La importancia en el cuidado de la salud visual durante el verano
Lucir el último modelo en lentes de sol puede convertirse en una moda peligrosa para nuestra salud. La especialista Óptica Marina Sánchez Tuculet, advirtió sobre la necesidad de adquirir la adecuada protección para evitar que los rayos ultravioletas ocasionen daños irreversibles en la visión.
Durante el verano, algunos hábitos se modifican ante las altas temperatura y es probable que nos preocupemos más por hidratarnos bien, concentrarnos en una dieta balanceada y cuidar nuestra piel.
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Pero además de estos recaudos especiales, también debe tenerse en cuenta la salud ocular ya que es una época en la que los ojos pueden sufrir mucho y por ello no debemos olvidar protegerlos.
Existen múltiples factores que incrementan el riesgo de molestias o enfermedades oculares. El sol, los aires acondicionados y las piscinas entre otros, aumentan la incidencia de conjuntivitis y queratitis, especialmente en niños, personas mayores y usuarios de lente de contacto.
De hecho cuando la radiación ultravioleta (UV) es absorbida por los tejidos del ojo, ésta puede modificar o alterar dichos tejidos y ocasionar problemas a corto plazo. Pero al igual que la piel, los ojos tienen memoria y por lo tanto los problemas pueden aparecer con el tiempo.
La períodos prolongados de exposición se tornan más amenazantes si el lugar se encuentra rodeado de agua ya que el reflejo de la luz solar aumenta en un 20 por ciento si se está en la playa o cerca de una piscina y 1,5 por ciento si se está en la arena.
Por ello, los profesionales de la oftalmología insisten en tres medidas preventivas para mantener una correcta salud visual y evitar lesiones irreversibles: esquivar las horas pico, no mirar al sol directamente y utilizar gafas apropiadas.
Control de calidad
Más allá de lo que la moda impone al momento de adquirir anteojos de sol con los diferentes modelos de marcos y cristales de colores, la tendencia no advierte sobre la importancia que reviste que los mismos deban ser usados con el asesoramiento y control adecuado de un especialista.
En diálogo con El Eco de Tandil, Marina Sánchez Tuculet reconocida Óptica de nuestra ciudad, brindó algunos consejos para tener en cuenta a la hora de invertir en este producto y advirtió sobre el riesgo que representa optar por la compra en lugares no homologados.
-¿Por qué es tan importante adquirir un buen anteojo de sol?
-Bueno, básicamente tenemos que estar atentos a que en las ópticas los productos que allí se comercializan están cautelosamente controlados por la ANMAT. Si bien la salud visual debe ser una preocupación durante todo el año, en verano hay que tener un particular cuidado porque el sol es muy dañino para nuestros ojos y al igual que utilizamos protectores solares para nuestra piel, debemos hacer los mismo con los rayos ultravioleta. Los anteojos que se venden en lugares no autorizados por lo general no cuentan con los filtros necesarios para resguardarnos de la radiación.
-¿Qué tipo de consecuencias pueden surgir?
-Son múltiples y muchas de ellas pueden manifestarse con el correr del tiempo. Los rayos solares pueden producir cataratas, que es una enfermedad del cristalino o maculopatía que es una afección que se presenta en la retina. También hay casos en que se puede manifestar un pterigión que es un crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea. Para evitar estas patologías cada persona puede tener sus anteojos con los filtros que se requieran o se receten, pero lo fundamental es que cuenten con protección UV porque son los rayos más nocivos. Existe una gran variedad de productos que se ajustan a la actividad que cada persona realice.
-En este sentido, ¿cuáles se recomiendan?
-Hay una diversidad muy grande. Por ejemplo, los anteojos con cristales polarizados son muy recomendables para manejar o para cualquier actividad acuática porque evitan que traspase el reflejo de la luz en el agua; los del tipo espejados, son los más utilizados en la nieve o los fotocromáticos, que son aquellos que tienen la particularidad de ir oscureciendo o brindando mayor claridad dependiendo la luz del ambiente y que además tienen una amplia gama de colores. Para aquellas personas que necesitan gafas con graduación hay anteojos de sol con todos los filtros y con el aumento necesario para ver bien y que además guardan una línea estética, factor que es muy importante a la hora de elegir un modelo.
-¿A partir de qué edad se recomienda el uso?
-No hay una edad específica porque hay chicos que manifiestan problemas de visión desde pequeños y aunque no se tenga una afección en particular igualmente cuanto antes se comiencen a usar, es mejor. Para los niños hay gafas de muy buena calidad con buenos cristales y con armazones muy flexibles que los hacen mucho más resistentes.
Buenos hábitos
Otro aspecto a tener en cuenta es que, en verano, se utiliza más la visión lejana que la cercana. La vuelta al trabajo puede suponer mayor cansancio, puesto que los ojos deben de nuevo habituarse al enfoque en pantallas y documentos que el trabajo exige.
Para evitar molestias como dolores de cabeza, pesadez de ojos y mala visión, hay que adoptar una buena postura: ubicarse cómodamente en la silla, sentarse con la espalda recta, mirar que la posición de la pantalla sea la adecuada y ajustar el tamaño y brillo, de ser necesario.
También es frecuente que después del periodo estival muchas personas perciban que han perdido algo de visión, especialmente de cerca. Lo aconsejable, antes de cambiar las gafas y su graduación, es consultar al oftalmólogo para que valore la situación ya que en ocasiones, se trata simplemente de una relajación del sistema acomodativo, procedimiento que nos permite enfocar de cerca, por la falta de hábito.
Regulación en Argentina
En nuestro país, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) regula la fabricación y/o importación de anteojos de sol. La disposición 562/19 afirma que deberán ser registrados ante el organismo y para ser autorizados tendrán que demostrar que cumplen con el filtro UV declarado.
La medida, en línea con las que ya rigen en países de Europa, Estados Unidos y Uruguay entre otros, viene a poner reglas de juego en un mercado en el que hasta ahora todo era válido y en el que se estima que el 20 por ciento de los lentes que se comercializan son inseguros.
En la etiqueta de los anteojos debe constar datos vinculados al grado de protección ocular (categoría y filtro UV) y del responsable del producto (importador o fabricante), con una vía de contacto (teléfono o mail). La categoría se define por una escala del 0 al 4 y se asocia al uso que se le vaya a dar.