La evolución de las ciudades inteligentes y la realidad de una sociedad cada vez más conectada
Con la idea de trabajar en pos de mejorar la calidad de vida de las personas, ingenieros apuestan al desarrollo de una “ciudad inteligente”. Lo hacen desde el Instituto Superior de Ingeniería de Software Tandil (Isistan), que es uno de los puntos de investigación del Centro Científico Tecnológico Conicet local que agrupa cinco Unidades Ejecutoras de doble dependencia Conicet-Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en el Campus. A partir de diferentes tipos de análisis cuatro equipos van en busca de una plataforma de servicios para el desarrollo de software de lo que llaman “ciudades inteligentes”.
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Así es que desde los grupos de Sistema de Recomendación, Sistemas Inteligentes, Metodologías y Herramientas para Diseño de Software y Computación Distribuida y Móvil, apuestan de manera integrada al mismo efecto, y aunque desde el punto de vista de la investigación muchas veces los trabajos no tienen un impacto directo ni inmediato en la calidad de vida de las personas, con el tiempo es posible vislumbrar los resultados.
El objetivo general plantea diseñar y desarrollar una plataforma para ciudades inteligentes que provea servicios de “alto nivel” y que permita la construcción de aplicativos de software o programas que consuman dichos servicios. La estrategia apunta a integrar sistemas y fuentes de datos que no necesariamente fueron pensados para tal fin, y proveer servicios “inteligentes” a distintas aplicaciones.
El foco de esta plataforma está puesto en las denominadas ciudades intermedias (de aproximadamente 500 mil habitantes o menos), ya que representan hoy un segmento importante en el desarrollo del país, y presentan un contexto y requerimientos diferentes a los de las grandes urbes respecto a ciudades inteligentes.
Dicha experiencia será articulada inicialmente con el Municipio, ciudad catalogada como intermedia, para concebir un prototipo adecuado a las necesidades de esta localidad, y luego en una segunda etapa se propiciarán oportunidades con empresas del Parque Científico Tecnológico regional para desarrollar apps piloto sobre la plataforma.
Soluciones para
ciudadanos conectados
Las ciudades inteligentes representan una concepción que pretende integrar soluciones de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) en aspectos centrales de las localidades con el fin de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y su interacción con los responsables del gobierno. En esta línea, distintas poblaciones del mundo han ido incorporando de forma paulatina TICs en diversos servicios públicos para mejorar aspectos tales como: tránsito vehicular, transporte público, medio ambiente, salud, o seguridad, entre otros.
Sin embargo, estos esfuerzos normalmente requieren de grandes inversiones en software, adquisición de sensores y otros dispositivos de hardware, o la adquisición de productos comerciales; debido a que implican integración de sistemas y conjuntos de datos heterogéneos, análisis de grandes volúmenes de datos, características de tiempo real y redes de sensores, a lo que se suman requerimientos de escalabilidad, confiabilidad, accesibilidad y privacidad de las soluciones.
Otro aspecto clave es fomentar el desarrollo de aplicaciones que posibiliten a los ciudadanos aprovechar las plataformas de datos y servicios asociadas a este tipo de ciudades.
El objetivo general del proyecto plantea diseñar y desarrollar una plataforma para ciudades inteligentes que provea servicios de “alto nivel” y que permita la construcción de aplicativos de software que consuman dichos servicios. La estrategia apunta a integrar sistemas y fuentes de datos que no necesariamente fueron pensados para tal fin, y proveer servicios “inteligentes” a distintas aplicaciones.
Asimismo atina a facilitar el desarrollo de app en función de los servicios de la plataforma para que el ciudadano disponga de ellas.
Ejemplos de servicios “inteligentes” incluyen: construcción de perfiles grupales, recomendación de eventos locales y sensado colaborativo, en base a técnicas de data mining (extracción de información significativa de grandes bases de datos) y procesamiento paralelo distribuido.
Para lograr el objetivo, se cuenta con la experiencia del Isistan en tópicos de arquitecturas de software, plataformas y middleware (programa que asiste a una aplicación para interactuar o comunicarse con otras apps) orientado a servicios, y técnicas de extracción de datos y personalización, entre otros.
Leer a las personas
Carlos Ríos es salteño, trabaja en el Isistan y es miembro del Conicet. Estudió Ingeniería en Sistemas en el norte y viajó a la Capital para profundizar sus conocimientos en un posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue ahí cuando empezó a introducirse en las temáticas de “aprendizaje automático y ciencia de datos”. Hace cinco años se presentó a un llamado de beca que hicieron desde esta localidad y quedó seleccionado. En su tesis del doctorado trabajó en la “Estimación de preferencias de usuarios”, con datos extraídos de redes sociales geo localizadas, función que apareció recientemente gracias a la mejora en la tecnología de la recolección de datos. Esto permite, por ejemplo, que a través de un celular se acceda a la ubicación real de una persona.
Según contó, el desafío es, a raíz de toda esta cantidad de datos, procesar la información obtenida y tener un mejor entendimiento de las preferencias de un individuo. “Yo aprendo que le gusta a la gente con el objetivo de recomendarle a donde ir de acuerdo a la ubicación en la que esté, a determinada hora y considerando sus gustos relevados”.
El trabajo de Ríos no es tan palpable a simple vista, ya que aún no llega al punto de desarrollar una aplicación, sino que se trata de pruebas conceptuales sobre como funcionarían los cálculos.
“Lo que me gusta de este campo de investigación, es que el algoritmo aprenda el patrón de comportamiento que generan las personas en este conjunto de datos”, asumió. Se tratan de sistemas de recomendación que, si bien suenan con un nombre difícil, se venden hoy en día en cualquier aplicación web. Por ejemplo sucede con Netflix, que sugiere una serie o película similar a las ya vistas, gracias al funcionamiento de esos algoritmos o cálculos.
Evitar calles
en mal estado
Julia Luna se recibió de ingeniera y su tesis de grado también apuntó a trabajar sobre aportes para una ciudad inteligente. En este caso el planteo fue hacia el desarrollo de una aplicación para celulares, que una vez ubicados en alguna parte del auto, sea capaz de registrar por donde avanza y los inconvenientes que presente la calle.
Tras su egreso decidió irse de viaje al exterior y su director de proyecto fue quien tomó, de cierta manera, las riendas. Ariel Monteserin es investigador adjunto en Conicet y doctor en ciencias de la computación. Es de Miramar y estudió en Mar del Plata, también vino a Tandil gracias a la obtención de una beca en un Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), hace casi 15 años. Acá hizo el doctorado y luego ingresó a carrera de investigador.
El contó que a través de unos sensores llamados acelerómetros y giroscopios, que cualquier teléfono moderno tiene, pueden llegar a reconocer las oscilaciones que tenga la acera, gracias al movimiento del celular en consecuencia del ajetreo del auto.
Como se trata de una aplicación que necesita de un uso multitudinario para aprender a realizar alguna tarea de forma colectiva e inteligente, una vez que logra incorporar varios trayectos se puede determinar mediante algún algoritmo donde hay anomalías viales, que pueden ser baches, badenes o cualquier otra alteración de la superficie. Dicha información puede ser utilizada tanto para recomendar trayectos con menor cantidad de desniveles como para notificar a las autoridades correspondientes de su existencia.
“Lo único que requiere es que la persona instale en su móvil una app, para que al momento de manejar lo ponga en un lugar determinado con la intención de que pueda recabar esa información mientras transita la ciudad como todos los días”, explicó Monteserin.
En este caso hay un primer prototipo desarrollado y en lo que están trabajando es en hacer una experimentación más exhaustiva con mayor cantidad de autos y móviles, para poder evaluar realmente la precisión en la detección de las anomalías.
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