La Escuela Técnica 2 expuso proyectos tecnológicos en la Evaluación de Saberes
De esta manera y desde temprano, el hall principal del edificio de Alem y Maipú se vio colmado de stands armados por los estudiantes, con ejemplos de los prototipos pensados para cada uno de los proyectos. Se trató de una muestra con interesantes trabajos que fueron evaluados por profesores del Instituto de Formación Docente 10, de distintas carreras de la Unicén y del Colegio de Técnicos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn la jornada, Mónica Satostegui, regente de la institución, informó que “hoy es la tercera muestra de Evaluación de Saberes del ciclo básico, en donde los alumnos de tercer año, es decir, de entre 14, 15 y 16 años preparan un proyecto tecnológico con la tutoría de profesores de los distintos talleres para exponerlo, donde ellos presentan un prototipo”.
Resaltó que la idea de estos proyectos “es lograr mejoras en los distintos ámbitos, sea -por ejemplo- los ámbitos ecológicos y mecánicos. El objetivo fundamental de la Evaluación de Saberes es la revalorización de los talleres de primero, segundo y tercer año del ciclo básico. Así, los chicos aplican nociones aprendidas en talleres, realizan un prototipo y presentan una mejora”.
Sobre el tiempo que demandó la elaboración de los proyectos, indicó que los chicos “están gran parte del año trabajando, ellos se unen por grupos por afinidad, eligen un tutor y en el año van haciendo los trabajos hasta la concreción del prototipo”.
Respecto a cuáles son los talleres que se brindan en la institución, la regente detalló que son “todos los talleres que tiene la escuela, funcionan en relación al tema, por ejemplo, si eligen un tema ecológico siempre van a buscar profesores de los talleres de química; si eligen algún tema mecánico o eléctrico, van a buscar profesores de esa materia; siempre según de lo que ellos quieran investigar”.
En la muestra, especificó Satostegui que “tenemos 29 proyectos, donde existe uno del anexo Fulton y San Antonio, que también pertenecen a la escuela”, propuestas que son valoradas -contó- por “evaluadores externos de la Universidad Nacional del Centro, del Instituto de Formación Docente 10 y del Colegio de Técnicos”.
El camino del saber
“Nosotros tenemos una característica que, gracias a Dios, muestra por qué camino está yendo la Escuela Técnica. Hace 9 años comenzamos con la evaluación anual de capacidades profesionales, una evaluación que es mucho más profunda y compleja en el último año de nuestros egresados”, señaló la educadora.
“Este año -continuó- se va a realizar el 26 de noviembre, a partir de las 8, en todos los séptimos años de las cuatro especialidades. Esto se tomó como prueba piloto y hoy está implementado en todas las escuelas técnicas de la provincia de Buenos Aires”.
Indicó entonces que con la Evaluación de Saberes “pasó lo mismo, hace tres años esta escuela fue tomada como prueba piloto para ver si se podía implementar este tipo de evaluación de proyectos tecnológicos en los terceros años, gracias a Dios fue muy exitoso, así que se siguió implementando el año pasado y hoy, en 2013, es obligatorio en todas las escuelas técnicas de la provincia”.
La evaluación y los proyectos
Consultada sobre qué puntos se tienen en cuenta a la hora de evaluar, puntualizó que “se evalúan las capacidades desarrolladas, el trabajo en equipo, la aplicación de los contenidos, las estrategias utilizadas para llevar a cabo los prototipos, la pertinencia que tiene hacia el nivel al cual pertenecen los chicos, la aplicabilidad en el ámbito local, entre otros”.
Advirtió además que “no se hace competitivo porque los trabajos son tan válidos, tanto uno como el otro, porque ellos dan una fundamentación de porqué eligen el tema y le dan la aplicabilidad para solucionar el problema, ése es el fundamento de un proyecto tecnológico”.
Sobre los trabajos elaborados, mencionó que “hay muchísimos proyectos, tenemos brazos hidráulicos, un ascensor para discapacitados hecho por los chicos, cortadora de polietileno, biodigestor, alcoholes en gel con diferentes aromas; podría seguir nombrándolos, están muy bien hechos y muy originales todos”.
Resaltó por último que en este proceso de enseñanza que “los chicos se motivan porque la idea es que se unan por afinidad pero además que elijan ellos el tema, entonces empiezan a investigar desde el lado del placer, siempre les digo que hay que ponerse el saco del investigador pero para eso lo lindo es poder elegir uno el tema”
Biodiesel y un brazo hidráulico, la palabra de los investigadores
Por su parte, los alumnos del tercer ciclo básico, Sebastián y Florencio, explicaron a El Eco de Tandil los detalles de la elaboración de dos de los proyectos presentados. En primer lugar, Sebastián relató que “en mi grupo hicimos biodiesel, a partir de lípidos naturales, ya sea grasas animales o aceites. Utilizamos aceite de girasol, lo pusimos en una solución con dos reactivos: metanol y dióxido de sodio. El metanol está al cien por ciento y el dióxido de sodio al 98 por ciento”.
“Se mezclan y se forma metóxido de sodio, es un líquido homogéneo, y después se calienta el aceite a 48 grados centígrados y se mezcla con el metóxido de sodio. Eso se bate aproximadamente por media hora, primero se pone más denso y después menos denso. Una vez que está listo, se deja decantar aproximadamente dos días y se separa lo que se llama glicerina, que es como si fuera un jabón, y el combustible en la parte superior. Eso se filtra y ya está listo para usar”, resaltó.
Sobre la aplicabilidad del biodiesel, indicó que se aplicaría “tanto en motores de autos como en generadores eléctricos, además como para la combustión, cocinar”.
Detalló que en la elaboración participaron 10 chicos en su grupo y trabajaron cinco clases de química y además hicieron el biodigestor en el taller de un compañero.
Por su parte, Florencio compartió también su proyecto. Indicó que junto a sus otros siete compañeros de grupo confeccionaron “un brazo hidráulico, lo hicimos a base de jeringas, siempre con la presión uno a uno. Usamos jeringas de 20 mililitros con una de 10, levanta aproximadamente 50 gramos, autitos o cosas así”, trabajo que les demandó alrededor de un mes.
Es “una escala de un brazo neumático hecho a pistones pero nosotros lo recreamos en escala con jeringas”, cerró.
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