la inflación
Más allá de este paralelismo que el economista estableció en relación a los niveles de escaso crecimiento que experimentan las economías de Latinoamérica, Argentina se diferencia por el índice inflacionario de dos dígitos que históricamente, se aleja de los parámetros que sustentan los países limítrofes y que se ubica en el orden del 4 por ciento anual.
“Sin duda la emisión monetaria es uno de los problemas centrales que hacen crecer la inflación y tanto Macri en los primeros dos años como el gobierno anterior, emitieron mucho dinero que se destinó a soportar el alto gasto público y el consecuente déficit fiscal”, reconoció.
Por otra parte, Auguste recordó que las Lebacs se pusieron en marcha durante el mandato de Cristina Kirchner y permitieron financiar el déficit tras retirar el dinero del mercado para que no se vaya a precios.
“La emisión se levantó con las Lebacs que retuvieron el dinero y la intención de Macri fue ajustar cada vez más por este lado previendo que en el momento en que el país evidenciara un índice de crecimiento, ese dinero se iba a redireccionar al mercado sin generar inflación”, explicó.
A manera de síntesis, el economista puntualizó que la elevada inflación se condice con los altos índices de déficit fiscal debido a que Argentina, gasta más de lo que recauda.
El alcance de las medidas
Otro de los puntos que el Licenciado en economía analizó, fue el alcance y la injerencia que tendrán en la economía real el paquete de medidas anunciadas por el presidente Mauricio Macri.
Entre las principales disposiciones, el jefe de Estado expuso una serie de iniciativas que llegarán a 17 millones de argentinos, que apuntan a reactivar la demanda interna y paliar el efecto de la devaluación.
Reducción del IVA para productos de la canasta básica, aumento del salario mínimo, vital y móvil, modificación de la base imponible para el impuesto a las ganancias, bonos para la administración pública nacional, congelamiento en el precio de los combustibles, exención por dos meses del impuesto al trabajo para los empleados en relación de dependencia (con tope de 2 mil pesos) y planes de financiación para pymes, figuran entre las medidas que aplicará la gestión.
“En cierta forma este shock de ingresos era esperable porque de alguna u otra manera tanto Macri como Fernández lo iban a implementar tarde o temprano”, aseveró el economista aunque evaluó que estos beneficios seguramente quedarán licuados con el nivel inflacionario que se prevé para dentro de unos meses.
“Argentina gasta mucho y gasta mal y estas medidas que profundizan el tema del déficit fiscal, se relacionan directamente con el funcionamiento que tiene la política en nuestro país y las decisiones que se toman para estabilizar el momento”, opinó.
La posibilidad del default
A poco más de dos meses de las elecciones generales el país enfrenta un doble desafío: mantener la confianza de los mercados y ahuyentar el fantasma de la cesación de pago de la deuda externa.
En este sentido, Auguste destacó que Argentina hoy tiene una deuda relativamente barata con el FMI pero la mayor recaudación, “se debe destinar para el pago de bonos que hoy están dando vuelta y por los que hay que abonar muchísimo dinero en intereses”.
Por otro lado definió al Fondo Monetario Internacional como “un bombero que viene a colaborar” y que la entidad financiera no es culpable del resultado de las políticas que se implementaron y que determinan el rumbo económico del país.
“Creer que el FMI nos gobierna, es una mentira ya que el ordenamiento de las cuentas fiscales lo debemos hacer nosotros bajo ciertos parámetros de asesoramiento que en definitiva no hacen otra cosa que aconsejarnos en no gastar más de lo que se espera recaudar y para esto, gobierne quien gobierne, Argentina no tiene más margen”, puntualizó el economista.